Se avecina ‘lluvia de traiciones’ en el juicio de ‘El Chapo’ que está por comenzar

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NUEVA YORK, EU.- Llegó la hora para el Chapo. El que para muchos se perfila como “el juicio del siglo” arrancaría este 5 de noviembre en Brooklyn, Nueva York, en una corte federal en la que, por espacio de tres a cinco meses, se ventilarán algunos de los secretos más oscuros del narcotráfico mexicano. Si bien en este proceso no se permitirán cámaras y el capo no desfilará por las escalinatas de la corte como lo hicieron los mafiosos de la familia Gambino en los años noventa, la seducción del narco no tiene precedentes, publicó El Financiero.

A las 7 de la mañana de ese día, si todo sale acorde a lo previsto, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán dejará su celda en el Centro Correccional Metropolitano en Manhattan para cruzar el puente de Brooklyn en un convoy de camionetas blindadas, vigilado desde el cielo por uno o varios helicópteros. Para evitar cualquier intento de asesinato, llevará casco y chaleco antibalas, mientras que estará protegido por varios francotiradores apostados en edificios estratégicos a lo largo de los tres kilómetros que separan la cárcel del juzgado federal.

Por supuesto, nadie duda del resultado final: culpable. En un proceso como este, según antecedentes, un narco mexicano tiene prácticamente nulas posibilidades de eludir una condena.

“No hay escenario en el que El Chapo gane esto y todos lo saben”, afirma el abogado consultado. “Fue una locura que haya decidido ir a juicio en Nueva York. Tiene demasiado en contra”. De manera estratégica, el fiscal Donoghue atrajo todas las acusaciones pendientes contra el capo, incluidas causas judiciales en California, Texas, Nueva Hampshire, Illinois, Florida y Texas.

Entre los testigos protegidos que colaborarán en el juicio, confirmaron fuentes del gobierno, está Dámaso López, ‘El Licenciado’, viejo confidente de Guzmán, y con quien mantiene una violenta confrontación desde hace dos años.

Por sí solo, su testimonio apunta a ser muy comprometedor, pues participó en buena parte de las decisiones de más alto nivel del Cártel de Sinaloa durante más de dos décadas.

Pero la colaboración de López con las autoridades estadounidenses va más allá. Es la clave del juicio: la voltereta de bando será la norma y no la excepción durante este proceso, en el que todo apunta a que distintos operadores del Cártel se alinearán en contra de su viejo jefe.

Como el testimonio de Dámaso, distintos documentos preparatorios apuntan a que se tiene prevista una cascada de defecciones y traiciones de personajes a los que Washington ha buscado convencer en las últimas semanas de sumarse a su programa de protección de testigos, a cambio de información que robustezca el caso.

“Algunos de los testigos (…) viven en locaciones que el gobierno y estos testigos han mantenido secretas al Cártel”, se explica en un memorando fechado el 21 de septiembre pasado. “Otros testigos se encuentran ya encarcelados y en el programa de protección a testigos y por ende se encuentran en unidades de protección y custodia en sus respectivas cárceles a la luz del gran riesgo que se desprende para sus vidas debido a la naturaleza de su testimonio específico”.

Entre las evidencias que se espera terminen ventilándose en las semanas venideras se encuentran los sobornos a funcionarios públicos para permitir el paso de cargamentos de droga por toda la región, así como de aquellos servidores que asistieron en al menos cuatro escapes del Chapo: dos de prisión, en 2001 y 2015, uno de una redada organizada por la Policía Federal en Los Cabos, en 2012, y otro, en Los Mochis, en 2014.

Junto a estos elementos, se acusará al sinaloense de una treintena de homicidios, numerosos secuestros, varios casos de tortura y el asesinato directo de dos sicarios de los Zetas “a los que ejecutó con un disparo en la cabeza”. ¿De dónde proviene esa información? Nuevamente, la precisión de los datos (se incluyen detalles de cómo se deshizo de los cuerpos, por ejemplo) indican que hay un colaborador en su entorno inmediato.

“El gobierno espera testimonio de múltiples testigos que colaborarán dando detalles sobre cómo el acusado siguió traficando con drogas y corrompiendo a funcionarios de distintos niveles después de que fue arrestado en 1993 (…) también después del arresto de febrero de 2014”, señala otro memorando enviado por la Fiscalía de Nueva York al juez Cogan.

La lista de servidores públicos que apoyaron a Guzmán Loera durante su dilatada carrera es tan potencialmente explosiva como extensa e imposible de predecir. Pero puede extenderse a América, Europa, Asia y Oceanía, en donde han sido halladas y desarticuladas decenas de células del Cártel de Sinaloa a lo largo de la última década y media.

“Podemos esperar muchos nombres”, asegura una fuente de inteligencia. “Por supuesto que los estadounidenses ya los conocen por sus actividades de espionaje, pero eso no evitará que se mencionen durante el juicio. Todo dependerá de qué tanto ruido quieran generar y si el Chapo quiere negociar o no”.

Se anticipa que al menos medio centenar de personas rendirán testimonio por parte del Departamento de Justicia.

Las identidades de los testigos se mantienen bajo estricta reserva, pero incluyen agentes de inteligencia, especialistas del FBI y la DEA, así como lugartenientes del Cártel y varios sicarios que ya han negociado con la autoridad.

“Los testigos que participarán a favor del gobierno se encuentran en extremo peligro”, advirtió Donoghue. “El peligro al que se enfrentan ha sido narrado en numerosas órdenes previas. Por ejemplo, el acusado intentó silenciar a un testigo al secuestrar a miembros de su familia (…) o intentó asesinar a múltiples testigos colaboradores, además de asesinar a los hijos de otro testigo”.

Ante ese peligro, “el gobierno busca prohibir la diseminación de fotografías y de dibujos a carbón de los rostros de los testigos que tomen el estrado del juicio. La distribución de estas imágenes incrementaría el peligro para todos los testigos del gobierno, al igual que sus miembros familiares.”.

Parte del espectáculo que se vivirá, muy pronto, en el juzgado de Brooklyn.  (Fuente: El Financiero)

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