CIUDAD DE MÉXICO.- La amnistía de Andrés Manuel López Obrador a Enrique Peña Nieto y a los funcionarios de su gobierno para no ser investigados por corrupción es producto de un pacto entre ambos, y el operador para concretarlo fue el canciller Luis Videgaray, asegura Carlos Navarrete, expresidente del PRD.
Ese acuerdo se formalizó en plena campaña electoral en una reunión entre López Obrador y Videgaray, previo al segundo debate de los candidatos presidenciales, el 20 de mayo, precisa Navarrete y afirma que a eso obedece la “transición de terciopelo” tras las elecciones y que incluye la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco.
“Es un guion que pactaron para sus decisiones: el repliegue de Peña Nieto está pactado, el despegue de Andrés Manuel está pactado, la amnistía está pactada. Peña Nieto se podrá ir sin ningún problema y su gabinete también. El presidente podrá tomar sus decisiones. No le han puesto ni un obstáculo del tamaño de una canica. Nada. Todo camina. El fraseo con el presidente: ‘Es un demócrata, es respetuoso de la ley, el país está muy bien’. Todo pactaron con guion”.
–¿Incluyendo la cancelación del aeropuerto?
–Incluyendo el aeropuerto: “Esa es tu decisión, presidente”.
En entrevista con Proceso, el 29 de octubre y el viernes 23, el exsenador no revela sus fuentes, pero garantiza que Videgaray aconsejó a Peña actuar igual que ante el inminente triunfo de Donald Trump, porque el candidato priista, José Antonio Meade, no le ganaría a López Obrador.
“Videgaray le dice: ‘Presidente, va a ganar (López Obrador). Así como te dije que iba a ganar Trump y que había que platicar, te digo que va a ganar Andrés.’ Y platicó. Por eso la transición de terciopelo”.
–¿Lo sabe usted de cierto?
–Por supuesto. No te puedo decir las fuentes.
–¿Pero cómo fue la negociación?
–Videgaray y Andrés.
–¿Se vieron, se reunieron personalmente?
–Sí. Videgaray, que es un témpano para tomar decisiones, le dijo al Presidente: “No hay forma. La tendencia es imparable y con el nuestro no hay forma”.
Precisa: “Estamos hablando de antes del segundo debate. Ya Andrés había mandado tres mensajes antes sobre la amnistía, sobre el borrón y cuenta nueva y no había tenido respuesta en Los Pinos. Les dijo en un discurso, se los dijo en Acapulco con empresarios. Y Peña Nieto decía: ‘Quién sabe’”.
Además del crecimiento de López Obrador y el estancamiento de Meade, otro elemento que gravitó para la consecución del acuerdo fue la amenaza que lanzó Anaya, el 5 de marzo, de encarcelar a Peña si se comprobaba que había cometido graves actos de corrupción y que para ello crearía una comisión de la verdad.
“Ese fue el último elemento que los convenció”, subraya Navarrete, a quien sus fuentes del gobierno le recordaron que, hacia el segundo debate de los candidatos presidenciales, en Tijuana, todas las encuestas marcaban una amplia ventaja para López Obrador. Por ejemplo, Reforma le daba 48 puntos por 30 de Ricardo Anaya y 17 de Meade, mientras que Mitofsky registraba 44, 28 y 19 en ese orden.
Miembro de la corriente Nueva Izquierda del PRD, que encabeza Jesús Ortega, y uno de los artífices de la alianza con Anaya y el PAN, Navarrete insiste en que incluso la cancelación del NAIM forma parte del pacto de López Obrador con Peña.
“¿Se ha escuchado una opinión de alguien del gabinete, salvo la de Enrique de la Madrid, que se brincó las trancas y opinó en redes sociales para no usar la Secretaría de Turismo? Fue el único. Nadie del gobierno ha salido para defender Texcoco. ¡Está pactado!”.
–¿Aunque sea la obra emblema de Peña?
–Es preferible la tranquilidad.
–¿La impunidad?
–Impunidad. El borrón y cuenta nueva es en serio. Es en serio. (Este es un fragmento del reportaje especial que está disponible en el número 2195 del semanario Proceso)