Que es cuestión de horas, casi de minutos, para que Edgar Gasca deje de ser coordinador del grupo parlamentario de Morena en el Congreso de Quintana Roo, cargo que obtuvo con un voto de diferencia, luego que cinco de los entonces diputados morenistas votaron a su favor y cuatro en contra.
Sin embargo, poco a poco ha crecido la inconformidad por la actuación que ha tenido el isleño en la etapa inicial de la nueva legislatura, la cual ha llevado a un total desorden legal y casi a la parálisis.
Incluso, se le acusa a Gasca, que militaba en el PRI, de no aplicar la ideología de Morena y los preceptos de Andrés Manuel López Obrador, sino de obedecer a intereses de grupos rumbo a la sucesión gubernamental. De hecho, desde ayer, ya cuatro de los diputados morenitas le dieron la espalda a Gasca y sólo es cuestión de minutos para sumar a uno o hasta dos legisladores morenistas más.
El golpe para Gasca sería doble, pues dejaría de tener la representación legal de Morena frente a los demás partidos que integran la actual legislatura, pero, además, se quedaría prácticamente solo en lo que resta de esta representación cameral.
Y una vez que Gasca quede fuera de la coordinación de los diputados de Morena se empezarían a dar las condiciones para reponer el procedimiento de la Mesa Directiva que ahora ostenta el isleño y luego integrar la Junta de Coordinación Política.
Por lo pronto, hay dos posibles sucesores que serían Linda Cobos y Alberto Batún.
Tres borgistas fraguaron esta tragicomedia: Gasca, como tonto útil; Jorge Herrera Aguilar, como el cerebro de la operación "ley del 95"; y Maribel "lady Borge" Villegas, la instigadora.
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