Hasta antes del ‘fenómeno’ del lopezobradorismo, el PT y Morena tenían en Quintana Roo un panorama más que difícil.
En la elección local de hace tres años y medio, la de 2016, el PT ‘perdió su registro local’, al no llegar ni al tres por ciento de los votos, mientras que el PVEM entró en una tremenda crisis por su sociedad con Félix González Canto y sobre todo con Roberto Borge, con quien pactaron Benito Juárez.
Pero los comicios locales de 2018, PT y PVEM renacieron en el estado, al colgarse de Morena. Petistas y ‘verdes’ alcanzaron tres diputados respectivamente (seis entre los dos) mientras que los ‘guindas’ sumaron nueve. Por supuesto, que fue un mal negocio para el morenismo local.
Una vez instalada la nueva Legislatura, petistas y ‘verdes’ se aprovecharon de la división de Morena -derivada del ‘futurismo’ de sus principales líderes- y se apoderaron de cargos claves en el Congreso.
Los ahora ‘Kiwis’ (antes ‘Verdes’) presiden la Mesa Directiva, mientras que tres de las cinco comisiones legislativas relevantes serán encabezadas por diputados del PT y PVEM, además que dentro de un año, un ‘verde-ecologista’ estará al frente de la Jucopo.
Mientras en Morena ya están partidos en dos, PT y PVEM se sirvieron con la ‘cuchara grande’ en el Congreso del estado.
Dicho sea de paso, los yerros de Morena terminaron también fortaleciendo a Jorge Emilio González Martínez ‘El Niño Verde’, que tiene jugosos intereses en Quintana Roo, además de relanzar a personajes locales como Hernán Villatoro y José de la Peña, cómplices de la ‘oncena trágica’.
“Nadie sabe para quién trabaja”, dirían los clásicos, aunque también aplica aquella de “a quien a buen árbol se arrima…”.
