La revelación de que el comunicador Óscar Cadena recibe la ‘friolera’ de cuatro millones de pesos al año del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS) pone otra vez en el ojo del huracán a la televisión y la radio del estado.
Quizá doña Martha Silva esté, como ocurre en casi toda la estructura del Gobierno estatal, pagando ‘el pato’ de los excesos de sexenios anteriores.
En Chetumal se sabe que desde hace mucho el SQCS ha perdido el rumbo para un receptáculo del pago de favores políticos, de amistad y hasta románticos.
Es quizá una broma cruel que hace algún tiempo trabajadores del SQCS armaron un equipo de fútbol y propusieron como mote los ‘elefantes blancos’.
Han sido tales los desmanes del SQCS que figura, nada mas y nada menos, como uno de los organismos autónomos usados en la llamada ‘Estafa Maestra’, por la ex funcionaria que ya está en la cárcel, Rosario Robles, durante la época de Borge.
Pero, de regreso al presente, es insostenible el argumento de doña Martha que no solo se pagan los servicios personales de Cadena, sino que el ahora repudiado comunicador da en renta su equipo de producción, es decir, cámaras, iluminación micrófonos y demás.
Con cuatro millones basta y sobra para que el SQCS compre equipo más o menos suficiente para sus requerimientos en el norte del estado, que al parecer no son muchos.
Y lo que sigue es que los diputados se pongan a trabajar y, de una vez por todas, pongan un alto al desorden en el SQCS, empezando con lo que va de la gestión de doña Martha.