La interculturalidad entendida como neo-folklor: La “jalada” de la CMB de ungir a Chávez Nojoch Jala’ach | Por Gilberto Avilez Tax

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Una nota curiosa de prensa salió hace unos días: en la 57 Convención Anual del Consejo Mundial de Boxeo, Julio César Chávez, el legendario boxeador recibió el título de “Nojoch Jala’ahc’ (Gran Jefe Maya) de manos de su señora madre, que el CMB le otorgó por haber sido “el mejor boxeador mexicano de la historia”. No voy a polemizar con esa apreciación subjetiva y debatible del CMB, para mí el maestro yucateco Miguel Canto es el mejor de todos los tiempos, pero también es discutible mi subjetividad regionalista. 

Pero lo que sí es discutible, es todo ese chapaleo mediático que se formó cuando al boxeador sinaloense le dieron ese reconocimiento creado de la manga por el CMB: yo no lo entiendo como un “insulto” al pueblo maya; considero que ni Chávez ni nadie se tienen que disculpar, ese Chávez sentado en un trono señorial de halach uinic con serpientes emplumadas a los lados y una especie de escudo jaguar en el respaldo. A su lado, el chicano de la Hoya y el histórico bribón Don King, se sentían efusivos, celebrando al viejo campeón que ya dijo que puede volver a los cuadriláteros, como si se tratara de un Balboa mexicano dispuesto a dar la última batalla. 

¿Trivializan la cultura maya con esta designación dada por el CMB a un boxeador? No lo creo. El CMB solamente hizo uso de los “usos y costumbres” que en Quintana Roo se realiza casi todos los días con todo lo que tenga que ver con la cultura maya: montó un set al estilo Hollywood, es decir, al estilo Xcaret, y mediante el título que antes del contacto se entendía para los gobernadores de los cacicazgos, se le nombró como el “Nojoch Jala’ach uinic, el gobernador de todos los mayas, o en su defecto, apunto aquí, de los mayas Xcaret-izados. Esto, sin duda, es un perfomance ridículo que la gente con el mínimo de seriedad no tomaría en cuenta. Pero cuando existen algunos “mayas” y “expertos mayas” y “luchadores sociales mayas” que se rasgan las vestiduras por algo tan nimio y característico del paisaje Xcaret-izado, me pongo a reflexionar lo siguiente. 

¿Por qué tanto borlote y prendedera de copal porque a Julio César Chávez el CMB lo designara como el Gran Jefe de los guerreros jaguares de la mayanidad imaginada y turistera en el Caribe mexicano? El Consejo Mundial únicamente ha seguido el mal ejemplo que nos ha otorgado Xcaret con sus festivales de vida y muerte, con sus Travesías Sagradas Mayas, o los imaginarios de la Guerra de Castas vistos desde un Estado turistero. El CMB sólo siguió el guion con que se mueve la clase política local quintanarroense con sus “dignatarios express” en tiempos de la “ritualidad” electorela; sólo se ha seguido el malísimo ejemplo que los mayas “xcaret-izados”, los neo folkloristas del katún de la Xcareticidad, hacen todos los días: la teatralización de la cultura maya, el ritual inventado y sacado de la manga del sumo pontífice de la Xcareticidad mediante sus juegos de pelota maya, sus trajes prehispánicos supuestamente “mayas”, sus historias newageanas “mayas”, los caracoles que no resuenan en los verdaderos pueblos mayas pero sí en los espacios de la Xcareticidad y sus vueltas maquinales a una ceiba que ha perdido la raíz profunda del pueblo maya.

¿No hay pie para el remordimiento y la autocrítica, señores y siervos de la Xcareticidad imaginada? Si los “mayas profesionales” en Quintana Roo son los que de algún modo u otro han sido las correas de trasmisión para la Xcaret-ización de la cultura maya mediante diversas formas y performances, ¿por qué ahora se quejan?, ¿por qué ahora se rasgan las vestiduras, se prosternan y lanzan imprecaciones al cielo de su Xcareticidad?

La Xcaret-ización es el teatro de la mayanidad en todos los ámbitos, principalmente en los ámbitos donde supuestamente se debe fomentar la interculturalidad crítica: las universidades interculturales. Aura Cumes Simón, escritora Maya-Kaqchikel, con un Doctorado en el CIESAS en 2014, nos lo ha recordado recientemente: lo indígena es visto como circo en el regreso de la interculturalidad, una interculturalidad fallida, entendida como neo-folklor. Para Cumes, resulta contradictorio que, en el 2019, el año internacional de las lenguas indígenas, se diera la resurrección de algo que pensábamos se había dejado atrás con los movimientos indígenas que no estaban para ponerse los penachos, prender el copal, vestirse como “mayas” y dar el rezo sin el compromiso político y convencidos del cambio radical del sistema explotador capitalista a uno más humano, a un futuro posible: de ese movimiento indígena, y no de los mayas folklorizados por la Xcareticidad, parten los cambios constitucionales para integrar la pluriculturalidad de la nación mexicana. 

La interculturalidad entendida como folklor, señala Cumes, no es más que un mecanismo usado cómodamente desde el poder para pacificar a los pueblos indígenas y afrodescendientes, “generando la percepción de que se nos está ‘incluyendo’ en un mundo hecho a su medida”, a la medida del kaxlan, a la medida de “la gente de razón turistera”. ¿Y cuáles son esos ejemplos de inclusión? Cumes habla de las muestras gastronómicas indígenas, de las “danzas interculturales”, de las exposiciones de productos artesanales o del tan manido juego de pelota. Yo he hablado también de eso, pero también de la recreación escenográfica de unos mayas prehispánicos en los espacios de la Xcaret-ización. Para Cumes, “basta un poco de circo, para que algunos indígenas se olviden que les están devorando lentamente hasta la dignidad…”  Basta un poco de circo, pero también de poesía indígena y sus premios nacionales, basta una beca y un reconocimiento del poder. Pero vuelvo a Cumes: “Y es que ahora, después de mucho pataleo, los patrones han aceptado que ya no se puede ‘excluir a sus sirvientas y a sus mozos indígenas’, porque el mundo moderno es ‘intercultural’. Ahora hay que ‘incluirlos’ y aceptar que hacen ricas comidas, que bailan curioso y que sus coloridas ropas siguen siendo un buen negocio” (‘“Lo indígena’ como circo en el regreso de la interculturalidad”, Aura Cumes, 18 de julio de 2019, texto en línea).

¿En verdad el pueblo maya de esta parte oriental de la Península está para el neofolklor Xcaret-izado, para el ritual de los derechos indígenas descafeinado, para la interculturalidad neo folklorizada?, ¿con que medios pueden alegar los “mayas Xcaret-izados” el teatrito de la mayanidad creada por el CMB si ellos mismos replican la Xcaret-ización?

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