Confirman muerte de Pablo Pérez Guajardo, ‘El Padre Rebelde’ que desde Playa del Carmen criticó excesos del clero católico y se enfrentó a los Legionarios de Cristo

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PLAYA DEL CARMEN, MX.- Este domingo se confirmó la noticia de la muerte del sacerdote Pablo Pérez Guajardo, quien vivió durante muchos años en Playa del Carmen y generó una fuerte polémica, acusado de ‘rebelde’, por criticar excesos de la Iglesia católica, especialmente de los Legionarios de Cristo y del obispo de QR, Pedro Pablo Elizondo.

El sacerdote murió en Querétaro, al parecer de un paro cardiaco, de acuerdo con información preliminar.

Ordenado sacerdote el 3 de enero de 1991 por Juan Pablo II, “El Padre Rebelde” tuvo contacto directo con Marcial Maciel, el creador de esa congregación, pues de 1986 a 2006 sirvió en Roma en la Dirección General de Legionarios de Cristo en diversas labores de apoyo en el Archivo Histórico, la Secretaría General y la Administración General.

En entrevista con el semanario Proceso, refirió que en los últimos años de estancia en la capital de Italia, Maciel se ausentaba todos los fines de semana. Sus colaboradores cercanos argumentaban que se retiraba a descansar aquejado por sus enfermedades y la carga de trabajo, pero en realidad, precisó Pérez Guajardo, “se iba al hotel Hilton, donde se hospedaba con alguna de sus amantes”.

En 2006 regresó a México para estar con su madre, a quien le habían diagnosticado cáncer, y tras su muerte recorrió durante algunos meses diferentes estados, como acompañante del padre Javier Molina, a fin de recaudar fondos y “dar dirección espiritual” a los donantes.

Un año después llegó a Quintana Roo, a la prelatura Cancún-Chetumal, y después de permanecer unos meses en la capital del estado, el obispo Pedro Pablo Elizondo lo mandó a Playa del Carmen.

Con tan sólo 20 pesos en la bolsa, recordó, llegó al fraccionamiento popular “La Guadalupana”, que tiene una iglesia del mismo nombre, en una zona muy alejada del centro de la ciudad y con graves problemas sociales, uno de ellos el alto número de suicidios en el municipio de Solidaridad, que en ese entonces abarcaba Tulum y comunidades mayas.

Pérez Guajardo decidió no solo desempeñar su labor como sacerdote, sino también vincularse socialmente con la comunidad, la mayoría inmigrantes tabasqueños y chiapanecos. También se le criticó por vincularse con personajes de la política local del municipio de Solidaridad.

“Nunca imaginé que iba a cobrar una importancia oficial o eclesial todo lo que estábamos haciendo ahí”, refirió

Paulatinamente se vinculó con la comunidad y su presencia se extendió a cuatro colonias y fraccionamientos de los llamados de nueva creación y alejados del centro de Playa del Carmen.

En septiembre de 2010, Pérez Guajardo envió una carta al entonces superior general de los Legionarios de Cristo, Álvaro Corcuera, para pedir que la congregación se deslindara del fundador de esa orden, Marcial Maciel, acusado de pederastia y corrupción.

Desde entonces empezó su calvario en el caribe mexicano por su enfrentamiento con autoridades eclesiásticas.

En septiembre de 2012, el obispo de Quintana Roo, Pedro Pablo Elizondo prohibió a Pérez Guajardo oficiar misas, luego de solicitar públicamente a la congregación que se deslindará de Marcial Maciel y denunciar actos de corrupción y componendas entre el entonces presidente municipal de Solidaridad (Playa del Carmen), Filiberto Martínez, y curas pertenecientes a los Legionarios de Cristo.

El castigo aumentó en septiembre de 2014, cuando Pedro Pablo Elizondo ordenó a los curas de las iglesias adscritas a su región no dar la comunión ni bautizar a los niños cuyos padres y padrinos recibieron las pláticas pre-bautismales por parte de Pérez Guajardo.

En noviembre de 2017 el padre Pablo Pérez Guajardo se vio envuelto en otra polémica cuando circuló un video en el que se le ve presidiendo una ceremonia en la que presuntamente está casando a una pareja homosexual.

El sacerdote se defendió alegando de que nunca casó a una pareja de hombres sino que se trató de un rito llamado adelfopoiesis ―conocido en latín como ‘fraternitas iurata y ordo ad fratres faciendum’― practicado por varias iglesias cristianas durante la Edad Media e inicios de la Época Moderna en Europa para unir espiritualmente a dos personas del mismo sexo (habitualmente hombres) o ‘hermanar’.

En un comunicado firmado el 10 de noviembre del 2017, el Obispo Prelado de Cancún Chetumal, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, confirmó que Pérez Guajardo “es un sacerdote católico”, pero precisó que “no pertenece a esta Prelatura por no estar incardinado a esta circunscripción eclesiástica y por habérsele negado las licencias ministeriales”.

Elizondo Cárdenas recordó que “en la Iglesia Católica todo sacerdote debe estar incardinado a una diócesis o a una congregación religiosa y tener actualizadas sus licencias ministeriales para poder ejercer su ministerio sacerdotal”.

El Obispo recordó que Pérez Guajardo ejerció tiempo atrás “su ministerio sacerdotal en esta Prelatura como sacerdote perteneciente a una Congregación Religiosa”, pero “solicitó su incardinación a la Diócesis de Saltillo”.

En esa diócesis mexicana, explicó el Prelado de Cancún Chetumal, “después de unos meses de prueba no fue aceptado definitivamente”.

Al regreso de Pérez Guajardo a Cancún, “no se le concedieron las licencias ministeriales” ni “la incardinación que en repetidas ocasiones solicitó”.

En la situación en la que se encuentra el sacerdote, explicó, “no está facultado para realizar ningún rito sacramental católico válido”. (Con información de Proceso y Semanario Línea Roja)

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