Desde siempre, Andrés Manuel López Obrador ha jugado como local en Quintana Roo.
Las tres ocasiones que se ha presentado como candidato a Presidente- con el PRD en 2006 y 2012 y con Morena en 2018 ha ganado en Quintana Roo y ciertos mítines escenificados en el caribe mexicano han sido épicos, como el de la Plaza del Reforma, de Cancún, o la Explanada de la Bandera, de Chetumal, en 2012, o el de la ‘Colosio’ de Playa del Carmen, de 2018.
Pero López Obrador también en Quintana Roo ha perdió fuerza.
En el mitín de este sábado en la colonia “Cecilio Chi”, de Felipe Carrillo Puerto, cumplió ‘a secas’.
Quizá le esté pasando factura promesas no cumplidas en lo local como la reducción del IVA en el sur del estado, la mudanza de la Secretaría de Turismo a Chetumal o que no ha logrado revertir históricos males de instituciones federales.
Ante esta merma, quizá alzó el estandarte del martirologio de Mario Villanueva para quedar bien ante decenas, casi cientos de ‘villanuevistas’ que se dieron cita a este encuentro del Presidente con mayas quintanarroenses.
Pero, además, López Obrador también se ‘agarró’ del general Isabel Sulub, también ‘victimizado’, cuando se le pretendió echar como comandante del Santuario de la Cruz Parlante de Felipe Carrillo Puerto.
Lo cierto es que López Obrador acumula deudas y pendientes con Quintana Roo, que ha sido muy generoso con el hoy el Presidente de México.
