TABASCO, MX.- A más de 24 años de su persecución, encarcelamiento y posterior liberación, acusado de multimillonarios fraudes, el exbanquero Carlos Efraín Cabal Peniche reiteró que entregó 25 millones de dólares a las campañas presidenciales de Luis Donaldo Colosio y Ernesto Zedillo, y a la de Roberto Madrazo Pintado para la gubernatura de Tabasco, publicó Proceso.

En entrevista para el noticiero de radio Telereportaje, de la estación XEVT, el también empresario bananero –llamado “Rey Midas” en los años noventa, por su explosiva y súbita fortuna– ratificó la entrega de 15 millones de dólares para la campaña de Colosio, 5 millones para la de Zedillo y otros 5 millones para la de Madrazo, a través de un fideicomiso.

En 1994, Roberto Madrazo contendía por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) contra el entonces abanderado del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, ahora presidente de la República por Morena.

“Antes era muy común, pasaban la charola. Las Leyes no eran claras, se permitían esas cosas. No fue dinero a la mano, se hicieron fideicomisos que están documentados. Yo creo que más que ilegal, se ocultaba, no se decía con claridad que apoyaban al partido los empresarios”, justificó Cabal Peniche.

Los 5 millones de dólares a Madrazo los documentó López Obrador en junio de 1995, al presentar denuncia y entregar a la Procuraduría General de la República varias cajas con la documentación original de todos los gastos de campaña del priista, que ascendieron a 237 millones de pesos, cuando el tope de campaña no debía rebasar los cinco millones.

En ese entonces, López Obrador denunció que las pruebas del fraude electoral de Roberto Madrazo estaban en “las cajas de la infamia”.

–¿Lo de las cajas de López Obrador, fue cierto?, interrogó el conductor del programa, Emmanuel Sibilla.

“El fideicomiso existió”, respondió Cabal.

–Lo estás confirmando tú…

“En estos momentos…”.

–Tú se lo diste….

“Por supuesto, a través del fideicomiso del banco, lo confirmo en estos momentos”, ratificó el exbanquero.

A principios de los años noventa –coincidiendo con el sexenio de Carlos Salinas de Gortari– Cabal Peniche emergió en el país y Tabasco como prototipo de la nueva generación de jóvenes empresarios exitosos y de súbita riqueza.

Impulsado por el gobierno salinista en 1993 adquirió el banco BCH que luego convirtió en Grupo Cremi-Unión, pero en 1994 –asegura– un movimiento político de Salinas lo convirtió en “chivo expiatorio” y en complicidad con Ernesto Zedillo lo acusaron de fraude por más de 700 millones de dólares. Hacienda intervino su banco y tuvo que salir huyendo del país.

Primero a Mónaco, luego Francia, España, Italia y finalmente Australia, donde se dedicó al comercio de productos alimenticios y vivió de la renta de sus propiedades. Fue capturado en noviembre de 1998.

“Yo creo que estaban muy preocupados por la situación económica del país, necesitaban un chivo expiatorio, alguien a quien culpar. Salinas decide la intervención del 94. Se intentaba que los bancos quedaran en manos del gobierno, por si habría que ocultar alguna información”, manifestó.

Y presumió que, de 18 causas penales y órdenes de aprehensión en su contra, de todas salió exonerado, aunque admitió auto préstamos para financiar proyectos del Grupo Cremi- Unión, “que era permitido por la ley”.

“Esto demuestra que fue un tema político, salí libre, sin culpa de todas las acusaciones que se me hicieron”, señaló.

Cabal Peniche recordó que en una junta con Pedro Aspe –secretario de Hacienda de Salinas– le dijo que la situación en su contra no era de dinero, sino de índole política, por lo que se fue directo al aeropuerto para salir del país.

Tras su captura en Melbourne, Australia, el gobierno de Zedillo le ofreció aceptar voluntariamente su extradición a México y rechazó la propuesta, hasta que finalmente, en septiembre de 2001, se concretó la extradición y llegó a México, donde, ya como presidente el panista Vicente Fox, enfrentó sus procesos en libertad, luego de casi tres años de cárcel en Australia.

Al preguntarle si recuperó sus bienes, mencionó que los adquiridos antes de la comprar del banco, sí, pero no los comprados con el banco, como los hoteles Camino Real, Fertinal, Del Monte e Hidrosina.

Citó como ejemplo que la empresa Del Monte, que compró en 500 millones de dólares, el gobierno la vendió en 100 millones de dólares a un empresario chileno.

También resaltó que hace algunos años tuvo relación empresarial con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a quien invitó a jugar golf en México y le planteó su intención de comprarle el Hotel Plaza, ubicado en los linderos de Central Park de Nueva York, para establecer un Hotel Camino Real.

“Yo consideraba importante que la hotelería mexicana tuviera presencia en Nueva York. Fui a visitarlo dos veces para tratar de negociar y no llegué a un acuerdo con el precio”, recordó.

Sobre sus nuevos proyectos en Tabasco, expresó que ve mucho potencial en materia energética, agroindustrial, inmobiliaria y comercial, por lo que ofreció traer a sus amigos empresarios extranjeros para invertir en la entidad.

“Aquí en Tabasco hay oportunidades en petróleo, supermercados, agricultura. Me gustaría de nuevo hacer edificios en Tabasco”, señaló, y justificó que por cambios de gobiernos no concretó inversiones ofrecidas en el pasado.

Millonarias inversiones de saliva

Tras su extradición de Australia, Cabal Peniche reapareció en Tabasco en diciembre de 2003, como “asesor bananero”, para exportar a la Unión Europea 50 mil cajas de plátano cada 15 días, en sociedad con productores y el Grupo Empresarial Diamante (GED) que encabezaba Álvaro de Jesús Domínguez de la Huerta, socio del exbanquero.

Luego del encarcelamiento en Australia, Domínguez de la Huerta se hizo cargo de las fincas bananeras San Carlos, San Luis, Santa Teresa, San Fernando, La Asunción, La Esmeralda y Argentina, que Cabal tiene en Tabasco y Pichucalco, Chiapas.

Tres años atrás, en 2000, Domínguez de la Huerta desapareció de Tabasco dejando deudas por más de 30 millones de pesos a proveedores, empleados y prestadores de servicios a través de la GED y empresas filiales como el Grupo Bananero del Sur.

En junio de 2011, el exbanquero volvió a reaparecer en Tabasco, ahora del brazo del gobernador priista Andrés Granier Melo, para anunciar millonarias inversiones que nunca aterrizaron.

En el municipio de Nacajuca, Cabal y Granier develaron una placa conmemorativa para la construcción del Cine Plaza de la localidad, el primer “gran proyecto” que el Grupo San Carlos emprendía en Tabasco, con una inversión de 30 millones de pesos, y que consistiría en un conjunto de salas cinematográficas, salón para eventos, tienda de conveniencia, locales comerciales y estacionamiento.

Las inversiones alcanzarían para rescatar la abandonada Plaza de Toros de Villahermosa y construir otras plazas comerciales en los municipios de Macuspana, Balancán, Emiliano Zapata y en el puerto de Frontera, Centla.

No cumplió. Cabal no invirtió ni un cinco y retornó hasta octubre de 2014, en la administración perredista de Arturo Núñez, para firmar un contrato de concesión de la finca Las Lilias, propiedad del gobierno del estado.

De acuerdo con información oficial, el convenio fue suscrito entre la entonces Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal y Pesquero (Sedafop), Cabal Peniche y el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Tabasco, para desarrollar una variedad orgánica del plátano e impulsar su exportación.

La finca, que se utilizaba como vivero para producir diversas especies de árboles frutales y maderables, sería la base del proyecto de Cabal para invertir hasta 200 millones de pesos para desarrollar infraestructura y comercializar el banano tabasqueño a nivel mundial.

El exbanquero tampoco cumplió y ahora el gobierno morenista de Adán Augusto López Hernández gestiona la cancelación del contrato para recuperar la finca Las Lilias. (Fuente: Proceso)

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