PREVALECE DESINFORMACIÓN EN PROTESTAS POR PARQUÍMETROS: Durante el cierre del 2019, la polémica sobre estacionamientos en la vía pública dividió a playenses, pero…

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Tradicionalmente la movilidad urbana ha sido pensada en función del automóvil y ha generado severos problemas ambientales y de equidad.

Por Alfonso Castro Noriega

PLAYA DEL CARMEN, MX.- En los últimos días, circula en las redes sociales un vídeo que registra la marcha del pasado 13 de diciembre en Playa del Carmen en contra de la instalación de parquímetros. El contenido de la grabación ha generado todo tipo de suspicacias entre los internautas por el desenlace que tiene la manifestación.

Convocada y organizada a través de las redes sociales, la marcha congregó a no más de 40 personas, quienes portando algunos carteles, una manta y un pequeño pizarrón, expresaron su inconformidad hacia el sistema de parquímetros, PlayaParq, el cual opera oficialmente desde el pasado 01 de diciembre en la ciudad.

Cabe recordar que a inicios de octubre se promovió una primera marcha con el protagonismo político de algunos sectores que se han pronunciado en contra de la medida, que ya está avalada por el gobierno municipal y concesionada a la empresa Promotora de Reordenamiento Urbano S.A. de C.V. (Promourb) para la instalación y operación de los parquímetros y el programa de bicicletas compartidas, BiciPlaya.

Ambas convocatorias obtuvieron un mínimo de atención y no alcanzaron a ser masivas. El poco impacto que tuvieron en la población obedece a los periodos de adaptación y familiarización que se consideraron para dar a conocer el nuevo esquema de regulación del espacio público y los beneficios que traerá consigo tanto para los ciudadanos como para el municipio.

 

MARCHA EXPRÉS

El material audiovisual muestra a una periodista que durante el recorrido entrevista a varios de los manifestantes sobre los motivos de su participación. Sin embargo, la ambigüedad de las respuestas llevaron a los usuarios a cuestionarse sobre si existe o no una toma de conciencia real sobre lo que se estaba protestando en esta marcha.

“Estoy en contra, afecta al turismo. No era necesario poner parquímetros porque eso trae como consecuencia grúas y más problemas. El proyecto es totalmente negativo. Estoy en contra no solamente por el cobro, sino la proporción que existe en el cobro. No hay un solo lugar para incapacitados. Nos van a cobrar por estacionarnos frente a nuestra propia casa”, fueron las quejas recurrentes.

Sin embargo, estos argumentos pierden validez al ser cotejados –uno a uno– por la reportera con la información de las campañas de familiarización del programa de parquímetros que se difunden desde hace más de un año. La empresa concesionaria ha precisado, por ejemplo, que los vehículos con placas especiales para personas con discapacidad y los residentes de la zona que tramiten su tarjetón estarán exentos de pago.

Se hace evidente que más allá de unirse por una causa común, muchas de las personas que asisten a estas marchas improvisadas, lo hacen estimuladas por la visibilidad y el sentido de pertenencia e identidad que estas generan. En este caso, protestaban carentes de información con validez en materia de movilidad urbana o con la que les han proporcionado de forma tergiversada.

La gran paradoja es que la grabación que nos muestra al colectivo protestando por considerar que sus derechos individuales o colectivos están siendo vulnerados, también expone graves problemas que prevalecen en el espacio público de esta zona, donde la jerarquía de los vehículos sigue siendo prioritaria en detrimento de los peatones, ciclistas y personas con discapacidad.

El material audiovisual exhibe carros estacionados en zonas prohibidas y como una persona en silla de ruedas se ve obligada rodear los vehículos que invaden el paso peatonal para poder llegar a la rampa para discapacitados.

Al finalizar la marcha, es notable como la mayoría de los entrevistados ha cambiado de opinión al conocer y validar la información que les proporcionó la reportera, y reconocen que existen beneficios en los programas de PlayaParq y Biciplaya como parte del Plan Integral de Movilidad de Solidaridad.

RADICALIZACIÓN DE LAS PROTESTAS

Aunque la mayoría de los participantes se manifestaron y lanzaron consignas de manera pacífica, contrastó la postura radical de un hombre –en evidente estado de ebriedad– que vendría a desvirtuar las exigencias de los manifestantes.

En dos ocasiones, el sujeto aparece profiriendo amenazas que iban desde “quemar toda la ciudad”, hasta “partirle la madre” a quienes lleguen a su colonia a poner parquímetros.

Resulta evidente que existen diferencias fundamentales entre una manifestación en la que la gente alza la voz para buscar la atención de la sociedad con motivo de alguna injusticia y aquellas posturas que a través de desinformación y propaganda malintencionada polarizan y llegan a incitar a la violencia.

La quema intencional de parquímetros por parte de grupos vandálicos, pocos días antes que entrarán en funcionamiento, increíblemente fue “aplaudida” por alguno de estos grupos que dicen respaldar y proteger a la sociedad.

Se debe evitar la radicalización de las protesta social que incita al vandalismo.

HABLANDO SE ENTIENDE LA GENTE

Voces como la de la ambientalista Katerine Ender Córdoba, representante de la asociación civil Movimiento en Pro de los Derechos del Pueblo y fundadora de Guardianes del Manglar Cancún, opinan que el tema debe ser visto de una manera objetiva y apolítica, ya que “el uso de parquímetros y bicicletas en el centro de la ciudad tiene beneficios, para el medio ambiente, para el ordenamiento urbano y para la movilidad”.

Si bien existen prejuicios sobre la privatización de servicios públicos, en muchas ocasiones se requiere de inversión privada que aporte los recursos financieros que los gobiernos municipales no tienen, pero también habrá que garantizar la rentabilidad de las empresas privadas que se animen a invertir su capital en los organismos públicos si se quiere brindar servicios con una mayor eficacia y eficiencia.

Por otro lado, cualquier protesta social organizada deberá ser defendida al ser un derecho humano, pero habrá que prevenir –y poner bajo la lupa– la radicalización de los ciudadanos ante el actual ambiente político, altamente polarizado, que estamos viviendo.

Es importante que la sociedad siempre se manifieste de manera pacífica y prevalezca el diálogo, el entendimiento y la búsqueda de la unidad. De lo contrario, todos saldremos perdiendo. (Noticaribe)

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