Conmociona a víctima de violencia en Playa del Carmen, caso de feminicidio de Ingrid Escamilla

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Por Javier Chumacero

PLAYA DEL CARMEN, MX.- “Ariel” aún no toma una decisión. Sigue viviendo con su pareja, quien durante muchos años la maltrató psicológicamente hasta el grado de pensar en el suicidio. Con dos hijos, no cierra la puerta a encontrar una nueva relación.

“Ariel” no se llama así. Es una chica originaria de otra entidad que acude al Centro de Asistencia para la Mujer (CAM) del DIF municipal. Da la entrevista conmocionada por el caso de Ingrid en la Ciudad de México ocurrido esta semana.

Llega con su bolsa de productos para vender. Cuenta que llegó a esta ciudad hace 17 años. “A mi pareja lo conocí un día, quedamos para bailar, me dejó plantada, luego me invitó una paleta y a las pocos días ya vivíamos juntos. No hubo noviazgo”, recuerda.

Dice que en ese entonces no estaba enamorada, sino que buscaba alguien que le diera un “apapacho”. En su infancia no tuvo antecedentes de violencia, porque sólo su madre los sacó adelante a ella y a sus hermanos.

“Me embaracé muy rápido. Soy mayor que él dos años y me decía que ya estaba vieja. Cuando tenía 23 años me lo creía y me ponía triste. También me llamaba loca, fea y gorda. Ahora ya lo hablo y pienso que era muy tonta por hacerle caso”, relata con una semi sonrisa.

Además de todo lo anterior, su pareja le fue infiel: Me decía que ya tenía una novia. Que me fuera de la casa. Y así hasta que decidió salirse de la vivienda que pertenece a sus suegros. Lo hizo dos veces y dos veces regresó atraída por las promesas de “ahora sí voy a cambiar”.

De hecho, un día lo convenció de ir al CAM y ahí dijo que si “Ariel” se iba de la casa, no debía de trabajar, sino dedicarse a cuidar a los niños. “Yo soy muy activa por el ejemplo de mi mamá y no podría hacerlo”, señala.

Lo califica de “histérico” y “bipolar”. Afortunadamente, añade, lleva seis años de no tomar alcohol. “Lo quiero como el padre de mis hijos. Como a un amigo. Pero ya no estoy enamorada. Me rompió el corazón muchas veces”, puntualiza y baja la mirada.

¿Te darías otra oportunidad con una nueva pareja?, se le pregunta.

En su momento creo sí. Con un poco de miedo y temor, pero creo que puede llegar la persona indicada.

¿Has hablado de este tema con tus hijos?

Ellos lo han visto y me dicen que porqué sigo con él con todo lo que me ha hecho. Y otras personas también me dicen que yo tuve la culpa porque así lo acostumbré. Espero que mis hijos no sean así con sus novias. Les he dicho que sean detallistas. Que es muy bonito. Me dolería mucho que repitieran el ejemplo de su papá. (Noticaribe)

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