El senador José Luis Pech Várguez salió la semana pasada a defender la estrategia del gobierno federal para enfrentar la pandemia del coronavirus con un video en redes sociales en el que arremete contra “los medios que difunden noticias falsas sobre el Covid19”.
José Luis Pech, designado en abril por el presidente Obrador como el enlace del gobierno federal para las acciones en contra del COVID-19 en Quintana Roo, no dice cuáles son estos medios que difunden supuesta información falsa y tampoco dice cuál es la información falsa.
Pero el senador, con una tabla comparativa con los números de otros países en el que se presentan contagios y muertos por coronavirus por cada cien mil habitantes, dice que esta es la información que ‘olvidan’ presentar estos medios.
Y dice: “la omisión también es pecado”.
Llama la atención el sesgo religioso que busca imprimirle el senador chetumaleño a la supuesta omisión de los medios sobre todo viniendo de un hombre que en el pasado cultivó su perfil de académico e ilustrado.
Hoy Pech Várguez busca estar en sintonía con la liturgia matutina del habitante de Palacio Nacional que todo lo ve desde el tamiz de una moral cristiana acomodada a sus caprichos, donde los malos y pecadores son los otros y nunca los que están con él.
¿Será que quiere el senador congraciarse por la vía religiosa con el hombre que habrá de palomear al próximo candidato a la gubernatura?
Vaya, esto no se había visto.
Sobre las cifras que el senador dice que los medios omiten, varios internautas le hicieron ver que lo que omite el gobierno federal es precisamente la realización de pruebas de coronavirus donde México ocupa uno de los últimos lugares en todo el mundo.
Cómo tomar como verdad absoluta que México tenga cifras comparativamente menores por cada cien mil habitantes si no realiza las pruebas suficientes para saber cuántos son los que realmente están contagiados.
Esa cifra nadie la sabe y el mismo López-Gatell cada día da más pretextos para no explicar lo que no puede porque la realidad es que no hay cifras confiables de contagios en México.
Y no las hay porque no se hacen las pruebas necesarias, se omiten muertos (como ya reconoció la propia Claudia Sheibaum) y la plataforma que usa el gobierno federal impide capturar el número total de nuevos enfermos en los estados como ya lo denunció el gobierno de Yucatán, cuando en un mercado hicieron pruebas y detectaron 50 casos, pero el sistema sólo les aceptó registrar cinco contagios.
En este punto, ¿la omisión, esta omisión, es pecado o nomás negligencia?
Usar estos datos para arremeter contra medios y, además, llamarle pecadores a los que supuestamente la omiten, suena a perversidad política… o a estrategia barata de los nuevos predicadores de pueblo que han llegado a la plaza de la mano de la 4T.
Luz, más luz, Dr. Pech…