Por Saraí Reyes
CANCÚN, MX.- Tras el recorte al presupuesto de la Comisión de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), derivado del Plan de Austeridad ante la pandemia del COVID-19, decretado el pasado 23 de abril, el Observatorio Académico de Sociedad, Medio Ambiente e Instituciones, advierte del riesgo ambiental que corren las futuras generaciones, ya que la Conanp está encargada de proteger y preservar las áreas con mayor biodiversidad en nuestro país.
Enrique Martínez Meyer, investigador del Instituto de Biología de la UNAM, refiere que estudios recientes revelan que en la biodiversidad han documentado que este problema es verdaderamente agudo no sólo en México, sino a nivel mundial y que al debilitar las instituciones se agiliza el proceso de extinción masiva, lo que sería la sexta extinción masiva en donde se estima que en el mundo alrededor del 30% de la biodiversidad podría estar en un proceso de extinción y que un millón de especies podrían estar en peligro de extinción.
“Ahora hay otros aspectos que preocupan, por ejemplo el congelamiento de los recursos del programa que permite la sinergia entre la Conanp y PNUD (Plan de las Naciones Unidas para el desarrollo) que, además ponen en riesgo las plazas entre 150 y 200 trabajadores y consultores técnicos, que en su mayor parte son principalmente guardaparques y gente que trabaja en las comunidades”, dijo.
Agregó que la Semarnat ha sufrido una disminución de su presupuesto desde el 2016, con la reducción del 61 por ciento en comparación con lo obtenido en los años del 2008 al 2015, que fueron sus años de gloria y en el 2020 tuvo una reducción del 31% más a lo asignado en el 2018.
“El 50% del territorio nacional ya está transformado a diferentes grados de impacto y la agricultura es el principal motor de transformación, ahí la importancia de frenar esta actividad”, añadió.
Asimismo, aseguró que uno de los impactos positivos de la pandemia, es que hubo un respiro al planeta en la reducción de emisiones, la liberación de la presión a la fauna y flora, un mayor control de comercio de fauna, reducción de movilidad de especies; aunque en los negativos se encuentran el rebote de actividad con impactos exacerbados y una crisis económica social, además de mayor desempleo, aumento de migración, riesgo de aumento de la delincuencia, debilitamiento de instituciones ambientales, deterioro de infraestructura, clausura de programas, aumento de delincuencia ambiental, riesgo de invasiones en zonas conservadas, aumento de saqueo y tráfico de especies y cumplimiento del marco legal ambiental. (Noticaribe)
