EN AGUAS TURBULENTAS PODRÍA SEGUIR DESINTEGRÁNDOSE: El iceberg gigante A-68, tres años después de su desprendimiento de la Antártida

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El gigantesco iceberg que se separó de la barrera Larsen C de la Antártida el 12 de julio de 2017 se encuentra en estos momentos en aguas abiertas del Atlántico Sur, cerca de las islas Orcadas del Sur, a unos 1.050 km del lugar dónde se originó. Tras perder dos fragmentos, esta colosal montaña de hielo es algo menor de lo que era al principio y, ahora que se encuentra en aguas más turbulentas, podría seguir desintegrándose.

En el momento de separarse, A-68 tenía aproximadamente el doble del tamaño de Luxemburgo, por lo que constituyó uno de los mayores icebergs jamás registrados y cambió el perfil de la península Antártica para siempre. No obstante, a pesar de su tamaño, es sumamente delgado, con tan solo un par de cientos de metros de espesor.

Durante los últimos tres años, misiones satelitales como Sentinel-1 de Copernicus han efectuado un seguimiento del iceberg a medida que se desplazaba por el océano Austral. Durante los dos primeros años, permaneció cerca de la barrera de la que procedía, obstaculizado por el hielo marino.

No obstante, casi inmediatamente después del parto perdió un fragmento de hielo, por lo que pasó a llamarse A-68A, mientras que su descendiente recibió el nombre de A-68B. Más recientemente, en abril de 2020, A-68A perdió un nuevo fragmento: A-68C.

Los icebergs de la Antártida son bautizados según un método no demasiado romántico: su nombre comienza con la letra del cuadrante de la Antártida donde el iceberg se avistó por primera vez, seguido de un número secuencial y, si el iceberg se fragmenta, una letra secuencial.

Aunque A-68A es un iceberg delgado, ha mantenido su integridad razonablemente bien, aunque los satélites serán clave para detectar nuevos cambios ahora que se halla en aguas abiertas.

La imagen que aparece más arriba, capturada por la misión de radar Sentinel-1 de Copernicus, muestra el iceberg el 5 de julio de 2020, pocos días antes de su tercer aniversario. Los satélites de radar proporcionan imágenes independientemente de las condiciones lumínicas o meteorológicas, algo indispensable para vigilar las remotas regiones polares, que se ven envueltas en la oscuridad durante los meses de invierno.

El mapa muestra las distintas posiciones de A-68A durante este viaje de tres años. En él no solo destaca cuánto tiempo permaneció cerca de la barrera Larsen C, sino cómo, durante el último año aproximadamente, su velocidad de desplazamiento ha aumentado de forma considerable.

El mapa también incluye trayectos históricos de icebergs basados en datos de distintos satélites, incluidos los satélites ERS-1 y ERS-2 de la ESA, y muestra que A-68A está siguiendo una ruta muy transitada.

La imagen mayor que aparece más abajo, capturada por la misión Sentinel-3 de Copernicus, muestra la posición de A-68A en febrero de 2020. (FUENTE: ESA)

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