CIUDAD DE MÉXICO, MX.- Omar García Harfuch, actual Secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, fue sometido por lo menos en tres ocasiones al examen del polígrafo, mejor conocido como detector de mentiras, como parte de los procesos obligatorios aplicados por la Dirección General de Control de Confianza de la Policía Federal a la que perteneció, publicó aristeguinoticias.com.
En diferentes ocasiones, a la pregunta: “¿Mantienes compromisos con la delincuencia organizada?”, García Harfuch registró “reacciones significativas de falta de veracidad”, según quedó asentado en los informes correspondientes.
El 13 de enero de 2009, el 18 mayo de 2011 y el 6 de octubre de 2011, quedó sembrada la duda de si el funcionario contestó con la verdad sobre sus vínculos con la delincuencia organizada. Al final, la Dirección General de Control de Confianza llegó a una conclusión. En la parte inferior derecha del Reporte Integral de Evaluación, puede leerse con letras mayúsculas la frase definitiva: Omar García Harfuch “NO CUMPLE CON EL PERFIL”.
García Harfuch entró a la PF gracias a Luis Cárdenas Palomino y fue uno de sus colaboradores más cercanos del 2008 al 2012. Acorde al marco legal, luego de haber reprobado los exámenes de control de confianza, debió haber sido retirado del servicio público como policía. De hecho, la Unidad de Asuntos Internos de la corporación solicitó formalmente que se iniciara un proceso administrativo en su contra por no cumplir con el requisito de aprobar los procesos de control de confianza para permanecer en la institución.
Pero, lejos de eso, Cárdenas Palomino, su mentor y protector, lo mantuvo en su entorno más inmediato, lo ascendió y le dio nuevas comisiones.
A través de una investigación periodística, se obtuvo copia del expediente oficial del paso de García Harfuch por la Policía Federal durante la gestión de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública Federal, y Cárdenas Palomino, su brazo derecho, hoy acusados en una Corte Federal de Nueva York de narcotráfico y recibir sobornos del Cártel de Sinaloa y de los Beltrán Leyva en la época en que el jefe policiaco capitalino era parte del círculo más cercano.
Los documentos incluyen información desde su ingreso a la PF el 1 de septiembre de 2008, sin ninguna preparación ni experiencia en la materia, hasta el 2013, cuando fue nombrado titular de la Coordinación Estatal de la PF en Guerrero, cargo que ocupaba cuando fueron atacados y desaparecidos los 43 normalistas de la Escuela Normal de Ayotzinapa en septiembre de 2014.
En tan sólo cuatro años, gracias a Cárdenas Palomino escaló de Suboficial a Inspector General, cuando le habría debido tomar por lo menos 16 años de acuerdo con el manual y reglamentos internos de la PF. Según los documentos obtenidos, su meteórica carrera no fue por eficiencia o méritos policiacos. Al contrario.
Los documentos obtenidos de la Unidad de Asuntos Internos (UAI) señalan sobre García Harfuch que “su rendimiento intelectual se encuentra ubicado en el rango Inferior al Término Medio”, realizaba constantemente cateos sin orden judicial con el conocimiento de sus superiores –es decir, Cárdenas Palomino–, cometía abusos en las detenciones, y presentaba ineptitud e ineficacia en su gestión como Suboficial.
Además, durante las evaluaciones a las que fue sometido, García Harfuch declaró textualmente que su hermanastro Javier García Morales fue asesinado en Jalisco, en 2011, por sus nexos con el crimen organizado. Vínculos que de acuerdo con la DEA también tenía su padre, Javier García Paniagua, ex titular y directivo de la Dirección Federal de Seguridad de 1976 a 1980.
El viernes 26 de junio de 2020, el Secretario García Harfuch sufrió un atentado en Las Lomas de Chapultepec en el que dos de sus escoltas y una civil murieron y él resultó herido. De manera inmediata, él atribuyó el ataque al Cártel Jalisco Nueva Generación, rival del Cártel de Sinaloa.
Reprobado en exámenes de control de confianza, con “reacciones significativas de falta de veracidad” en su relación con el crimen organizado, rendimiento intelectual por debajo del promedio, con antecedentes de realizar cateos sin orden judicial y detenciones arbitrarias.
Este es Omar García Harfuch, quien según medios de comunicación se perfila para ser el próximo Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana Federal, en sustitución de Alfonso Durazo, quien dejará el cargo para contender por la gubernatura de Sonora.
Cárdenas Palomino, padrino y mentor
El 1 de septiembre de 2008, a los 26 años cumplidos y sin tener estudios profesionales como obligaba la ley, Omar Hamid García Harfuch ingresó por la puerta grande a la Policía Federal, con el cargo de Suboficial y de la mano de Luis Cárdenas Palomino. Así, seguía los pasos de su padre, Javier García Paniagua, fallecido en 1998, quien fuera cabeza de la Dirección Federal de Seguridad en los tiempos totalitarios del PRI.
En un organigrama del narcotráfico en México realizado por la agencia antidrogas de Estados Unidos, DEA, fechado en 1986 y del cual se tiene copia, el gobierno americano tenía claramente identificado a García Paniagua, originario de Jalisco, como parte de la red criminal del entonces llamado Cártel de Guadalajara, específicamente con los narcotraficantes Francisco Uriarte, Esteban Menchuca y Manuel Salcido Uzueta alias El Cochiloco. En el esquema se menciona un rancho en Guanajuato, que después heredaría su hijo Javier García Morales, que según la DEA era usado como laboratorio.
En el “Reporte Integral de Evaluación” realizado durante el examen de control de confianza practicado a García Harfuch entre 2011 y 2012 por la Dirección General de Control de Confianza de la PF, del cual se tiene copia, él mismo narró cómo fue que entró a la corporación en septiembre de 2008 aún sin tener ninguna preparación ni experiencia en la materia.
En ese tiempo, García Harfuch trabajaba como gerente en la Red Inmobiliaria del Ángel, fundada por su madre, María Harfuch Hidalgo, mejor conocida en el mundo de la actuación como María Sorté. A través de esa empresa, gestionaba la renta del patrimonio inmobiliario de su madre. Departamentos y una casa en Polanco, y una residencia en Acapulco, Guerrero, entre otros.
Su nivel de estudios máximo era el bachillerato, el cual terminó en 2001 a través del sistema de educación abierta. Cursó hasta el quinto semestre de la Licenciatura en Administración de Empresas en la Universidad Anáhuac, pero abandonó los estudios. Y dejó el negocio familiar para irse a la PF.
“Mencionó que se enteró de la vacante porque la amiga de su madre la C. Rosa María Orozco le presentó en agosto de 2008 al Lic. Luis Cárdenas Palomino, Director de la Coordinación (de Inteligencia) para la Prevención del Delito quien le dio la oportunidad de integrarse al Grupo 1 de la Unidad Nacional de Operaciones el 1 de septiembre de 2008”, señala el documento de la PF.
Rosa María de la Garza Ramírez, mejor conocida como Rosa María Orozco o Rosy Orozco, por el apellido de su esposo, Alejandro Orozco, fue diputada federal del PAN del 2009 a 2012. Se le considera hasta ahora muy cercana al ex presidente Felipe Calderón y su esposa, Margarita Zavala. Ha sido el centro de diversos escándalos porque durante el gobierno de Vicente Fox y Felipe Calderón, a través de dos organizaciones no gubernamentales encabezadas por ella y su esposo, recibió propiedades incautadas para atender a las víctimas de delitos como el de trata, pero según una denuncia pública presentada en su contra en 2015 por la senadora de Tlaxcala Adriana Ávila, también del PAN, en vez de proteger a las víctimas, Rosy Orozco las explotaba.
Rosy Orozco es fundadora y directora de la organización de carácter religioso Casa sobre la Roca, una organización muy cercana a los Calderón-Zavala y a la que la esposa de García Harfuch, Marianela Mina Cabrera, quien también ha formado parte de la dirigencia según el libro La Cruzada de Calderón, publicado por el periodista Rodolfo Montes, quien la entrevistó directamente.
La cercanía de Orozco con Cárdenas Palomino no fue temporal, de hecho, prevalece hasta ahora. En marzo pasado, Orozco logró conseguirle al defenestrado jefe policiaco una cita en la Secretaría de Hacienda para pedir que se descongelaran las cuentas bancarias que la Unidad de Inteligencia Financiera congeló a él y a su familia en diciembre de 2019, tras la detención de García Luna en Estados Unidos.
Promovido y protegido
García Harfuch de inmediato se integró al equipo más cercano de Cárdenas Palomino, cuyo padre también había sido jefe policiaco en el DF, en los tiempos en que García Paniagua era titular de la DFS. Sin pasar por la academia de policía y sin ningún curso o preparación en la materia, Cárdenas Palomino lo asignó a la “Dirección General de Tráfico y Contrabando” con el grado de Suboficial ese mismo 1 de septiembre de 2008 de acuerdo con la ficha de ingreso de la cual se tiene copia.
Desde el 2008 hasta 2012, Cárdenas Palomino firmó directamente todos sus ascensos y ordenó todas sus comisiones, de acuerdo a la documentación obtenida.
Del 1 de septiembre de 2008 a 2009, el nuevo recluta fue nombrado Jefe de Departamento en la Coordinación de Inteligencia y Cárdenas Palomino le asignó “investigaciones confidenciales” en Puebla, Guadalajara, Hidalgo y otros estados de la república.
De 2009 a 2010, fue ascendido por Cárdenas Palomino a encargado de grupo en la Dirección General de Tráfico y Contrabando. En tan sólo dos años, de una manera atípica, García Harfuch ascendió a una plaza SUBPF10 y casi se le cuadruplicó el sueldo inicial. Y, durante el 2010, Cárdenas Palomino nombró a García Harfuch Director de Apoyo Operativo Regional, de la División de Seguridad Regional.
El jefe de la policía capitalina incluso debe a Cárdenas Palomino los cursos que hizo en Estados Unidos, como el llevado a cabo del 14 al 25 de agosto de 2011 en Quántico, Virginia llamado Seminario para el desarrollo de ejecutivos/ agentes de ley y orden del gobierno de la República Mexicana. De acuerdo con la información recabada, sólo los más cercanos iban a esos cursos, como Iván Reyes Arzate, coacusado con García Luna y Cárdenas Palomino en Nueva York.
Aunque formalmente estaba adscrito a la Coordinación Estatal de la Policía Federal en el DF, a partir de finales del 2011 hasta 2012 Cárdenas Palomino le asignó a García Harfuch una comisión “confidencial” en Guerrero, de manera casi permanente. En ese tiempo, el territorio estaba bajo el control del Cártel de los Beltrán Leyva. Tras la caída de Alfredo, Arturo y Carlos Beltrán Leyva, su hermano Héctor estuvo al frente de la organización criminal hasta el 2014.
En las cortes federales de Chicago y Nueva York, se acusa a Cárdenas Palomino de haber trabajado para dicha organización criminal. Sergio Villarreal Barragá, alias El Grande, lugarteniente de los Beltrán Leyva, declaró en 2018 en Chicago que fue testigo de las reuniones entre Cárdenas Palomino y dicha organización criminal.
Gracias a Cárdenas Palomino, García Harfuch tuvo una carrera meteórica. En cuatro años, pasó de Suboficial 20 a Inspector General, cuando de acuerdo con el reglamento y manual del Consejo Federal de Desarrollo Policial de la PF ese ascenso tuvo que haberle tomado por lo menos 16 años.
Debió haber estado al menos dos años como Suboficial para ascender a Oficial. Tres años como Oficial para poder aplicar a exámenes de promoción que le permitieran subir al grado de Subinspector, tres años en ese puesto para llegar a Inspector, cuatro años en esa posición para aspirar a ser Inspector en Jefe y cuatro años de Inspector Jefe para llegar a Inspector General.
De acuerdo con el contenido del expediente de la Unidad de Asuntos Internos, los ascensos, mejores salarios y numerosas comisiones “confidenciales” que obtuvo García Harfuch no correspondían a su eficiencia o diligencia en el trabajo. Por el contrario, según los documentos obtenidos había cometido ya diversas irregularidades con el conocimiento de sus superiores, además de reprobar los exámenes de control de confianza.
Reprobado
Del 2009 a 2012, García Harfuch por ley tuvo que someterse a exámenes de control de confianza que debía aprobar para poder entrar y permanecer en la PF.
El examen consiste en una evaluación poligráfica (detector de mentiras), investigación de entorno socioeconómico, evaluación médica y toxicológica, y evaluación sicológica. El resultado es único e integral e inapelable.
En el expediente, se explica que el proceso de evaluación de control de confianza que realiza esta unidad Administrativa es un proceso exhaustivo de actuación, que busca obtener una visión psicosocial del personal evaluado, a fin de verificar que los mismos conducen su actuación en apego a los principios consagrados para las Instituciones de Seguridad Pública.
Se indica que la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública obliga a los integrantes de las instituciones de seguridad pública a someterse a evaluaciones periódicas “para acreditar el requisito de permanencia, así como obtener y mantener vigente el certificado único policial”. Se abunda que dichos exámenes tienen la finalidad de hacer posible la depuración de los cuerpos policiales de elementos negativos, vinculados con organizaciones delictivas o sin el perfil adecuado.
De acuerdo con el expediente PF/SG/CSDP/DGCC/12581/2012, fechado el 19 de julio de 2012, elaborado por la Dirección de Control de Confianza, luego de haber analizado los datos de las cuatro áreas evaluadoras se dictaminó que Omar Hamid García Harfuch reprobó el examen.
“Derivado de cada uno de los exámenes practicados se emite en su conjunto un resultado único e integral y en el caso del C. García Harfuch Omar Hamid, el resultado obtenido por este es el de No Cumple con el Perfil”.
Como consecuencia, la Unidad de Asuntos Internos inició una investigación con el número UAI/DGII/5518/12 contra García Harfuch.
Incapaz y arbitrario
El Reporte Integral de Evaluación señaló de manera directa y sin ambigüedad la incapacidad de García Harfuch como jefe policiaco. Falta de liderazgo, pérdida de control sobre sus subordinados, actitud hostil, fracaso en sus investigaciones, y “rendimiento intelectual ubicado en el rango Inferior al Término Medio”, son parte de algunos de los señalamientos que se hicieron sobre su tarea como policía.
Se transcribe lo señalado en el documento: “Derivado de su necesidad de aceptación, denota falta de liderazgo ante los demás, pues se muestra laxo y permisivo con las personas bajo su cargo, es así que les consciente efectúen su trabajo de manera autónoma con la finalidad de no ejercer presión en ellos, incluso debido a esto no los supervisa, condición que le lleva a perder el control sobre sus subordinados, pues no se percata de las faltas en las que incurren, por tanto, descuidan los puntos de investigación que les son delegados, no acuden a estos o bien los abandonan, condición que repercute en la recolección de información, por tanto retrasa las averiguaciones previas de los temas que le son delegados”.
El reporte añade: “Dada la angustia que denota ante el cúmulo de sus tareas se abruma, desorganiza y pierde la atención, es por esto que olvida realizar las funciones que le son encomendadas, tales como planear cursos sobre trata de personas para elementos de seguridad, lo cual le ha llevado a ser reprendido. Así mismo, debido a la tensión que le provoca concretar operativos muestra actitudes hostiles hacia los demás, pues ante la desesperación que le producen los trámites administrativos para acudir a estos levanta la voz al grado de generar fricciones…”.
“Aunado a lo anterior derivado del agotamiento que le produce el estrés durante la ejecución de su labor el rendimiento disminuye, es por ello que pierde la visión de lo que ocurre en su entorno y descuida sus tareas, lo cual le ha llevado a ser descubierto mientras se encuentra en puntos de vigilancia lo que frustra las indagaciones y por tanto limita sus trabajos, aspectos que hacen evidente su baja capacidad para emitir respuestas asertivas ante situaciones imperantes”.
Además, la evaluación de control de confianza arrojó que García Harfuch presentaba un rendimiento intelectual menor que el promedio: “Su rendimiento intelectual se encuentra ubicado en el rango Inferior al Término Medio, esto complica abstraiga y comprenda la información que su entorno le brinda, es por ello que se le complica organizar datos para llegar a una conclusión y resolución de problemas, por tanto, requiere de ayuda de su equipo para efectuar una síntesis de las averiguaciones hechas y poder planear líneas de acción en base a éstas, de lo contrario no logra solventar las situaciones ni los temas que se le delegan”.
Mentiras sobre nexos con crimen organizado
De acuerdo con el expediente de la Unidad de Asuntos Internos, desde el primer examen de polígrafo practicado a García Harfuch en 2009, arrojó resultados de falsedad respecto a su relación con el crimen, y en otros dos posteriores realizados en 2011.
“Se registraron reacciones significativas de falta de veracidad en la pregunta: En el último año ¿mantienes compromisos con la delincuencia organizada?”.
La Unidad de Asuntos Internos afirma en el expediente que desde el primer examen de polígrafo practicado a García Harfuch, el 13 de enero de 2009, y en el segundo, practicado el 6 de octubre de 2011, no se apegó al procedimiento e indicaciones que se le dieron y se registraron reacciones significativas de falta de veracidad en el área relacionada con Delincuencia Organizada y Grupos Delictivos.
También presentó las mismas “reacciones significativas de falta de veracidad”, indica el informe, al responder a las preguntas: “¿En el último año, ¿has consumido alguna droga ilegal?” y “En el último año, ¿has cometido algún delito?”.
Durante el examen que le fue practicado por personal especializado de la PF, García Harfuch habló del homicidio de su hermanastro Javier García Morales, quien fue secretario general adjunto del PRI cuando Roberto Madrazo era el líder nacional del partido. Fue asesinado en Guadalajara en una cafetería, en septiembre de 2011. El jefe de la policía de la Ciudad de México dijo que su hermanastro “fue ejecutado por negocios con la delincuencia organizada”.
En el año 2000, García Morales había sido investigado por la PGR por sus presuntos vínculos con el Cártel de Juárez, pero no se ejerció acción penal en su contra.
Cateos sin orden judicial y contacto con criminales
“En su actual empleo, con el conocimiento de sus superiores, coordina personal a su cargo para la realización de cateos sin la orden escrita correspondiente, en domicilios presuntamente vinculados con los delitos de secuestro y narcomenudeo”, se afirma en el documento y que debido a este tipo de errores en 2011 tuvo que pagarse una indemnización por los daños materiales hechos a una casa a la que García Harfuch se metió por equivocación.
“En colaboración con los Coordinadores Estatales en Guerrero y Nuevo León presenta a detenidos ante el Ministerios Públicos que le indican, luego de varias horas de haberlos asegurado”, señala el expediente.
García Harfuch reconoció que tenía contactos con integrantes de la delincuencia, quienes según su dicho le proporcionaban información. Dijo que no los arrestaba “al no existir flagrancia”.
“Uno de ellos, de ocupación trailero, le ofreció beneficiarse si aceptaba quitar del lugar –ejecutar– a integrantes del grupo delictivo Los Zetas, lo cual no aceptó”, señala el documento.
Unidad de Asuntos Internos pidió darlo de baja de la PF
Tras la investigación realizada por la Unidad de Asuntos Internos, el 25 de septiembre de 2012, la titular de la unidad, María de la Luz Núñez Camacho, envió al presidente del Consejo Federal de Desarrollo Policial la solicitud de “inicio del procedimiento administrativo” en contra de García Harfuch porque no cumplió con el requisito de permanencia, consistente en aprobar los procesos de evaluación de control de confianza, el cual tenía la obligación de cumplir según el artículo 123 de la Constitución Política de México. Asimismo, la UAI solicitó que se le diera intervención durante el procedimiento que se hiciera a García Harfuch.
De acuerdo con el Diario Oficial de la Federación, en ese momento quien era el presidente del Consejo Federal de Desarrollo Policial era la titular de la PF, Maribel Cervantes, y el Secretario de dicho Consejo era Oswaldo Luna Valderrábano, familiar de Genaro García Luna.
En diciembre pasado, la Unidad de Inteligencia Financiera que encabeza Santiago Nieto descubrió que Luna Valderrábano es parte de la red financiera que ayudó a García Luna a mover millones de pesos y dólares provenientes de actividades de la delincuencia organizada.
En mayo de 2012, la PF había dado a conocer que mil 98 elementos de la PF habían sido suspendidos y serían dados de baja porque incumplían con los requisitos de permanencia. Regularmente, el proceso general para dar de baja a un policía en esta circunstancia era de uno a dos meses. Pero no fue así para García Harfuch.
Su jefe, Luis Cárdenas Palomino, no sólo le permitió quedarse, sino que se le ascendió de Suboficial a Inspector General, y el 28 de septiembre de 2012 lo comisionó a Guerrero de acuerdo con la documentación de la que se tiene copia, aunque la Unidad de Asuntos internos ya había pedido formalmente su baja de la institución.
Según la información recabada durante esta investigación periodística, fue Cárdenas Palomino quien ordenó la permanencia de García Harfuch en la corporación. El excomisario de la PF Javier Herrera Valles, desde 2008 había documentado cómo personas que habían reprobado el examen de confianza eran insertadas en la PF o mantenidas en ésta porque eran protegidos por García Luna, Cárdenas Palomino y Luna Valderrábano.
El 12 de febrero de 2013, Enrique Francisco Galindo, en su calidad de Comisionado Interino de la PF, dio el nombramiento a García Harfuch de Coordinador Estatal Guerrero de la PF con lo cual le daba continuación al interés de Cárdenas Palomino de tenerlo en dicho Estado.
De acuerdo con todos los oficios de asignación de cargo entregados por la PF a la autora de este reporte con base en la Ley Federal de Transparencia, García Harfuch fue el titular oficial y responsable legal de dicha Coordinación hasta el 16 de marzo de 2015, cuando Galindo Ceballos lo nombró Titular de la División de Investigación de la Policía Federal y le dio el grado de Comisario General. (Fuente: aristeguinoticias.com)