Sólo hasta que Cancún se empezó a ahogar entre desperdicios, la Alcaldesa Mara Lezama tomó la decisión de intervenir a la empresa ‘Intelligencia México’, incompetente concesionaria del servicio de recolección de basura, para evitar el colapso total del principal destino turístico de México.
Pero que nadie se equivoque, la morenista Mara no se lanzó a salvar la ciudad, sino a la empresa y a sus propias aspiraciones de repetir en el cargo y de buscar luego algo más, porque ya dejó en claro que la intervención es sólo temporal porque no avanzará en el proceso de revocación de la concesión.
Los problemas de ‘Intelligencia México’ no son nuevos y sus crisis en el servicio de recolección de la basura son cíclicos en Cancún.
Pero la alcaldesa Mara Lezama nada hacía ni les decía porque detrás de la concesión hay una maraña de relaciones de negocios y políticas que hacían que el derecho de la sociedad de vivir en una ciudad limpia pasaran a un segundo o tercer plano.
Sólo hasta ahora, cuando según las cifras de la propia presidente municipal hay alrededor de 6 mil toneladas de basura regadas en las calles y avenidas de Cancún, se decidió a actuar y relevar las funciones que la empresa no puede hacer porque, en las últimas de las calamidades, ahora también enfrenta un paro de labores de trabajadores que exigen el pago de prestaciones no pagadas.
Es así que el Ayuntamiento entra al quite para realizar la labor que la empresa no puede realizar, pero no hay un planteamiento serio para revocar la concesión que a todas luces no funciona porque eso sería tocar intereses mayores de los promotores políticos de la Alcaldesa morenista.
Así, con un gobierno cómplice y complaciente como el de Mara Lezama, Cancún seguirá padeciendo de la ineptitud de esta empresa y de las autoridades que lo solapan.
Y la ineptitud también es corrupción.
