POIESIS | Dos poemas | por Lucía Calderas

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:pintito.

Abuela con su voz aporteñada y llorosa

llamó a las 6 pm para contarnos que secuestraron al hijo de mi tío Gato

Es un escuincle de a lo mucho 13 años y le dicen Gatito

lo levantaron una tarde amoratada entre la polvareda de mi pueblo

tenía la cara sucia y paseaba en su moto con otros chamacos con dedos chamagosos. Las cámaras de la tienda de abarrotes no captaron nada

(Siempre hay un punto ciego
en la penumbra de las cosas que están por derrumbarse)

Semanas más tarde le llamaron a mi tío para darle instrucciones de dónde y cómo depositar el dinero. Si lo que siguió fuera un instructivo iría algo así:

•Venticincomil pesos, primero.

•Llevarlos a escondidas a la Basílica.

•Quedar plantado,

 dos veces la misma semana.

•Pedir dinero prestado.

•La fiscalía no responde.

•Empeñar la tele y los ojos hinchados.

•Otra vez dejaron al Gato plantado.

•Ansiolíticos genéricos (no alcanza para la patente ni para la paciencia).

•La prisa.

•Llamadas y gritos.

•Estupefacientes y demandas.

El último paso es que nos llega un sobre por la mañana, a la hora del desayuno, donde se

come pan dulce con café exageradamente azucarado.

El sobre está muy sucio.

Contiene un dedo del Gatito.“Pero los gatitos no tienen dedos” piensas.

“Tienen garritas”, dices

Nosotros pensábamos igual pero ese día cambió nuestra idea de lo que puede ser un gato, de lo que puede ser un hijo y de lo que puede ser amar.

Empezamos a creer en la gente que dice que cuando pegas tu oído a una caracola se escucha el mar porque mi tío tomó el dedo entre sus brazos y le cantó una canción de cuna y

entonces Gatito apareció ante todos nosotros y su dedo era el mismo

casi un recién nacido

que abre los ojos por primera vez;

misterio y escándalo

(alguien en algún lugar del mundo eleva al cielo un aleluya)

misterio y escándalo

(alguien en algún lugar del mundo eleva al cielo un misil

tejiendo un puente de cenizas)

misterio y escándalo

Este es el espanto:

Qué sabe la casualidad

sobre desaparecer de repente

si ese día vimos como Gatito era un hombre verdadero

casi de Vitruvio

de no ser por su incompletitud

Encendimos un cirio

para buscar entre la mañana la fe

y espantarnos de los pies las cucarachas.

quisimos imprimir sobre nuestros rostros

este nacimiento, Gatito en el vientre de esa crueldad

siendo parido por el amor de su padre.

Se nos cierran los párpados;

y resulta que sí,

que se puede cubrir el sol con un dedo.

El café después de abrir el sobre se enfrió y nos supo amargo.

Mi tío Gato sembró el dedito en el patio

Después de 15 días lloró porque no germinaba

Yo le dije que seguro se había convertido en una lombriz y él lloró sobre la tierra. Al otro día llovió y ahí se formó moho.

Luego pasaron los días y cada vez había menos muebles en la casa.

Menos lugares donde sentarse.

Menos cosas que hacer.

La espera se colaba por las paredes como insistiendo

en que se llenara toda la casa

de humedad y tiempo vacío.

Sólo quedaron las camas y el comedor y paseábamos de un lugar a otro. Pateábamos corcholatas con las que después jugábamos rayuela

y al final del día las contábamos cual ovejas

para arrullarnos y soñar con otra cosa.

El menú también se fue haciendo más breve

empezamos a chuparnos los dedos

hasta llegar al tuétano.

Cuando reunimos el dinero suficiente, nos regresaron a Gatito unos días antes de Navidad. Sólo nos alcanzó para romeritos pero estábamos tan felices. Todos. Menos Gatito. Pasó

toda la cena con su mano derecha metida en el bolsillo de su chamarra ADIDAS pirata. Resulta que el dedo no germinó en el patio sino en el niño,

ahí mismo en el cuerpo del Gatito:

yo vi ese día

toda la primavera

florecer hecha vergüenza.

 

*

 

Oración al chamo Ismael

Esta vez quieres ser un pájaro.

Olvidarte de los ramilletes y las veladoras

las limpias, el incienso o el copal. Sabes que es suficiente con el aroma de una desgarradura que portas no tan alegremente desde que abriste la boca

por primera vez.

La policía entrará a las casas

incluso si tienen sangre de cordero en el dintel.

Tu piel se deshojará a la menor provocación y lo sabes.

Resbalarás con la mirada fija de todes les niñes a tu alrededor asombrados que observan tu cicatriz por navajazo

llenarse de hormigas y azúcar. Pondrán ramitas de laurel con romero a tu alrededor. Vendrá la prensa local. Llevarán cestas de fruta hasta tu puerta.

Ya no serás el huérfano mal visto de la calle,

habrán guirnaldas por donde tú pases

y te llamarán Milagro.

Olvidarás que tienes memoria.

Sabrás qué es estar bendito e hincarse a los pies de la gente para desearles buenas cosechas. Tu casa será el asfalto que tocas y sobre el cual te corres

donde las muchachas por la tarde juegan stop

y se curiosean las faltas unas a otras.

Lo que salga de tu boca se hará rezo. Lo que mande tu navaja se hará ley.

Y no habrá hambre mi chamito, se borrará esa palabra del diccionario para ahogarse por siempre en el océano

desaparecerá el hueco en nuestros estómagos,

esa es la verdad que te cantan estos versículos para bendecir a los malandros


Lucía Calderas (Monterrey, 1999)

Su trabajo abarca las vertientes de la literatura expandida, como es el caso del spoken word. Se ha presentado en diversos centros culturales entre los cuales están el Museo Universitario del Chopo, el Instituto Francés de América Latina, entre otros. Ha participado en festivales internacionales como exponente de la poesía en voz alta, como el Recital Chilango-Andaluz que sucede simultáneamente en México y España y ha coordinado actividades en el marco de la Feria Internacional del Libro Zócalo.

Su poesía ha sido publicada en la Revista Nocturnario, el proyecto Poemujería y forma parte del grupo editorial de ERR Magazine.

Su obra se puede seguir en https://calderchez.tumblr.com/ y https://soundcloud.com/luciae-calderas

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