Te voy a hablar de la pandemia. De nuevo, otra vez, porque nunca será suficiente lo que se diga al respecto. Porque la gente se aferra a lo que le duele y me insisten en hablarte, en decirte que tal vez y sólo tal vez, te puedas identificar conmigo. 

Aquí tienes tu lista de palabras predilectas:

Confinamiento

Pandemia

Cuarentena

Resiliencia

Virus

Cuidado

Memoria 

Resistencia

Adaptación

Contención

Hay quienes somos asintomáticxs, y ya estamos hartxs. 

Hartos de la pugna por imponernos un estilo ,una forma, una vida.

Hipocondríacxs de mierda. 

Se cerró todo. Cerré mis ojos.

Nos asumimos distantes, conectadxs por una red intangible que activó un efecto placebo sobre el aislamiento físico. El mundo allá afuera se endureció, condensándose en una sola sustancia, pesada, firme, que día con día pareció más ajena.

Dice Wajdi que estoy mutando, que me estoy adaptando.

Los labios que antes hablaron perdieron la intensidad tras un cubrebocas. Las palabras encontraron su camino a través del teclado, le perdimos el miedo a la cámara, al video, al streaming. 

Los oídos se cerraron y la percepción de la existencia se transformó. Quisimos ver a través de la pantalla toda la vida que nos fue despojada. De pronto, nada. Todo y nada. Produce. Produce. Produce incansablemente. Blackout. El redoble de tambores no encontraba la válvula de escape. El pensamiento constante de call it a day and please don´t let tomorrow come again.

Cuerpo, mente y espíritu ocuparon espacios distintos.

Me disocié. Nació el caos y yo me encontré desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo. (Gén 1:2).

El apocalipsis en su punto máximo de ebullición, futuro incierto y de repente, el límite de toda implosión.

¿A esto se le llama resistencia? ¿A dónde las voces que me sumergen, esas que asientan mis pies sobre el suelo más profundo de la imaginación? ¿Cuánto es mejor flotar, dejarse flojita y subir inmóvil a la superficie conteniendo un caos en el interior?

Dice Wajdi que estoy mutando, que me estoy adaptando.

La gente se está muriendo contra su voluntad, a la gente la están matando contra su voluntad y algunos aquí, deseando morir, como yo.

Soy la fugacidad y sutileza de un diente de león. La belleza encriptada en un cofre oxidado. La distancia presente de quien soy. El ideal de una existencia que pareciera nunca llegar a concretarse. Soy la lucha constante por la permanencia. Una batalla interminable que no se consuma. Soy la proliferación de realidades indeterminadas. Rizoma cuasi contemporáneo que desata memorias de antaño. El recuerdo habita la genética. El beneficio de la duda no funciona en el juicio interno. Insuficiencia buscando reconocimiento. ¿He dicho ya que no me merezco?

A mí no me molesta el confinamiento. Estar adentro es estar segura.

Allá afuera nos matan, nos violan y desaparecen.

Allá afuera nos matan, nos violan y desaparecen.

Allá afuera nos matan, nos violan y desaparecen.

Dice Wajdi que estoy mutando, que me estoy adaptando, pero no le creo, aquí adentro encontré mi lugar. Destilando situaciones intolerables que sólo suceden allá afuera. Yo no quiero volver. YO NO QUIERO VOLVER.


Alex Benavides, 29 años.

Actriz, docente y creadora escénica.

Licenciada en Ciencias de la Comunicación y actualmente estudiante de la Licenciatura en Teatro en la Escuela Superior de Artes de Yucatán. Egresada del Diplomado en Dirección y Producción Teatral Práctica de Vuelo 2012.   Estudió el curso de Pedagogía Teatral en el Centro de Investigación Teatral de Argentina en su modalidad en línea. Ha impartido clases de teatro en Programa Nacional de Escuelas de Iniciación Artística Asociada al INBA y en escuelas particulares académicas como artísticas. Miembro fundador de Epígrafe teatro.  Ha colaborado con distintos grupos artísticos como Colectivo Trueque A.C., Mitos Escénicos, El Aleph, Tének, La Bruma Escénica, Curioso Circo, La Fragua Producciones, Teatro de la la Rendija y Argot Teatro.

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