Documental sobre granjas porcícolas de Yucatán provoca impacto internacional por daños y contaminación ambiental

El documental "Una laguna negra", ha servido como referencia para habitantes de Argentina, sobre las consecuencias que traerá consigo la instalación que pretenden hacer de 25 granjas porcícolas.

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Por Itzel Chan

MÉRIDA, MX.- El documental “Una laguna negra”, que retrata una historia de defensas y lucha por la supervivencia en medio de construcciones de granjas porcícolas en Yucatán, ha servido como referencia para habitantes de Argentina, sobre las consecuencias que traerá consigo la instalación que pretenden hacer de 25 granjas porcícolas.

En su primera semana, “Una laguna negra” tuvo más de 60 mil reproducciones

Documental despierta interés de la población

En su primera semana, “Una laguna negra” tuvo más de 60 mil reproducciones, pues habitantes de diversos puntos de la Península de Yucatán mostraron interés sobre las problemáticas que ha arrastrado consigo el establecimiento de proyectos porcinos.

En la cinta que dura alrededor de 20 minutos, son los habitantes quienes exponen a través de evidencias todo lo que han vivido y cómo están a punto de perder agua y selva.

En el filme, las personas encargadas de las tomas visuales acompañaron en recorridos a los habitantes, quienes expusieron algunos puntos donde han sido instaladas tuberías por las que se trasladan líquidos que se desechan de las granjas.

“Es un olor que lastima la nariz porque son excretas y material que desechan los cerdos. Amoníaco. ¿Qué pasaría si esta agua entrara a este cenote?”, se pregunta uno de los participantes en la cinta.

Evidencian riesgo de contaminación en cenotes y selva

En este documental ponen en evidencia que los cenotes y terrenos que están en riesgo son los de Kinchil, en donde también a causa de estos proyectos porcícolas se ha perdido la producción de miel.

A pesar de la lucha que los habitantes de la comunidad han emprendido, hay quienes ante la situación precaria económicamente, han accedido a laborar en estos espacios.

“La gente se emocionó porque habría trabajo para mujeres y hombres y con eso cualquier pueblo se emociona. Es un engaño”, se escucha en la voz de otra persona.

Incluso, en uno de los testimonios se escucha decir que le tocó ver que había personas que posiblemente tenían coronavirus (COVID-19) porque tenían temperatura y tos y los jefes los obligaron a trabajar aun cuando en algunos de los procesos se exponen a muy bajas temperaturas en congeladores.

Otras de las problemáticas expuestas es que cuando los cerdos  no llegan a la talla o si mueren en el parto, deciden quemar los cuerpos, pero cuando es alto el número de los cadáveres, no son todos incinerados sino son arrojados a los cenotes.

La carne de cerdo que se produce en Yucatán se exporta a China, Japón, Canadá y Estados Unidos y cada kilo procesado demanda el uso de al menos seis mil litros de agua.

Producto porcícola es exportado 

La carne de cerdo que se produce en Yucatán se exporta a China, Japón, Canadá y Estados Unidos y cada kilo procesado demanda el uso de al menos seis mil litros de agua.

Provoca impacto internacional

Al respecto, Maricarmen Sordo, quien estuvo a cargo de la dirección, aseguró que este trabajo tuvo impacto en Argentina.

“No quieren la aprobación de un acuerdo con China para que se produzcan los cerdos y este documental les ha servido mucho para entender cómo funcionan estas empresas”, indicó.

Explicó también que han detectado a miles de bots en las plataformas en las que se ha compartido el documental, pero sin duda provienen de cuentas falsas que buscan desacreditar las voces de los habitantes que se han visto afectados.

“Buscan negar lo que están diciendo las personas con sus testimonios, tratan de negar una realidad que no es suya”, añadió.

Sobre las empresas establecidas en este giro en Yucatán, aseguró que ya tienen un discurso estructurado y dicen todo el tiempo que tienen la documentación en regla para operar.

“Es una maquinaria siniestra; los vecinos dicen que la empresa divide a la comunidad porque hay mucha gente que trabaja ahí, pero entendemos que la situación laboral en México y Yucatán es complicada y esto no va en contra de los trabajadores”, puntualizó.

El documental fue producido por Andrea Buenfil Sosa; en producción en línea estuvo Alberto Rodríguez, investigación y guion, por Patricio Eleisegui; asistencia de fotografía de Roberto “Toby” Carvajal, sonido directo de Adriana Otero y Jason Ramno -quien además hizo diseño sonoro-, música original de Víctor Cancino, edición y color de Jairo Mukul, asesoría legal de Eduardo Arenas, y la colaboración del Consejo Maya del Poniente de Yucatán Chik’in-Já. (Noticaribe)

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