Arte maya contemporáneo en el siglo XXI | Por Edgar Rodríguez Cimé

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Por Edgar Rodríguez Cimé

Cuando los “especialistas” en cultura maya, de la Secretaría de la Cultura y las Artes, rechazaron la propuesta “Coedición del libro Pensadores Mayas Contemporáneos con la editorial Oblicua, de Barcelona, Cataluña, España”, que ponía medio costo de la edición -porque “no creyeron que eso fuera cierto” (invitación para publicar en otro país)- comprobé algo: el nivel internacional de la literatura nativa era desconocido para los “especialistas”, por lo cual me tomaron como un “mentiroso”. 

Esto permitió que mi mejor texto, donde demuestro el reconocimiento internacional de los literatos mayas de los siglos XX y XXI (invitados frecuentes a festivales en otros países, les han traducido obra a idiomas europeos, aparecen en antologías literarias editadas en otros países), siga desconocido para los lectores, a pesar del interés de editores europeos. 

Esto, en vez de enojarme con los jurados por desconocer el enorme avance de las letras mayas contemporáneas, me motivó a difundir el Renacimiento del Arte Maya, empezando con la literatura, detonada en los años 80 del siglo XX mediante talleres literarios promovidos en Chiapas y Yucatán por el escritor Carlos Montemayor, y en Campeche con el grupo GENALI. 

A casi 40 años, se consolidó el talento de sus pensadores: poetas Briceida Cuevas Cob (Campeche) / Gerardo Can Pat (Yucatán) / Waldemar Noh Tzec (Campeche); narradores: Santiago Domínguez Aké (Yucatán) / Domingo Dzul Poot (Campeche) / Patricia Martínez Huchím (Yucatán); teatreros: María Luisa Góngora Pacheco (Yucatán) / Armando Dzul Ek (Yucatán) / Espiridión Acosta Canché (Yucatán); lingüistas: Fidencio Briceño Chel (Yucatán) / Lázaro Dzul (Yucatán); comunicadores: Gregorio Vázquez Canché (Quintana Roo) / Bernardo Caamal Itzá (Yucatán).

Hoy, en pleno la segunda “camada” de escritores originarios de la península de Yucatán: Pedro Uc Beh (Buczotz) / Ismael May May (Kimbilá, Izamal) / Isaac Carrillo Can (+) (Peto) / Wildernaim Villegas Carrillo (Quintana Roo) / Zazil Sánchez (Mérida) / Natividad Ix Xec (Peto) / Daniela Cano Chan (Tipikal, Maní) / Janil Uc Tun (Ticul) / hasta llegar a la innovadora novelista Marisol Ceh Moo (Calotmul). 

Junto con la literatura, emergió el teatro maya desde la sierrita del sur en Oxkutzcab, promovido por los actores, escritores y directores de teatro María Luisa Góngora, con su grupo Chan Dzunu´um: Pequeño Colibrí, y Armando Dzul Ek, con Sak Nikté: Blanca Flor, quienes retoman la estafeta del teatro maya y lo desarrollan a nivel contemporáneo.

En Tecóh, son actores junto con escritores y directores de teatro quienes a través del grupo Ariel Méndez (actor y director de teatro de Mérida que se nos adelantó) se dedican a promover este arte en su municipio y en la capital del estado: el añejo actor Espiridión Acosta Canché y el talento fecundo de Socorro Loeza Flores, lideran ese esfuerzo teatral.

Desde Sotuta, emerge en el siglo XXI el teatro guiñol de Marga Aguilar Montejo para mantener viva la llama del arte de la representación. Asimismo, gente de Peto, Yucatán, forma el grupo Maya Wáay, ahora Isaac Esaú Carrillo Can (+), en honor de uno de sus miembros fundadores fallecido. La marea teatral contemporánea llega hasta la comisaría meridana de Kanasín, golpeada en su momento por falta de alternativas para los niños y jóvenes, donde se integra la compañía infantil, Los Pixanitos.         

   Del teatro al cine: el actor maya Espiridión Acosta Canché salta del escenario del teatro a la pantalla del cine cuando es contratado por el actor y director norteamericano Mel Gipson para actúa en la película Apocalypto (2006). Lo mismo le sucede al actor, escritor y director de teatro Armando Dzul Ek, quien es contratado por National Geographic para actuar en el documental La vida de los mayas (2012), grabada en Copán, Honduras. 

Posteriormente, la escritora de teatro y actriz maya, pero tzotzil, de Chiapas, Méjico, Petrona de la Cruz Cruz, es “autora de las obras de teatro Soy Tzotzil y La Mujer Desesperada, además de participar en la mencionada película La vida de los mayas (2012). Actriz de cine pionera, en 1992 fue galardonada con el Premio Chiapas de Literatura”. 

Luego, una joven guatemalteca maya, pero kiché, María Mercedes Coroy, comienza a transitar por el camino del séptimo arte con su primera cinta “Ixcanul” (2015), dirigida por el guatemalteco Jayro Escalante, recibiendo reconocimientos internacionales en los festivales de cine de Berlín, Alemania, Guadalajara, Méjico, y Toulouse, Francia.

María Mercedes consigue otro reconocimiento internacional con la película estadounidense “Bel Canto” (2018), dirigida por Paul Weitz, donde “se codea” fílmicamente con Julianne Moore Después es contratada por la plataforma Netflix, en la gustada serie “Malinche” (2019), narrada en totonaco, popoluca, maya y náhuatl, donde interpreta al personaje principal, y es transmitida por el Canal Once. Finalmente, triunfa con la cinta La llorona, dirigida de nuevo por el cineasta Jairo Bustamante, en el Festival de Cine de Venecia.     

Entre los lenguajes estéticos de la cultura de Occidente está la fotografía, apropiada por artistas mayas para “retratar” la belleza. La fotografía maya está representada por dos artistas de la misma comunidad: Ixil, tierra de las cebollitas y del cronista Miguel Orilla Canché: la antropóloga Fátima Tec Pool, y el antropólogo Pedro Tec Chim, quienes -con ojo crítico- captan realidades contemporáneas. 

Otro lenguaje creado por Occidente es el video, “apropiado” por los creadores mayas para “mirar” su realidad contemporánea. Resulta revelador que entre videoastas mayas sobresalgan las miradas femeninas, lideradas por Antonia Caamal Mena (Opichén, Yucatán): Noemí Kumul Hoil (Ya´Ax-Hal, Valladolid, Yucatán); Clementina Uit Cetz (Tenoch, Yucatán); Leonarda Mex Peralta (San Antonio Dzodzil, Sacalúm, Yucatán); entre los varones sobresalen los videos de Miguel Ventura Herrera, quien ha ganado premios. 

En las artes visuales, continuando la etapa clásica: Uxmal, Bonampak o Tikal, pintores como Marcelo Jiménez Santos (Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo), con su serie dedicada a la diosa X´Tab; José Luis Cimé (Tixkokob, Yucatán), y su estética infantil; o Leonardo Tzab (Oxkutzcab, Yucatán), con sus murales en el Mercado Municipal o en casa del maestro Armando Dzul Ek (+), presumen una estética regional.

  Entre los escultores, “talladores de madera”, están: Antonio Salazar (+), oriundo de Muna; también de allí, el maestro Lorenzo Chin, quienes son los que más han vendido obras a la Casa de Artesanías para mejicanos y extranjeros; en Dzan, Luis May Kú crea rostros de familiares y amigos de su comunidad (entre ellos el del comunicador Bernardo Caamal Itzá) que este año visitarán ciudades de Europa. En Dzulá, Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, las esculturas en madera de Juan Cimá Barzón, han sido adquiridas por extranjeros de Norteamérica y Europa. 

La escultura en piedra, o lapidaria, como la talla de madera, tienen en la comisaría de Dzityá, Mérida, un pueblo de dedicado, primero a las artesanías, y posteriormente, con originalidad, a este antiguo arte maya: Jorge y José Chi Pech, Enrique May Uicab, Donato, Eraclio y Rafael Cuá, Secundino Chi Chi. Es tal su importancia económica y cultural, que se creó la Feria Artesanal Tunich “Hecho a Mano”, con expo venta de artesanías y obras arte en piedra y madera, además de productos de otros estados invitados; otro gran escultor, pero en madera, es Eduardo Cámara Alonzo (Tekax, Yucatán): obras monumentales polimórficas con mitología, flora y fauna mayas.   

La música maya contemporánea, se da en dos planos: adultos y jóvenes. Entre los primeros, están las charangas (tambora, tarolas, trombón de vara, trompeta y saxofón), utilizadas en el acompañamiento de gremios y charlotadas en fiestas patronales: “Regional Jaranera” (Nakunché, Espita), “Tibolón” (Tibolón, Sotuta).  Aunque existen charangas de chiquillos: “Infantil” (Kiní, Motul) o de niñas “Santa Elena” (Santa Elena).

También figuran las orquestas, para amenizar “vaquerías” (bailes jaraneros) en las mencionadas fiestas dedicadas a los santos patronos católicos: Arturo González (Ticul) (+), Víctor Soberanis, Bartolomé Loría Canto, Ponciano Blanqueto, Hermanos Collí Castañeda, Los Mensajeros (Tixkakalcupul), Inocencio Kauil.

Entre las nuevas generaciones, roqueros tzotziles de Zinacantán, Chiapas (sede del municipio autónomo Vicente Guerrero, fundado hace 6 años por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional): Tzak Tzevul, han liderado la “ruptura cultural” de apropiarse un formato musical de las minorías negras de Estados Unidos, rock, para “cargarlo” con mensajes en su idioma. Les siguen los pasos, los también metaleros de Zinacantán: Lumaltok. 

El rap emerge entre los negros del Harlem, en Manhattan, para irradiarse a rincones olvidados: José María Pino Suárez, Felipe Carrillo Puerto, ayer Chan Santa Cruz Noh Balam Nah, última capital en Quintana Roo de los mayas rebeldes, donde los nuevos cruzo ´ob Pat Boy y su ADN Maya, El Cimá Atte, Terko Yu´um Balam o All Maya Winik, retoman la estafeta cultural para producir discos en idioma nativo. Hoy, brilla El Maya (Peto, Yucatán), en un concurso de composición musical en género rap, promovido por la Secretaría de la Cultura.  

El reggae es un ritmo surgido entre los negros de Jamaica para promover su liberación como colonia de Inglaterra, y “apropiado” por los músicos de Chan Santa Roots, en Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo (otra vez), para promover el uso del idioma maya. Hora están promoviendo su nuevo rolón “Caribe Roots”. Por fa, checa ese material: ¡un dance hall explosivo! 

 

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