ESTADOS UNIDOS.- Madeleine Albright, quien huyó de los nazis cuando era niña en su Checoslovaquia natal durante la Segunda Guerra Mundial, para luego convertirse en la primera mujer secretaria de Estado de Estados Unidos y, en sus últimos años, en un símbolo feminista, murió hoy a los 84 años, dijo su familia, publicó Milenio.
El presidente Bill Clinton eligió a Albright como la principal diplomática de Estados Unidos en 1996, y se desempeñó en ese cargo los últimos cuatro años de esa administración, en el que fue una funcionaria de tono duro en un gobierno que dudó en involucrarse en las dos mayores crisis de política exterior de la década de 1990: los genocidios en Ruanda y Bosnia-Herzegovina.
“Estamos desconsolados al anunciar que la doctora Madeleine K. Albright, la 64° secretaria de estado de Estados Unidos y la primera mujer en ocupar ese cargo, falleció hoy temprano. La causa fue el cáncer”, dijo la familia en Twitter.
Madeleine Albright, que se había convertido en embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas en 1993, presionó para que se adoptara una línea más dura contra los serbios en Bosnia. Sin embargo, durante el primer mandato del presidente Bill Clinton, muchos de los principales expertos en política exterior del gobierno recordaron vívidamente cómo Estados Unidos se empantanó en Vietnam y estaban decididos a no repetir ese error en los Balcanes.
Estados Unidos respondió trabajando con la OTAN en los ataques aéreos que forzaron el fin de la guerra, aunque solo después de tres años.
Madeleine Albright, la mujer refugiada que hizo frente a varios hombres
La experiencia de Madeleine Albright como refugiada la impulsó a presionar para que Estados Unidos fuera una superpotencia que usara su influencia. Ella quería un “internacionalismo musculoso”, dijo James O’Brien, asesor senior de Albright durante la guerra de Bosnia.
Una vez molestó a un jefe del Pentágono al preguntarle por qué los militares mantuvieron a más de 1 millón de hombres y mujeres en armas si nunca las usaron.
Al principio del gobierno de Clinton, en un momento en que abogaba sin éxito por una respuesta más rápida y más fuerte en Bosnia, Albright respaldó un tribunal de crímenes de guerra de la ONU que eventualmente encarceló a los arquitectos de esa guerra, incluido el presidente serbio Slobodan Milosevic y los líderes serbobosnios, dijo O’Brien.
Ella adoptó una línea dura en un incidente de 1996 en el que aviones de combate cubanos derribaron dos aviones desarmados con base en Estados Unidos, diciendo: “Esto no son ‘cojones’, esto es cobardía”, usando la expresión en español.
Albright, que nació en la antigua Checoslovaquia en 1937, fue propuesta para convertirse en la primera mujer secretaria de Estado y fue confirmada por unanimidad en 1997. Ocupó el cargo hasta 2001.
Durante los esfuerzos para presionar a Corea del Norte para que terminara su programa de armas nucleares, que finalmente no tuvieron éxito, Albright viajó a Pyongyang en 2000 para reunirse con el líder norcoreano Kim Jong-il, convirtiéndose en la responsable estadunidense de más alto rango en visitar el hermético país dirigido por comunistas.
Una vez que terminaron los años de Clinton y la década de 1990, Albright se convirtió en un ícono para una generación de mujeres jóvenes que buscaban inspiración en su búsqueda de oportunidades y respeto en el lugar de trabajo.
A Albright le gustaba decir: “Hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no se ayudan entre sí”. (Fuente: Milenio)