Apuestas deportivas: 7 aspectos que afectan a la psicología del jugador y no conocías

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Las apuestas deportivas tienen un componente psicológico que no muchos conocen. Como cada aspecto de la vida, sobreponerse a ciertos elementos que pueden mermar nuestro enfoque objetivo es la clave para sostener una estrategia ganadora a largo plazo. A esto hay que sumarle el resto de factores que se escapan del control humano y tienen más que ver con el azar. En esta ocasión, hemos reunido algunos de los elementos más importantes que afectan a la psicología del jugador a la hora de apostar.

  1. El efecto del favoritismo

Existe un mito arraigado en las apuestas deportivas que sugiere que siempre apostar por el favorito es la elección más segura. El problema es que esta norma no escrita, si se le puede llamar así, puede llevar a una sobrevaloración de las probabilidades, lo que redunda en decisiones más impulsivas. ¿Es probable que un equipo como Club América gane la Liga MX? Afirmativo, sus catorce premiaciones respaldan esta afirmación. ¿Es seguro? Nada más lejos de la realidad.

La psicología detrás de este fenómeno radica en la búsqueda de seguridad y la aversión al riesgo, lo que puede distorsionar la percepción real de las probabilidades. También implica asumir que ciertos elementos del juego no tienen cabida en el control del jugador, aunque en el mundo de las apuestas deportivas, más vale ser precavido que incauto.

  1. La influencia de las emociones en las apuestas en vivo

Las apuestas en vivo traen consigo un componente intrínseco de emoción, pero también desencadenan respuestas emocionales intensas por su propia naturaleza. Algunos de los aspectos que pueden influir en nuestras decisiones están relacionados con la urgencia del tiempo, las fluctuaciones en las probabilidades y el propio desarrollo del evento que se está llevando a cabo.

Esto es algo que también se trasladan a otros aspectos de la vida cotidiana. Las emociones, la euforia y el miedo pueden influir en las elecciones de los jugadores en el transcurso de un partido, como otras situaciones del día a día. Lo ideal es mantener un equilibrio emocional que nos ayude a disfrutar del encuentro más que del propio hecho de obtener una ganancia potencial.

  1. La paradoja de la pérdida

La aversión a las pérdidas es un fenómeno psicológico bien conocido. Los jugadores, especialmente aquellos que comienzan a iniciarse en este mundo, pueden ser especialmente propensos a caer en la “paradoja de la pérdida”. Su definición es bastante sencilla y se basa simplemente en la búsqueda de la recuperación de una racha de pérdidas arriesgando más.

Caer en este tipo de comportamientos puede conducir a decisiones arriesgadas, por lo que siempre se recomienda adoptar una perspectiva más racional para tener una gestión de riesgos más saludable, tanto en términos económicos como psicológicos.

  1. La ilusión de la experiencia personal

La creencia de que la experiencia personal en un deporte o equipo mejora las probabilidades de éxito es un mito persistente. Esta falsa ilusión puede influir de una manera u otra en la psicología de los jugadores, llevándolos a sobrevalorar su conocimiento subjetivo y subestimar la importancia de datos objetivos y análisis fundamentado.

Nadie creería que el Girona entraría en la historia de LaLiga española, por ejemplo, pero la tendencia que el equipo venía arrastrando desde Segunda División apuntaba maneras para alcanzar este objetivo.

  1. El efecto de la publicidad y las cuotas “demasiado buenas”

Es un hecho, las estrategias de marketing y las cuotas atractivas pueden influir en las decisiones de los jugadores. La exposición constante a la publicidad y las cuotas tentadoras pueden generar expectativas poco realistas y sesgar la percepción de los riesgos asociados con determinadas apuestas. Ahora bien, ¿realmente es factible que el resultado de la apuesta pueda jugar en nuestra contra?

Lo ideal es analizar las estadísticas de un partido de manera objetiva y sin dejarse llevar por las cuotas de un determinado encuentro. La pregunta que debemos hacernos es la siguiente: ¿apostaríamos a esta opción si no estuviese acompañada de un suculento beneficio? Si la respuesta es negativa, replantear nuestra decisión puede evitarnos algún que otro dolor de cabeza.

  1. La presión social y las decisiones de apostar

La participación en apuestas deportivas puede estar influenciada por la presión social y el deseo de pertenecer a la conversación. El FOMO, también conocido como Fear Of Missing Out (miedo a perderse algo, en español), es la aprensión generalizada de que otros podrían estar teniendo experiencias gratificantes de las cuales uno está ausente.

Por otro lado, la dinámica social también puede afectar las decisiones de los apostadores, llevándolos a seguir tendencias populares en lugar de realizar elecciones basadas en un análisis objetivo.

  1. El papel de la autoevaluación y el autocontrol

La capacidad de autoevaluación y autocontrol son los últimos elementos que debemos tener presentes en las apuestas deportivas. La falta de autoevaluación realista puede conducir a comportamientos compulsivos. Esto también puede verse afectado por el resultado de un encuentro, así como la falsa percepción de control.

Lo más recomendable en estos casos es adoptar estrategias para fomentar una autoevaluación más precisa, ya sea mediante ejercicios de relajación y meditación o bien a través de la imposición de límites de banca diarios o semanales.

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