Por Itzel Chan
MÉRIDA, MX.-A pesar de que se presentó la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), relacionada con el proyecto de la cervecera Heineken en Yucatán, activistas y personas que habitan en Kanasín, denuncian ilegalidad en todo el proceso.
Angélica Santiago, quien habita desde hace más de 33 años en San Antonio Tehuitz, Kanasín, dijo que el proyecto de la cervecera les preocupa en gran manera porque consideran que habrá contaminación del manto freático, extracción masiva de agua y la tala de selva perjudicaría directamente a miles de especies endémicas de flora y fauna.
Aseguró que en esa zona por ejemplo aún es posible ver venados a diferencia de otras partes y el hecho de podar selva de este lugar les dejaría sin hogar.
“Este proyecto también perjudicaría a Mérida, no sólo a Kanasín porque habría un saqueo muy grande del recurso hídrico”, dijo.
Sergio Oceransky, de la Fundación Yansa, asesora a las personas de la comunidad y especificó que este proyecto estima contar con una extensión de un millón 315 mil 863.49 metros cuadrados.
Explicó que, en la MIA, aparece con el nombre Idara 2, pero en sí la descripción del proyecto no dice nada, sólo solicitan el permiso para el cambio de uso de suelo y que así sea de tipo industrial.
“Pero el impacto va mucho más allá de eso, el impacto es más grave de lo que se propone. En sí con el cambio de uso de suelo buscan tener un ‘cheque en blanco’ para lo que viene”, mencionó.
Oceransky compartió que el proyecto al no tener una descripción clara en su MIA estaría violando varios instrumentos constitucionales y tratados internacionales sobre derechos humanos, ya que se estaría violando el derecho a la consulta indígena, el acceso a la información y decidir sobre su propio desarrollo y las tierras que ocupan, además del aspecto ambiental.
El activista explicó que a la par de la MIA, para el estudio justificativo igual se requeriría una consulta pública y de no hacerlo, también estarían cayendo en violaciones.
Otra problemática que se atraviesa es que se trata de tierras ejidales, por lo que son de uso común y de bien colectivo que no pueden usar personas ajenas al territorio.
“Esto se trataría básicamente de una forma de despojo. Así que este proyecto tiene problemas por el lado de la consulta, el tema agrario y el tema ambiental; sería una temeridad que un proyecto tan ilegal sea aprobado”, describió.
Oceransky recordó que hace año y medio en esa misma zona se intentó construir una gran termoeléctrica y las personas de la comunidad se opusieron y ahora enfrentan esta nueva amenaza.
Las personas que tienen interés en que no se apruebe este proyecto, ya solicitaron a la Semarnat que pidan más claridad en la MIA.
“Tienen prisa en que el proyecto se apruebe para que la cervecería se construya antes que se vaya Mauricio Vila porque quieren cerrar con broche de oro su gestión”, dijo Sergio Oceransky.
Jesús Solís Alpuche, habitante de Kinchil se unió a la petición de que el proyecto no sea aprobado, ya que consideró que Heineken es una de las empresas cerveceras más antiguas y que ante la falta de recursos hídricos en su zona de origen, se desplaza hacia América Latina.
“Es un monstruo a nivel mundial y es una empresa extractivista de agua. Ya vinieron al sureste antes por el petróleo, ahora vienen por nuestra agua”, aseguró.
Hay que mencionar que la MIA fue presentada por un particular, es decir, a nombre de la ciudadana Ana Ligia Cetina Ceballos. (Noticaribe)