El presidente Donald Trump anunció su intención de reabrir y ampliar la histórica prisión de Alcatraz para albergar a los delincuentes más peligrosos de Estados Unidos. La propuesta ha sido duramente criticada por líderes políticos de California, quienes la califican de irreal y regresiva.
La senadora estatal Scott Wiener la describió como “absurda”, mientras que la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el alcalde de San Francisco, Daniel Lurie, la descartaron por considerarla poco seria. Críticos, como Nancy Tung del Partido Demócrata de San Francisco, argumentan que revivir Alcatraz como prisión contradice los avances modernos en justicia penal.
Actualmente, Alcatraz es un parque nacional y sitio turístico, conocido por su oscuro pasado como prisión federal que operó desde 1934 hasta su cierre en 1963 debido a los altos costos. Los visitantes exploran las celdas históricas y aprenden sobre el pasado sombrío de la prisión, incluyendo el confinamiento solitario y la encarcelación masiva.
Aunque algunos turistas ven la propuesta como descabellada o motivada políticamente, unos pocos la apoyan como un medio para reforzar la ley y el orden. Trump describió la antigua prisión como un poderoso símbolo del pasado más severo de Estados Unidos. Sin embargo, la idea parece abrumadoramente impopular e impráctica, con poco apoyo más allá del propio expresidente.
La propuesta de Trump se enmarca en una postura más punitiva en justicia penal e inmigración, incluyendo sentencias más severas y tácticas de deportación controvertidas. El expresidente ve a Alcatraz como un símbolo de “ley y orden” y una solución a lo que percibe como indulgencia por parte de jueces “radicalizados”. Sin embargo, la idea ha sido ampliamente criticada y se considera poco práctica y costosa. (Agencias)
