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Se pasan con el Gobernador, de veras.
Pobrecito.
Y es que ya está muy angustiado de cada vez que llega a un acto público, sobre todo en colonias populares, la gente le pide cosas.
Ha tenido que poner más vallas para contener la gente, que nomas lo van a ver para pedir y pedir.
Y terminan pagando justos por pecadores.
Si todos fueran a felicitarlo y elogiarlo pues ya no habría vallas.
Y el Gobernador sería más féliz.

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