Advierten contra construcción de rascacielos en Cancún

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CANCÚN, MX.- La tendencia mundial en términos turísticos y urbanos es contraria a la construcción de edificios altos, por lo que el director general de Fomento Ambiental, Urbano y Turístico de la Semarnat, Rafael Chávez, se pronunció en contra de la edificación de rascacielos en Cancún, como pretende el ayuntamiento de Benito Juárez.

Condenan iniciativa de modificar el PDU

El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), condenó la iniciativa de modificar el Programa de Desarrollo Urbano de Cancún, con miras a arrebatarle su identidad y convertirlo en “un híbrido turístico de Manhattan, el Distrito Federal y Miami”, al permitir la construcción de rascacielos.
“Me parece contradictorio y aberrante que, sobre todo en un momento como éste, en el que se está llevando a cabo una obra tan costosa como lo es la recuperación de playas, y que se tiene la certeza de que entre mayor sea la altura de los edificios, más la erosión en las zonas costeras, alguien salga con esta puntada”, expresó la directora regional de la agrupación, Alejandra Serrano.
La activista subrayó que da la impresión de que se pretende robar la identidad que posee Cancún, como centro turístico, para imponerle una que no le pertenece.
“Me parece que queremos hacer un híbrido de destino turístico, con un poquito de Manhattan, un poquito de Miami, el Distrito Federal, y le estamos quitando la identidad a Cancún, para imponerle la del gobernante en turno. Eso es lo más preocupante”, dijo.
Además, afirmó que se está pervirtiendo lo que implica ser o aspirar a ser un “desarrollo de primer mundo”, asociándolo al número de hoteles y pisos que se instalan en una ciudad, y no a la calidad de vida que se ofrece y garantiza a sus habitantes.
“Más pisos no es igual a más calidad de vida y no tiene porqué ser nuestra meta aspirar a ser la ciudad de México o Dubai y construir más edificios, sino ver cuánto está beneficiando a la gente el seguir esos patrones y esos modelos.
“Pretender que entrar al primer mundo, es a través de construcciones más altas, exhibe una visión muy corta, porque no se trata del proyecto de gobierno unipersonal, sino de algo que se llama democracia participativa, en la que se tienen que escuchar a expertos, a los sectores y a la comunidad”, sostuvo.
La también abogada afirmó que, una vez más, se pretende adecuar el marco legal a los deseos de un empresario o un gobernante, en lugar de hacer que los nuevos desarrollos se apeguen a lo que determina la ley.
“Es curioso cómo se quejan de que se le hace mala publicidad a Cancún, cuando es el mismo Cancún, o los que deciden e imponen, los que le dan esa mala imagen”, manifestó. (Fuente: El Periódico)

El funcionario indicó que son precisamente los centros vacacionales cuyo modelo se enfoca al turismo masivo, los que han optado por prescindir de las construcciones elevadas.
“Las nuevas tendencias del turismo internacional, del turismo masivo, no sólo el de naturaleza, sino el de grandes centros de desarrollo turístico, están en el camino de edificios menos altos”, dijo, al tiempo en que recordó que hace casi 40 años, Cancún se diseñó para diferenciarse de Miami y competir con él, no para imitarlo.
“Cuando nace Cancún en los 70’s, tiene que ver con ofrecer una alternativa diferente, porque Miami hay ya uno, y podría ser algo así como Acapulco, de alguna manera, pero uno de los propósitos del proyecto Cancún era ofrecer algo diferente, porque la región tiene algo distinto”, respondió.
Chávez Ortíz explicó que cuando se habla de recurrir a rascacielos, es por limitaciones de espacio muy grande y la disposición de suelo, bajísima.
En ese tenor, consideró que antes de pensar en elevarse hacia el cielo, es conveniente estudiar y diagnosticar si es factible, en términos de inversión privada y pública; si la infraestructura de servicios es capaz de soportar las dimensiones del crecimiento pretendido y el grado de vulnerabilidad de las propias inversiones ante fenómenos meteorológicos, como tormentas y huracanes.
“Sabemos que las presiones por la inversión pueden ser muy altas en esta región, pero después de lo que ha pasado desde “Gilberto” para acá, en donde ha habido inversiones afectadas por el embate de la naturaleza, eso lo que nos dice es que son lecciones que tenemos que aprender; ahí está lo que ocurre con las playas, por ejemplo. Además, debemos aprender que ay algo que se llama capacidad de carga”, subrayó.
Esa capacidad de carga, precisó, tiene que ver con el agua, con la dotación de energía eléctrica, los servicios de disposición final de residuos sólidos, el saneamiento de aguas residuales, instalación de plantas de tratamiento, garantía de movilidad vial, entre otros.
El entrevistado dijo que, en todo caso, la decisión de imitar a otros centros turísticos que han optado por sacrificar el paisaje y la oportunidad de mirar el cielo, a cambio de suntuosos y modernos rascacielos, debe ser decisión de los residentes de Cancún, no una imposición unilateral.
Asimismo desterró que el llegar a un tope y aceptar que se tiene un límite para crecer y desarrollarse, implique “envejecer o estancarse”.
Por el contrario, explicó que tiene que ver con el concepto de “consolidación de un centro turístico”, lo que significa invertir para mantener y mejorar lo que se tiene, antes de presionar a la sobre oferta y la presión del recurso material y natural.
Sin tomar en cuenta la opinión de los habitantes de Cancún, el alcalde de Benito Juárez, Gregorio Sánchez, anunció -en días pasados- que durante su gestión, dejará sentadas las bases para posibilitar la construcción de rascacielos y dijo que su gobierno ya trabajaba en ello, mediante la modificación del Programa de Desarrollo Urbano de la ciudad, que determina, entre otras cosas, las alturas y densidades de las edificaciones. (Fuente: El Periódico)

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