CANCÚN, MX.- Fraccionamientos no municipalizados y que por ende carecen de servicios básicos como la recolección de basura son atendidos en este rubro por camiones de las mismas desarrolladoras que, al verse imposibilitadas de arrojar los desperdicios que se levantan en el relleno sanitario, donde desde hace meses está prohibido el acceso a particulares, optaron por depositarlos en áreas verdes, conformando basureros clandestinos que generan severos focos de contaminación.
CANCÚN, MX.- Persiste el mal servicio de la empresa Domos, concesionaria de la recoja de basura, lo que genera quejas entre la ciudadanía debido a los prolongados lapsos que transcurren desde que los camiones cubren las rutas hasta que regresan de nueva cuenta, lo que normalmente sucede después de una semana.
En Paseo de Las Palmas, Supermanzana 259, pese a que el fraccionamiento se encuentra municipalizado y por lo tanto sus habitantes deben acceder a todo tipo de servicios, los camiones de Domos pasan, si se corre con suerte, una vez a la semana, lo que provoca la proliferación de enormes montones de desperdicios prácticamente en todas sus avenidas y calles privadas, ante el descontento de quienes residen en la zona.
Tras llevar a cabo un recorrido por el fraccionamiento y platicar con algunos residentes, se pudo constatar que la última vez que apareció el camión recolector fue el sábado de la semana pasada, tal y como mencionó José Luna Alcaraz, quien agregó que hace algunos meses la situación era completamente diferente.
“Al principio, cuando se comenzaron a habitar las casas, el camión pasaba tres veces a la semana, es decir, los días martes, jueves y sábados, tal y como estipulaba Vivieca, que es la empresa constructora, pero de repente comenzó a proporcionarse un pésimo servicio, por lo general sólo vienen un día a la semana y a veces ni eso”.
Intervino el ama de casa Lucinda Martínez Trejo, la cual señaló que muy posiblemente la unidad de Domos tampoco se aparecería en el transcurso del domingo y, si corrían con suerte, tal vez el lunes podrían tener la suerte de que los desperdicios fueran levantados.
“Es un foco de contaminación, toda la basura que tira la gente está ya podrida, por lo general yo dejo mis bolsas en la casa hasta que pasa el camión pero ahora ya se pasaron, tengo niños pequeños y no puedo dejar los desperdicios por más de dos o tres días porque corro el riesgo de que se enfermen”, comentó.
Y es que por donde quiera que se mire, bolsas repletas de residuos sólidos, desechos orgánicos, pañales desechables, puños de papel sanitario y otros restos emiten malos olores con el calor y atraen a las moscas y otros insectos, ante la molestia de la ciudadanía, que se siente olvidada por parte de las autoridades, incapaces de proporcionar un buen servicio de recolecta pese a que todos los que habitan en Paseo de las Palmas pagan religiosamente su impuesto predial. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)
Uno de estos vertederos al aire libre se ubica a espaldas de Plaza 21, concretamente entre los fraccionamientos Paraíso Maya y Urbis del Rey, este último aún en proceso de construcción, mismos a los que solamente separa un camino de terracería rodeado de áreas verdes, que se ha convertido en lugar ideal para depositar la basura de los fraccionamientos no municipalizados, sin que parezca importarles a los responsables ni poco ni mucho la severa contaminación ambiental que se genera.
Y pese a las promesas del alcalde Gregorio Sánchez Martínez de trabajar para erradicar los basureros clandestinos, es la misma administración, junto con la concesionaria Domos, la que permite la proliferación de los mismos, al impedir a los particulares el acceso al relleno sanitario, con el argumento de que ya no hay espacio en el mismo y por ende solamente los camiones de la empresa y del mismo ayuntamiento tienen libre paso, mientras que los demás deben rascarse con sus propias uñas.
Los mismos vecinos de Paraíso Maya que residen cerca de este camino fueron quienes confirmaron que de tanto en tanto un camioncito color blanco propiedad de la desarrolladora recorre las calles y levanta las bolsas con desperdicios.
“El servicio es muy malo porque el camión es bien pequeñito y no alcanza a recoger toda la basura que se genera en el fraccionamiento, más bien la levantan por etapas, pero es matemático que las bolsas, cartones y demás basura terminan tirados prácticamente junto al camino”, señaló Dolores Fonseca Ayuso.
POR ESTO! de Quintana Roo constató la presencia del vertedero a cielo abierto, donde los montones de basura de todo tipo se acumulan de manera impresionante, en mucha mayor cantidad a la vera de la precaria carretera sobre las áreas verdes.
Pese a que personal de seguridad privada informó que de tanto en tanto se presentan un camión y una grúa para levantar los desperdicios, la realidad es que los escurrimientos de lixiviados son patentes: charcos de jugos, consecuencia de la descomposición de los restos sólidos, se mezclan con los encharcamientos provocados por las últimas lluvias, lo que hace que el ambiente quede impregnado con su cáustico y desagradable olor.
Esto, sin contar con la presencia de miles de moscas y otros insectos que revolotean alrededor de frutas podridas y otros alimentos en estado de descomposición, mismos que arriesgan la salud tanto de quienes residen más cerca como de los trabajadores y vecinos que pasan por la zona, tanto a pie como en bicicleta. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)