CANCÚN, MX.- Taxistas, brazaleteros, jaladores, travestis, vendedores ambulantes y de artesanías trabajaban bajo las órdenes de Javier Altamirano Terrones, alias “El Pelón”, quien controlaba el negocio de las drogas en el corazón de la zona hotelera, incluso la comercialización de estupefacientes en las discotecas del lugar.
“El Pelón” formaba parte de la estructura delictiva de “Los Zetas”; fue el sucesor de “El Chilango”, quien fue “desaparecido” o ejecutado por la misma organización delictiva.
Cada “halcón” o distribuidor de enervantes está asignado a un determinado lugar de la zona de playas; el que vende la droga en la calle no puede entrar en las discotecas para ofrecer el producto.
En el interior de los locales hay gente distribuida para venderla. Los brazaleteros tienen un rol importante en estas actividades ilícitas, así como los taxistas, quienes hacen la función de “halcones” y de enlaces para llevar a los turistas a los puntos de venta de droga.
Los travestis también trabajan para “Los Zetas”. Al igual que los vendedores ambulantes y de artesanías, entre los que se encuentran las chiapanecas, tienen que pagar derecho de piso; algunos son utilizados para la venta de enervantes.
De hecho, entre mayo y agosto de 2010 hubo una serie de “levantones” y ejecuciones, entre ellos la desaparición de varios brazaleteros y la decapitación de un travesti, cuyos cadáveres fueron tirados en las regiones 200. Muchos de ellos le debían dinero a “Los Zetas”.
En la página de sipse.com los usuarios hacen comentarios enfocados a las actividades delictivas que se llevan a cabo no sólo en “El Callejón de los Milagros”, sino también en la zona de discotecas.
Comentan que cada sexoservidor de la zona hotelera tiene que pagar la cantidad de cinco mil pesos al menos para que los dejen trabajar. Lo mismo pagan los vendedores ambulantes que laboran en la playa.
Señalan a un sujeto, alto, moreno, que le apodan “El Chueco” porque tiene la cabeza chueca. Se dedica a amenazar a la gente, es parte de esta estructura delictiva.
Y agregan que “El Pelón” sólo era un líder de esta organización, como si fuera jefe de turno, pero hay más sujetos que tienen otra jerarquía. Los identifican con los apodos de “El Cóndor” y “El Chilango”. (Fuente: SIPSE/Novedades de Quintana Roo)
