COZUMEL, MX.- El buzo Leo Morales consumó la hazaña de marcar un récord mundial en buceo profundo para gente con capacidades diferentes al descender a 410 pies de profundidad, la marca quedó constatada en un acta notarial que se enviará a Inglaterra a Récord Guinnes con lo cual este buzo radicado en Quintana Roo entrará a la historia.
“Es el triunfo de la capacidad sobre la discapacidad”, tituló Leo Morales la épica hazaña que obtuvo a la una y media de la tarde en las Cuevas de Palancar, luego de que bajara en buceo técnico a una profundidad de 410 pies (124.97 metros) luego ascendiera a la superficie en un tiempo de dos horas y media.
El 19 de septiembre de este año, César Cepeda Escamilla, buzo profesional e integrante de la Asociación Nacional de Operadores de Actividad Acuática Turística (Anoaat), anunció a este medio de comunicación que Leo Morales un buzo de 38 años radicado en Playa del Carmen que por una enfermedad cancerigena perdió la pierna derecha, intentaría marcar un récord mundial para gente con capacidades diferentes consistente en bajar a una profundidad de 400 pies (121.92 metros). “No es un buceo recreativo, es un buceo técnico. El buceo recreativo requiera solamente de una certificación donde no puedes bajar a más de 140 pies (42.672 metros). Cuando vas a bajar más de esa profundidad tienes que capacitarte porque llevas diferentes gases y ya no es recreativo, ya no lo haces por gusto sino por un objetivo, entonces tienes que tener una capacidad más avanzada porque involucra usar adecuadamente y sin equivocación gases como el helio, nitrógeno, y oxígeno, que son gases inertes en ese caso el helio, para poder evitar las descompresiones y evitar la intoxicación por oxígeno”, dijo aquella vez y la cita fue fijada para el 8 de diciembre del 2012.
Así pues este sábado a las nueve de la mañana desde el muelle San Miguel zarpó la embarcación “Esfuerzo”, matrícula 2304052914-3 en la que viajaba Leo Morales, Germán Yáñez de la Barrera, especialista en buceo de cavernas y en amplio conocedor de buceo Trimix, y César Cepeda Escamilla, como líderes del equipo técnico que estaría colaborando con Morales en busca de conseguir la hazaña.
Al menos siete embarcaciones en las que viajaban familiares, amigos, y medios de comunicación, acompañaron a la tripulación “Esfuerzo” hacia las Cuevas de Palancar ubicadas a 19 kilómetros al Norte del centro de la ciudad para constatar el épico momento.
Dos horas pasaron para que las embarcaciones llegaran al lugar indicado y en punto de las 11:10 de la mañana Leo Morales, se echó al mar ataviado con un traje negro de neopreno, cargando seis tanques con las mezclas químicas y su equipo de nueve buzos que lo cuidarían, quienes iniciaron la inmersión a las 11:15 de la mañana.
“Tardó ocho minutos en bajar los 410 pies (124.97 metros) y dos horas y media en salir, efectuando 25 paradas de distintos tiempos, algunos de un minuto, otras de cinco minutos, otras de once, fue un buceo muy agresivo para el cuerpo, pero Leo está muy bien preparado físicamente y era su momento para hacerlo”, contó Germán Yáñez de la Barrera.
Leo Morales emergió a la superficie a las 13:45 horas, apuntando con dos dedos de la mano derecha en dirección al cielo dando gracias a Dios por la obtención de este récord.
Amigos y familiares lo recibieron entre porras y aplausos, a lo que Larena Loría, esposa de Morales, se echó al mar para alcanzarlo y fundirse con él en un abrazo y un beso, lo que para este buzo significó el “momento más sublime” de su hazaña.
Una vez completado el objetivo, las embarcaciones se dirigieron a las 14 horas hacia el muelle San Miguel, donde fueron recibidos por los patrocinadores y festejaron el triunfo del cual dio fe de los hechos el notario Público Ricardo Lizama, que entregará un acta notariada que será enviada a Inglaterra a las oficinas de Record Guinnes para que la hazaña sea registrada.
César Cepeda Escamilla dijo en torno al histórico hecho, que “el clima favoreció a Leo Morales, ya que no había corrientes, no había olas, hubo buena visibilidad. El único riesgo que podía haber pasado es que nos equivocáramos en las mezclas. Anoche (viernes) nos pasamos cinco horas mezclando helio, nitrógeno, oxígeno, o bien que nos equivocáramos de mezcla a la hora de cambiar reguladores, pero todo lo hicimos muy bien, estábamos lucidos bajo el agua, nunca perdimos contacto visual, podíamos ver a Leo abajo de nosotros a 400 pies (121.92 metros), cuando nosotros estábamos a 280 pies (85.344 metros) y podíamos a ver a los dos buzos que estaban más cerca de él a 320 pies (97.536 metros), y por lo bien que se sintió y por la seguridad se fue a los 410 pies (124.97 metros)”. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)
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