CANCÚN, MX. Si alguna vez usted ha adquirido un hospedaje o un tiempo compartido de la cadena Sunset para vacacionar en Cancún o la Riviera Maya, quizá nunca se habría imaginado que se lo vendieron desde la cárcel federal Camp Bryan en Texas, Estados Unidos.
Se trata de un programa piloto de rehabilitación para mujeres presas de baja peligrosidad que la cadena mexicana Sunset World echó a andar en el 2007 con el apoyo del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Orlando Arroyo, presidente del grupo Sunset World, explica que no se trata solamente de un programa altruista, sino que en realidad es una de sus más exitosas estrategias de promoción y ventas para el mercado estadounidense. “Un negocio con dividendos tanto para la empresa como para las mujeres que están dentro del programa”.
Estas mujeres, en su mayoría hispanas bilingües, tienen asignado un salario, el cual es establecido por el Departamento de Justicia del vecino país. Aparte de eso tienen una escala de comisiones por las ventas generadas; asimismo reciben incentivos semanales si cumplen su cuota mínima de paquetes vendidos. Estos incentivos son cubiertos en su totalidad por la división Marketing 4 de Sunset Group.
Perciben en promedio 50 dólares semanales, aunque en una buena semana pueden ganar entre 120 y 150 dólares semanales. “Hemos tenido casos de internas que ya cumplieron su condena, pero gracias a este programa salen de la cárcel con más de 10,000 dólares ahorrados para poder comenzar su vida nuevamente”, explica Arroyo Marroquín.
EL MODELO
La operación de este programa requirió la habilitación de un call center al interior de la prisión, que es operado en 90% por las internas.
“Ellas no tienen la permisibilidad de hacer llamadas salientes, sólo reciben las llamadas de los potenciales clientes. Al momento de realizarse la venta, ellas transfieren la llamada a un verificador, el cual cubre todos los términos y condiciones del paquete vacacional que se está vendiendo y al mismo tiempo corrobora que el cliente entiende a 100% lo que está comprando”, refiere.
“El verificador es una persona que trabaja directamente para nuestra oficina aquí en Cancún, ninguna interna obtiene información confidencial por parte del cliente. Trabajamos con una serie de normas y regulaciones implementadas por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, las cuales deben respetarse en su totalidad para poder operar dentro de una cárcel federal”, añade el también propietario de la cadena hotelera.
Se trata de un programa piloto que en caso de arrojar resultados satisfactorios en términos de rehabilitación de los convictos beneficiados podrá ampliarse y emplear a muchas más mujeres y hombres con condenas menores a ocho años, principalmente aquéllos con delitos relacionados con cuestiones administrativas.
Es una modalidad única en su tipo en Estados Unidos en la que Grupo Sunset ha invertido alrededor de 5 millones de dólares. El programa piloto se extenderá por uno o dos años más, y hasta entonces se determinará su viabilidad para hacer de éste un programa oficial de rehabilitación que se replique en otras cárceles federales de EU, concluye Arroyo Marroquín. (Fuente: El Economista)
El fraude en el tiempo compartido ha existido desde que nació la idea del tiempo compartido, pero ha aumentando con la decadencia de la economía. Cuando los tiempos son difíciles económicamente, los dueños de tiempos compartidos se sienten atrapados con una propiedad de estas, porque no pueden viajar o incluso pagar los mantenimientos. Desesperados por recuperar algo de dinero para pagar las deudas, se convierten en presas fáciles para los estafadores, que les prometen ser una salvación a su problema, pero suelen cobrar por adelantado, con cifras mayores a cinco dígitos y jamás cumplen con lo prometido.
informacion bastante interesante y curiosa
gracias por el post!!
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