CHETUMAL, MX.- Luis Alberto Tun Avila, alias “El Cachetes”, quien fue ejecutado ayer en esta ciudad capital, no se dedicaba al narcomenudeo, sino al tráfico de drogas en cantidades grandes, tanto en la Ribera del Río Hondo como en la zona Norte de Chetumal. Además conocía los movimientos de varios jefes del narcotráfico y al parecer trabajaba directamente para las hermanas Acosta Huesca, informó la Policía Judicial del Estado
De acuerdo con datos recabados se pudo establecer que el presunto traficante de drogas Luis Alberto Tun Avila fue detenido en octubre del 2009 por agentes de la Policía Ministerial Federal, cuando cuidaba una vivienda ubicada en la colonia Villas de Chetumal, en el andador Oaxaca número 351, propiedad de Onel Acosta Huesca, y que al parecer era utilizada como casa de seguridad de las hermanas Janet y Lucía Acosta Huesca, donde en ese entonces, según testigos, se vendía droga.
En ese entonces Tun Avila fue llevado ante el Ministerio Público, aunque una vez que declaró fue dejado en libertad ya que argumentó que era un simple trabajador de las dos mujeres narcotraficantes y que no sabía el negocio al qué se dedicaban éstas.
Se pudo investigar que Tun Avila, alias “El Cachetes”, fue asesinado a dos cuadras de la vivienda de una mujer que al parecer era su pareja sentimental, misma que el día de los hechos llegó al lugar y se identificó como su esposa.
De acuerdo con información recabada se pudo establecer que los sicarios tenían las instrucciones directas de ejecutar a como diera lugar a “El Cachetes”, pues después de que los asesinos lograron herir al ahora occiso la camioneta se quedó sin control y posteriormente se estrelló con un poste de concreto propiedad. Al ver que la unidad quedó detenida, éstos se acercaron y lo remataron disparándole en la cabeza en cuatro ocasiones, a menos de un metro de distancia.
La manera en cómo fue asesinado refuerza que la principal línea de investigación es el ajuste de cuentas entre grupos del narcotráfico que operan en la capital del Estado, pues uno de los principales indicios que se siguen es la localización de Rafael Acosta Huesca, nombre con el que estaba registrada la camioneta en la que fue ultimado Tun Avila.
Por su parte, autoridades ministeriales informaron que el resultado de la necropsia practicada al cadáver concluyó que recibió siete impactos de arma de fuego, calibre 9 mm, cuatro de ellos en la cabeza, que supuestamente se realizaron muy de cerca, cuando la unidad ya estaba estrellada, y tres más en el brazo izquierdo que penetraron hasta el tórax.
En tanto en la camioneta se localizaron cuatro impactos en la ventanilla, dos más en el marco de la parte superior y varios rozones en el techo.
Los resultados de balística revelaron que los primeros disparos ocurrieron en movimiento, cuando los tripulantes de la moto se emparejaron a la camioneta en el cruce de la calle República Dominicana, donde aparentemente lograron herir a Tun Avila en el tórax, pero éste intentó huir por lo que aceleró a fondo la camioneta, lo que derivó en que los sicarios siguieran disparándole.
Sin embargo, cuando el conductor ya herido de gravedad perdió el control de la unidad y se estrelló en un poste, los sicarios se acercaron a la ventanilla y de nueva cuenta, a menos de un metro de distancia, dispararon el arma asestándole cuatro balazos en la cabeza,.
Cabe destacar que desde la mañana del sábado se inició el expediente 2788/7-2013. Un familiar, quien se identificó como su hermano, realizó la identificación oficial y reclamó el cadáver, mismo que fue entregado luego de practicada la necropsia, mientras que la Policía Judicial del Estado (PJE) continúa con la integración del expediente de este caso para dar con el paradero de los presuntos responsables. (Fuente: Diario de Quintana Roo)