De un solo golpe, la izquierda de Quintana Roo se quedó sin sus dos principales referentes políticos: Gregorio “Greg” Sánchez Martínez y Julián Ricalde Magaña.
Las elecciones del 7 de julio arrojaron un sorprendente resultado al regresar a los viejos tiempos del carro completo para el PRI, lo cual impactó drásticamente los cimientos de la oposición quintanarroense, en particular a la izquierda, cuyo principal representante en la entidad ha sido el Partido de la Revolución Democrática.
Por un lado, “Greg” Sánchez no logró ser diputado local ni porque se prestó al juego del PRI estatal para minar la histórica fuerza del PRD. Por otro, Ricalde Magaña no pudo refrendar en el ayuntamiento de Benito Juárez. Al final, ambos cayeron en la trampa que les tendió el gobernador Roberto Borge Angulo.
Tras cuatro procesos electorales –dos federales y dos locales- en que de manera consecutiva fueron juntas, por primera vez en 2013 las izquierdas se presentaron separadas en Quintana Roo, debido en gran parte a los irreconciliables protagonismos de ambos personajes que Borge supo aprovechar inyectando gasolina a la guerra interna y mucho dinero a la campaña del equipo de Greg.
Si bien, en lo personal, éste personaje ganó dos regidurías para su yerno Alejandro Luna López y su sobrina Silvia Ponce Sánchez, el inmenso poder de que gozó en el pasado a eso quedó reducido.
Con dos voces dentro del cabildo que asumirá el poder en octubre entrante, Greg difícilmente podrá repuntar sus pretensiones de convertirse en gobernador de Quintana Roo, sobre todo que ya ha encontrado que su mejor camino para hacer política es bajo el yugo del gobierno de Borge Angulo.
A eso contribuyen las latentes demandas penales que no fueron activadas en su contra precisamente porque se prestó en la contienda para golpear a Ricalde Magaña. Así, el futuro de Greg es el que hoy representa Juan Ignacio “El Chacho” García Zalvidea, convertido en ´principal matraquero del PRI.
Diferente era el panorama para la izquierda en la entidad durante los comicios de 2005, cuando se renovó la gubernatura, los ayuntamientos y la Legislatura. Aunque también los partidos participados separados, los resultados no fueron tan drásticos.
El entonces Partido Convergencia –hoy Movimiento Ciudadano (MC)- se fue con el PAN para apoyar a Addy Joaquín Coldwell como su candidata a la gubernatura, mientras que PRD y PT respaldaron a “El Chacho” García Zalvidea, quien se dijo realmente había ganado la elección pero le fue robada por el priísta Félix González Canto.
El desenlace de esa elección fue el encarcelamiento de “El Chacho” por una demanda de peculado. El singular personaje pudo salir gracias a negociaciones económicas entre el entonces alcalde de Cancún, Francisco Alor Quesada, y el empresario Fernando García Zalvidea.
A partir de ahí, “El Chacho” se convirtió en el matraquero del PRI y sepultó su carrera política. En los comicios federales de 2006, los tres partidos de izquierda apoyaron a Andrés Manuel López Obrador y este efecto se replicó en los comicios locales de 2008.
En estos últimos, PRD, PT y Convergencia postularon a “Greg” Sánchez como candidato al ayuntamiento de Benito Juárez, quien se convirtió en el primer presidente municipal de izquierda en la entidad. En 2010, la importancia económica, política y poblacional de Benito Juárez, convirtió a Sánchez Martínez –como seis años atrás había ocurrido con García Zalvidea–, en el candidato natural a la gubernatura. La otra figura relevante en esta contienda, aunque para la presidencia municipal de Bneito Juárez, fue el propio Juliá Ricalde.
Para competir por la gubernatura, “Greg” Sánchez obtuvo el respaldo del PRD, PT y Convergencia, pero no del PAN que lo veía como un líder mesiánico y peligroso. Sin embargo, la alianza de los cuatro partidos sí se dio para el caso de las elecciones de los ayuntamientos y las diputaciones locales. De esta forma, la oposición se presentó en las elecciones de 2010, bajo un extraño esquema.
Dos candidatos a gobernador: Alicia Ricalde Magaña, por el PAN y “Greg” Sánchez, por PRD, PT y Convergencia, mientras que para los entonces 9 ayuntamientos, así como para los 15 distritos de mayoría relativa, la alianza fue total entre la derecha y las izquierdas.
Ese rechazo del PAN hacia “Greg” se entendió después, cuando por acuerdo entre el secretario de Gobernación panista, Fernando Gómez Mont, y el entonces gobernador priísta, Félix González Canto, Sánchez Martínez fue detenido, en plena campaña, acusado de vínculos con el crimen organizado.
Las izquierdas se quedaron sin candidato a gobernador, pero la panista Alicia Ricalde, tampoco logró obtener el respaldo de las izquierdas, que optaron por un abanderado testimonial, Gerardo Mora. “Greg” permaneció 14 meses en prisión y, como la mayoría de las sonoras detenciones del sexenio de Felipe Calderón, fue exonerado y su caso se sumó a la larga lista de los ridículos del ex presidente panista y la PGR, en su lucha contra el narcotráfico.
Al ser liberado, Sánchez Martínez generó una amplia expectativa, aunque su retornó no fue tomado de buena manera ni por el gobernador Borge ni por el presidente municipal perredista, Julián Ricalde.
De hecho, en su momento hubo una alianza de facto entre Borge y Ricalde, contra Sánchez Martínez, para evitar que el ex alcalde fuera candidato a senador, en las elecciones de 2012. “Greg” representaba una seria amenaza para Borge, sobre todo porque el ex gobernador González Canto había sido relegado a la segunda fórmula en la alianza entre el PRI y PVEM, que tuvo como su primer candidato al senado, a Jorge Emilio González Martínez “El Niño Verde”. De esta manera, González Canto no tenía margen de maniobra si “Greg” lanzaba su postulación.
En caso de una eventual derrota de la alianza PRI-PVEM, sólo permitiría llegar como senador de primera minoría a “El Niño Verde” y el ex gobernador quedaba fuera. A pesar del rechazo de la representación local de la corriente Alternativa Democrática Nacional (ADN), “Greg” Sánchez fue nominado por el PRD, PT y Movimiento Ciudadano a primer candidato a senador.
Sin embargo, sorprendentemente el ex edil renunció a la candidatura días antes del plazo del registro ante el IFE, bajo el argumento de haber recibido amenazas, aunque después se supo que negoció su libertad con González Canto y Borge Angulo, quienes le habían preparado una averiguación por peculado por la cual hoy sólo está preso el ex tesorero, Carlos Trigos Perdono (Luces del Siglo 509).
En apariencia era el fin de la carrera política de “Greg” Sánchez, pero al aproximarse las elecciones de 2013, reapareció para despotricar en contra de su otrora colaborador y candidato a la presidencia municipal de Benito Juárez, Julián Ricalde.
Lo primero que hizo “Greg” fue sabotear la reedición de la “mega alianza”, que en 2010 le dio el triunfo en cinco de los entonces nueve ayuntamientos.
Finalmente, Sánchez Martínez fue postulado como candidato del PT, a diputado local, tanto por el principio de mayoría relativa, por el XI Distrito, como de representación proporcional, como tercero en la lista “pluri” petista.
Y en esta que fue su quinta contienda, “Greg” Sánchez perdió por ambos principios. En la elección de mayoría, perdió ante el priista Jesús Pool, y en la de plurinominal, los votos que obtuvo el PT, le fueron insuficientes para la tercera posición y sólo llegó el primero de la lista, Hernán Villatoro Barrios, líder estatal de ese Partido.
Acéfala. Cuando en 2010 Julián Ricalde se presentó como candidato a presidente municipal de la “mega alianza” PAN-PRD-PT-Convergencia”, era la tercera ocasión que buscaba obtener un cargo de elección popular.
En 1999 fue presidente estatal del PRD, pero hasta 2005 buscó su primer cargo de elección popular, cuando contendió en la elección interna para la candidatura del PRD a la presidencia municipal.
Finalmente, la dirigencia nacional del sol azteca se decantó por Alejandro Ramos Hernández, quien terminó perdiendo la lección constitucional, frete al priista Francisco Alor.
En las elecciones intermedias de 2008, en las que “Greg” Sánchez se convirtió en presidente municipal, Ricalde fue candidato a diputado por el entonces XIII Distrito, pero perdió ante el priista Mario Castro Bastos.
Pero, en 2010, en medio de una tremenda crisis política en la oposición por la captura de Gregorio Sánchez y en contra de todos los pronósticos, Ricalde Magaña se convirtió en presidente municipal por la mega alianza entre el PAN y los tres partidos de izquierda, PRD, PT y Convergencia.
Como Alcalde del principal municipio del estado, se convirtió de facto en el líder moral de la izquierda, aunque al principio de su gobierno tuvo mucha cercanía con el gobernador Roberto Borge, con el que terminó abiertamente confrontado, tras elecciones de 2012, en la que el sol azteca se impuso en Cancún, ampliamente sobre el PRI.
Ya en 2013, Ricalde no pudo refrendar al PRD en el gobierno municipal, y el sol azteca, gracias en buena medida también al repertorio de acciones fraudulentas e intimidatorias por parte del PRI.
Antes de estas elecciones, Julián Ricalde era el líder natural del perredismo en el estado y sonaba fuertemente como el principal prospecto a la gubernatura en 2016. Ahora, él y “Greg” deberán reinventarse y trabajar cuesta arriba si pretenden materializar sus aspiraciones. (Fuente: Sergio Caballero/Luces del Siglo)
Te extrañamos Alejandra…..
DESDE QUE SE INVENTARON LOS PRETEXTOS……….. PERO BUENO ESA ES LA TIPICA RETORICA DEL FRACASADO.DEL PERDEDOR, DEL IMPOTENTE Y MEDIOCRE
ES MAS FACIL QUE NAZCA UNA NUEVA FIGURA POLITICA QUE REVIVIR A LOS CADAVERES PUTREFACTOS DE GREG, RICALDE O BERISTAIN
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