La noche del 14 de octubre, tras la represión a maestros frente al Palacio Municipal, se reunieron Roberto Borge, Paul Carillo, Fabián Vallado y otros más en un bar de la zona hotelera.

Ahí, divertidos, entre whisky y whisky, este trío “evaluó”, entre otras cosas, el “brillante” operativo que dio como resultado la detención de 58 personas.

Y no era para menos que Borge, Paul y Vallado festejaran la detención de los maestros, pues los docentes cayeron “redonditos” en la trampa.

Primero los atrajeron al Palacio Municipal y luego, contrario a los protocolos de seguridad, los dejaron ingresar al domo del inmueble, cuando lo usual, en las protestas, es que los manifestantes se quedan “atrás de raya”, en la plaza de la Reforma.

Pero, no solo esta celada propinó un severo golpe a la moral de maestros, sino que además su lucha tuvo que desviarse a liberar a sus compañeros salvajemente detenidos.

Sin embargo, no existe la felicidad completa y de repente el brillante operativo contra los maestros quedó apocado por las fotografías -divulgadas en medios nacionales e internacionales y, por supuesto en las redes sociales- en las que se confirmaba la violenta actuación de los policías, bajo las órdenes directas de Paul Carrillo.

Y ante desastre, lo mejor que se le pudo ocurrir a Borge, fue tejer la historia de que el PRD está detrás de este movimiento y fue el presidente estatal del PRD, Julio César Lara, por orden de Julián Ricalde, el que ordenó a los docentes tomar el palacio en un inconfesable y perverso acto tendiente a recuperar información sobre supuestos desvíos en la administración anterior.

Excelente historia, sin lugar a dudas, para el mundo de fantasía de Roberto Borge. Pero la realidad, no requiere historias de ficción, sino acciones concretas.

Hace más de tres meses, acabó el proceso electoral, pero Borge insiste en seguir como coordinador de campaña del PRI, cuando lo que se requiere es que sea Gobernador y empiece solucionar los problemas del estado, como es el que miles de estudiantes siguen sin clases.

Y, hay que recordar, que todo empezó, cuando hace dos casi dos semanas, la titular de la SEyC, Sara Latife Ruiz Chávez, empezó a llevar a cabo reacomodos de maestros de manera unilateral.

Ni con gases lacrimógenos, ni con política ficción se resolverá el conflicto magisterial.

La solución la tiene Borge y sólo tiene que cumplir la minuta que firmó con el Comité de Lucha, el 21 de septiembre de 2013.

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