Todo parece indicar que la dupla Borge-Mendicuti ha resultado ser una pareja explosiva.
Como secretario de Gobierno, Gabriel Mendicuti sólo ha complicado aún más el conflicto magisterial.
Para Mendicuti, la solución del conflicto es la represión y pronunciar bravatas, cada vez que puede.
Pero, en realidad, Mendicuti tiene muy poco experiencia en resolver por “la buena” conflictos políticos.
Cuando fue Alcalde de Solidaridad prácticamente no tuvo mayor problema y como titular de Sintra, menos.
Sin embargo, apenas hace tres años, Mendicuti fue protagonista –como titular de la Sedari- de la brutal represión a campesinos mayas, que bloquearon –como ocurre con los maestros- el tramo Felipe Carrillo Puerto-Tulum para exigir el pago de los seguro de sus cosechas de maíz siniestradas por la sequía.
La respuesta de esa noche del 23 de noviembre de 2009, fue la represión. Más de 250 indígenas fueron detenidos y hubo por lo menos 100 lesionados.
Y como secretario de Gobierno, ha repetido la dosis a los maestros en Cancún y Nicolás Bravo.
Los antecedes son rotundos, y lo suyo, lo suyo de Mendicuti, más que el dialogo, es la represión.