La Secretaria Estatal de Turismo, Laura Fernández, terminó como el cohetero, en el conflicto de los taxistas contra transportadoras de permisos federales.
Y es que en las mesas de negociación en la que están líderes de los taxistas y de trasportadoras, las dos partes insisten que se han cometido abusos contra sus representados.
Aunque, en las mesas de negociación, están faltando los representantes de los hoteles, que son los que están metiendo todo el relajo.
Los hoteles, de manera discrecional y sin más ley que la suya, son los que “amarran” con los dueños de las camionetas con permisos federales y algunos se arreglan con los taxistas.
No hay más ley, que la ley de los hoteleros, que además se sienten muy amigos de los muy, muy arriba, para imponer sus intereses.
Y en medio de este conflicto, Laurita no le encuentra la cuadratura al círculo como para darle gusto tanto a las trasportadoras como a los taxistas.
PUES AHORA RESULTA QUE LAURITA ES LA NEGOCIADORA DE ESTE GRAN EMBROLLO DEL TRANSPORTE TURÍSTICO, PERO LO SUYO, LO SUYO, PUES NO ES NEGOCIAR SINO QUE ES CONOCIDA POR SER UNA GRAN CONCERTISTA DE LOS INSTRUMENTOS DE ALIENTO, MADERA Y DE CARNE, DONDE ES RECONOCIDA POR SE UN FENÓMENO PARA ECHAR AIRE Y EL MANEJO MAGISTRAL DE LA SUIA LENGUINI.
Los taxistas son una mafia gremial que opera a consigna y en favor del gobernante en turno. Por eso sienten que pueden hacer y deshacer. Pinches pueblos bicicleteros cuyos dueños son los taxistas y los policías. Aya dejen de hacer olas y pónganse a trabajar, usen la imaginación para sacar su día y dejen de mosquear los hoteles y al turismo.
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