Tal parece que hay una especie de certamen en cuanto a la sustracción o mal uso de recursos públicos en Quintana Roo.

Los que se llevan poco o casi nada sí son castigados, e incluso terminan exhibidos públicamente.

En Chetumal se “descubrió” que una cajera sustrajo 50 mil pesos y que unos empleados se robaron un bidón de gasolina y en Cancún fue detectada la expedición de licencias de funcionamiento apócrifas.

Ahí sí, muy eficientes en el combate de la corrupción.

En cambio, temas como la deuda de 10 mil 500 millones de pesos del ex Gobernador Félix González Canto; el aparente desvió en el municipio de Solidaridad del empréstito de 386 millones contratados para diversas obras; el derroche en informes legislativos o el financiamiento con recursos públicos de campañas negras, no tiene la menor importancia.

Hasta en eso de los desvíos, prevalece la “ley del embudo” en Quintana Roo

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