A una semana de que finalice el periodo de precampañas en Morelos, Cuauhtémoc Blanco Bravo, aspirante a la presidencia municipal de Cuernavaca por el Partido Social Demócrata (PSD), realizó su primera presentación pública luego de su registro y anunció que el 20 de abril será su último juego con el equipo de futbol Puebla FC.
Blanco Bravo acudió a dos de los barrios más emblemáticos de la capital del estado, la colonia “La Carolina” y la calle Clavijero, donde además de recibir el apoyo de sus seguidores, quienes le pedían autógrafos y tomarse fotos con ellos, retiró su imagen impresa en mantas y posters debido a que la legislación local lo obliga a ello.
La aspiración de Blanco ha sido cuestionada en diversos círculos de Morelos, ya que se ha interpretado que su precandidatura no es una aspiración legítima, ya que no es residente efectivo de Morelos, como lo exige la ley, y ha corrido en diversos sectores la versión de que el futbolista en realidad cumple con un contrato que pagó el PSD para hacerlo su candidato, donde su representante José Manuel Sanz fue uno de los participantes.
El futbolista llegó primero a la colonia “La Carolina”, donde comió pozole en la popular y antigua negociación “La Lupita”, ubicada en la calle Centenario, a unas cuatro cuadras del centro de la ciudad.
Alrededor de las 17:30 horas Cuauhtémoc Blanco llegó a la calle Clavijero, otro de los barrios de la ciudad de la colonia Centro, donde también convivió con sus seguidores y retiró propaganda.
Ahí escuchó a los comerciantes de las Plazas Lido y Degollado, quienes le relataron lo que sucedió el sábado cuando iniciaron las obras de remodelación del centro de Cuernavaca, lo que derivó en un choque entre civiles y la policía, por lo cual fueron detenidas 17 personas, según versiones oficiales.
En este recorrido, Blanco Bravo anunció que su permanencia en Puebla está casi finiquitada, ya que el 20 de abril será su último partido con el equipo de La Franja, cuando en la fecha 14 se enfrente al Atlas, aunque no dio detalles del último partido que jugará, sin embargo la determinación estaría apegada con el código de ética de FIFA que exige a los futbolistas profesionales no estar vinculados directamente en actividades políticas y religiosas, pues en ese momento la campaña oficial proselitista sería inminente. (Fuente: Milenio)