Detenido y condenado por el asesinato del profesor Sixto Cetina en Chetumal, Roberto Gómez Sosa insiste en su inocencia

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CHETUMAL, MX.- Acusado, detenido y sentenciado el pasado 28 de abril por el asesinato del profesor Sixto Cetina, ocurrido en abril del 2012, caso que fue muy sonado entre la ciudadanía de Chetumal, Roberto Gómez Sosa insiste en su inocencia y pide que su caso sea revisado porque, asegura, no sólo no se encontraron pruebas en su contra, sino que fue torturado y obligado a declararse culpable de un crimen que no cometió.

Desde la prisión, mediante una carta enviada a varios medios de comunicación, señala que en su caso no se respetó el debido proceso y que la policía no realizó una correcta y profunda investigación para esclarecer el crimen del profesor Sixto Cetina, al dejar de lado evidencias y testimonios que apuntaban en otro sentido.

Además, relató que durante su detención, fue golpeado por agentes judiciales que se hicieron pasar por ‘Zetas’ y que lo amenazaron con matarlo si no se declaraba culpable, “y que se encontraban en connivencia con el citado Sr. Jesús Javier Martínez Flores, quién es el que me acusa de haber cometido el citado homicidio”.

Dijo que ya ante la autoridad ministerial “no se me hace una revisión del médico legista como lo establece el Código de Procedimientos Penales y de conformidad al Protocolo de Estambul del que México forma parte”.

Ante esto un grupo de profesores de la Universidad de Quintana Roo promovió una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos que recayó en una recomendación por violación a sus garantías y derechos fundamentales como ciudadano mexicano.

“Durante el proceso no se me pudo probar nada puesto que no aparecieron ningún tipo de pruebas científicas que me incriminarán y la escena del crimen no arrojo absolutamente ninguna huella o indicio de mi persona”.

Sin embargo, el pasado 28 de abril, fue sentenciado a 31 años de cárcel, por lo que demanda que su caso sea revisado.

“Que se haga y que se me haga justicia”, reclamó en su escrito.

LA VERSIÓN DE LA PROCURADURÍA

Cabe mencionar que el 31 de enero del 2013, cuando fueron presentados los presuntos implicados en este crimen, el Procurador Gaspar Armando García Torres señaló directamente a Gómez Sosa como el supuesto autor intelectual del crimen.

Según su versión, Roberto Jesús Gómez Sosa, conocía a su víctima desde hacía muchos años e incluso habían trabajado juntos, pero afirmó que derivado de fricciones laborales “recibió maltrato, por lo que acumuló odio y rencor en contra de quien también fue su jefe”.

El Procurador dijo que Gómez Sosa, luego de cambiar de área en su trabajo, planeó una venganza e invitó a Jesús Javier Martínez Flores a participar en un supuesto robo en el domicilio del profesor y le indicó que la estrategia para entrar al mismo, sería cuando él estuviera de visita.

El Procurador informó que el día de los hechos, de acuerdo con las declaraciones de los señalados, “mismas que son coincidentes”, la llegada de Martínez Flores al domicilio molestó al profesor y se inició un altercado, en el que Roberto Jesús Gómez Sosa sacó un arma de fuego de entre sus ropas y con la “cacha” de la misma golpeó el cuello de Cetina Cetina.

Ambos presuntos –según la versión oficial- participaron en el sometimiento de la víctima, a quien le asestaron varias cuchilladas en la espalda mientras lo golpearon con la pistola, lo que generó más de 23 lesiones entre contusiones y laceraciones en el cuerpo del profesor Sixto Cetina Cetina; sin embargo trataron de asfixiarlo con una almohadilla del sofá de la sala pero no lo consiguieron, por lo que Gómez Sosa con un martillo empezó a golpearlo y al notar que el profesor continuaba con vida, le asestaron una cuchillada en el cuello y lo cortaron, con el fin de degollarlo, hasta que se dejó de mover, momento en el que llevaron el cuerpo al baño, en donde fue encontrado.

Del lugar sustrajeron un celular, una laptop y dos relojes, además de que Roberto Jesús Gómez Sosa escribió en un muro de la casa una leyenda que al igual que el robo eran parte de una estrategia de los presuntos, que tenía como fin despistar las investigaciones del homicidio.

En su carta, Gómez Sosa insiste en que él nada tuvo que ver con el crimen. (Noticaribe)

CARTA DE ROBERTO GÓMEZ SOSA

Soy Roberto Gómez Sosa, el pasado, el pasado 28 de Abril fui sentenciado injustamente a 31 años de prisión por el Juzgado Primero Penal del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Quintana Roo.

Quiero denunciar que el 31 de enero de 2013 con trampas y sin una orden de aprehensión como lo marca la Constitución Mexicana, fui prácticamente secuestrado en mi propio domicilio y mediante trampas subido a un vehículo y torturado brutalmente con el objeto de confesar un homicidio, antes de salir de mi casa me encontraba con mi Señora Madre de nombre María de los Ángeles Gómez Sosa.

Una persona de nombre Jesús Javier Martínez Flores -quién iba con una serie de personas que más tarde me entere eran policías judiciales-, me acuso del citado homicidio ya encontrándome ante la autoridad ministerial.

Quiero decir que en el vehículo que me subieron, me golpearon y patearon, me amarraron de las manos, me vendaron los ojos y me dijeron que eran los Zetas y que me iba ir muy mal si no confesaba el homicidio en cuestión.

Más tarde me enteré que estas personas que se hacían pasar por Zetas eran policías judiciales, es decir funcionarios públicos que incurrieron en una serie de delitos para aprehenderme y obligarme a confesar y que se encontraban en connivencia con el citado Sr. Jesús Javier Martínez Flores, quién es el que me acusa de haber cometido el citado homicidio.

Ya ante la autoridad ministerial no se me hace una revisión del médico legista como lo establece el Código de Procedimientos Penales y de conformidad al Protocolo de Estambul del que México forma parte.

Ante esto un grupo de profesores de la Universidad de Quintana Roo promovió una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos que recayó en una recomendación por violación a mis garantías y derechos fundamentales como ciudadano mexicano.

Durante el proceso no se me pudo probar nada puesto que no aparecieron ningún tipo de pruebas científicas que me incriminarán y la escena del crimen no arrojo absolutamente ninguna huella o indicio de mi persona.

Incluso pruebas tan fundamentales como el testimonio de una persona ligada por amistad al hoy occiso, y que refieren de una fiesta en donde esta persona vio como el hoy fallecido tuvo una fuerte discusión con una persona con la que tenía vínculos emocionales y que permaneció en la ciudad de Chetumal coincidentemente hasta el día en que el citado es brutalmente asesinado.

Todo esto no fue suficiente para incriminar a quién todas las pruebas marcarían como un fuerte sospechoso, sujeto de ser citado ante la autoridad ministerial, si no para condenarme a mí a una pena de cárcel de 31 años que es a todas luces injusta, violatoria de mis derechos humanos, violatoria de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y una afrenta al debido proceso legal garantizado en una serie de Tratados Internacionales de Derechos Humanos del que México es parte.
Ruego a la opinión pública una única demanda:

Que se haga y que se me haga justicia.

Gracias por su atención:
Roberto Gómez Sosa.

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4 COMENTARIOS

  1. yo en estos momentos no creo en la impartcion de justicia del estado de quintana roo ya que esta compuesta por puros (mafiosos-politicos)

  2. Mencionan una pistola .
    !.-Para que matarlo a puñaladas y martillazos si llevas una pistola ?
    2,-Enconrearon la pistola o solo fue parte del relato.
    3.-La policía judicial es experta en sacar declaraciones a modo con el bolsigrafo y no sería la primera ocasión que condenan a un inocente .
    4.-La corrupción imperante en la Procuraduria de Justicia ha ocasionado que se dude de todas sus investigaciones.
    Bueno si tuvieron la desfachatez de inculpar a Pedro Canche de Sabotaje, que NO podemos esperar de estos cabrones disque investigadores-
    Es cuanto :.

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