BORDEAN LA COSTA DE LA PENÍNSULA: Ventilan red de tráfico de pepino de mar a través de la laguna Chacmuchuc y Cancún

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CANCÚN, MX.- La laguna Chacmuchuc se ha convertido en un destino clave para la red organizada de tráfico internacional de pepino de mar entre Yucatán y Quintana Roo, donde se ha establecido un circuito marítimo para la salida de la especie que está en veda y supuestamente es protegida por autoridades federales.

El circuito se ha establecido desde los puertos de Progreso, Dzilam Bravo y San Felipe en Yucatán, en donde opera Martín Velázquez (a) “El Pepinero Mayor”, hasta el sistema Lagunar Manatí y por último en la laguna de Chacmuchuc en la zona continental de Cancún e Isla Mujeres, donde se han hecho descargas de grandes cargamentos de pepino de mar desde hace meses.

Esto se da porque existe una entrada que desemboca tanto al sistema lagunar El Manatí como la laguna Chacmuchuc que conecta desde el mar, el cual ni siquiera puede ser rastreado con sistema de geoposicionador satelital (GPS).

Está ubicado entre un área de manglar de más de 10 kilómetros que únicamente, los pescadores que saben recorrer la zona, puede ubicarlo dentro de las costas de Quintana Roo.
El área donde se encuentra la entrada además de ser un hermoso ecosistema, presenta de manera sorpresiva dos miradores (torres de vigilancia tierra adentro que se divisan desde el mar), así como un muelle de lujo, de aproximadamente 14 a 15 metros, todo pintado, con dos palapas de recibimiento y delineado en forma de “L”.

Ahí es donde entra el tráfico de pepino de mar por medio de embarcaciones no mayores a los 8 metros de largo (tipo Eduardoño), ya que la entrada es un estrecho de no más de cinco metros de longitud, en medio de manglares donde por supuesto, la vigilancia de cuerpos policiacos federales y de la misma Marina, es inexistente.

El destino de esos cargamentos de pepino de mar que parte de los puertos de Yucatán, es el Aeropuerto Internacional de Cancún, donde paquetes de la especie salen con rumbo a los países del continente asiático, principalmente Hong Kong.

El traslado es a través de lanchas de 26 a 28 pies, es decir de seis a 8 metros de largo y luego por vía terrestre en camiones.

Pescadores de campamentos pesqueros cercanos a la zona de Boca Iglesias, en la punta del norte del Estado confirmaron a los diarios POR ESTO! no sólo la existencia de la red sino lo peligroso que se ha convertido llevar el día a día en las costas de Quintana Roo a raíz de la presencia de estos núcleos delictivos.

“Las lanchas con pepino de mar bordean las costas de Yucatán, salen de Progreso pero principalmente de Dzilam Bravo y de San Felipe… (Sic), y de ahí llegan hasta un lugar que conocemos como punta Caracol, ahí es donde reconoces que termina Yucatán y empieza Quintana Roo”, relata Genaro N., un lanchero de Isla Contoy que se arriesga con el equipo de los diarios POR ESTO! para dar a conocer parte de la ruta.

Y eso no es todo. El pescador revela cómo en la zona se han detectado embarcaciones con hombres armados que realizan el traslado de pepino de mar y advierte que la zona se ha vuelto muy riesgosa para los pescadores de Quintana Roo, ya que cualquier cosa, además del pepino de mar, puede entrar al estado por cargamentos vía marítima.

“Los pescadores vivimos al día, quien es pescador sabe que es así. Al ver lanchas extrañas en el mar o donde vamos a pescar, nos dicen miren vamos a pasar las lanchas ustedes no digan nada y tranquilos (sic)…, si nos dan algo de dinero bien, si no nos callamos y no buscamos problemas, tenemos familias. Hay muchas lanchas que traen hombres armados y paquetes en estos canales y en esta zona”, puntualiza el entrevistado.

Con los nervios que provoca el miedo y aferrándose al timón del motor de la lancha, Genaro prosigue su relato. “Cuando llegan a Quintana Roo desde Dzilam o San Felipe, las lanchas buscan el punto de referencia que es Holbox, ya de ahí el camino es menos pesado, dos horas o dos horas y media con un motor de 70 caballos de fuerza hasta llegar aquí, a la punta entre Isla Blanca y la laguna Chacmuchuc”.

En realidad, el traslado de pepino vía marítima no sólo es pesado sino largo, debido a que todo el recorrido lleva entre seis y hasta siete horas en determinado momento. Sin embargo, todo esto se convierte en pecata minuta cuando se cobra al final del trayecto dentro de la red organizada del contrabando de pepino de mar.

La ruta del tráfico entre Yucatán y Quintana Roo

El mar Caribe tiene muchos secretos dentro de su inmensidad. Muchos de ellos, pasan inadvertidos por estar justo entre litorales de mar y laguna, en medio de los manglares que dan vida a un ecosistema que siempre será admirado.

Y uno de esos secretos es aprovechado por una red de delincuencia organizada que traslada pepino de mar, desde las costas de Yucatán hasta Quintana Roo, donde la especie sale rumbo a los países asiáticos para su venta hasta de 3 mil dólares el kilogramo.

Esta red, bordea desde los puertos de Progreso y Dzilam Bravo en Yucatán, hasta las costas de Quintana Roo, justo entre la Isla Contoy e Isla Blanca, para introducirse al sistema lagunar del Manatí y a la laguna Chacmuchuc, donde toneladas de pepino de mar es sacado para su venta clandestina.

El trayecto es complejo por momentos. La zona es virgen y no sólo el tráfico de pepino de mar se da en esa área de Quintana Roo, sino que otras actividades ilegales están a la orden del día.
Esta situación se debe a que no existe vigilancia en ningún punto y eso ha sido aprovechado por redes delincuenciales. De hecho, en la zona se han visto lanchas con gente armada tanto de día como de noche. Ahí, no existe límite para el crimen dentro del mar, de ahí que el lugar se ha convertido en un sitio peligroso.

Dentro del recorrido por mar abierto, hay un momento donde se visualiza Isla Contoy y de ahí se tiene que bajar hasta Isla Blanca, por medio de la laguna. Este último tramo representa la complejidad, ya que el canal de navegación es errático y los pescadores lo conocen como “El Pozo” debido a que hay zonas bajas, donde si no se conoce el área, la propela del motor puede atorarse.
Justo dentro de ese punto, se tiene que buscar en medio del área de manglares, la entrada que lleva al sistema lagunar manatí.

“Esta zona es -El Pozo-, hay muchas zonas bajas, sino le sabes te puedes quedar varado porque se puede atorar la propela, y tienes que buscar la entrada, porque está en medio del manglar, ni con GPS la encuentras”, puntualiza Alberto N., otro pescador que pide anonimato y que se ha unido a la expedición sobre el tráfico de pepino de mar.

La entrada es un estrecho entre el mar y la laguna cuya longitud no es mayor a los cinco metros. Entran embarcaciones no mayores a ocho metros, por lo general son lanchas pesqueras.

El lugar es irreconocible a primera vista, pues se tiene que ubicar en un radio de manglar de aproximadamente 10 kilómetros de mangle, por lo cual las embarcaciones tienen que bordear hasta ubicar ese paraje.

Dentro de ese radio existen dos miradores (torres de vigilancia tierra adentro que se divisan desde el mar), así como un muelle de lujo, de aproximadamente 14 a 15 metros, todo pintado, con dos palapas de recibimiento y delineado en forma de “L”.

Una vez ubicada la entrada, la lancha hace un recorrido de un kilómetro y medio en medio de canales de manglar hasta llegar a un ojo de agua. Posteriormente, se divisa la cooperativa pesquera de Chacmuchuc, donde se saca el pepino de mar en camionetas en lo que es un muelle improvisado, pues el lugar no cuenta con uno en forma.
Ya en tierra, los cargamentos de pepino de mar son sacados en camionetas de 3 a 5 toneladas por la brecha que se abrió dentro de la comunidad pesquera y por el camino que llevaba al primer relleno sanitario que tuvo Cancún, ubicado en la zona continental y a un costado de Rancho Viejo.

La existencia de la red

Los diarios POR ESTO! confirmaron que desde hace más de seis meses el circuito es usado por la red de traficantes de pepino de mar, mediante el uso de un convoy de 10 lanchas que realizan los recorridos marítimos.

La prueba de la existencia de esta red y del uso del circuito entre Yucatán y Quintana Roo, se dio el 19 de mayo pasado, cuando la Policía Federal adscrita al Aeropuerto Internacional de Cancún, decomisó un cargamento de 17 toneladas de pepino de mar con un valor superior a los 850 mil dólares. Se trató del decomiso más grande de pepino de mar en el país.
En ese momento, la Policía Federal reconoció la existencia de una red de delincuencia organizada de tráfico de pepino de mar entre los dos estados, ya que la especie fue trasladada de la entidad vecina.

El cargamento de pepino de mar ingresó a Quintana Roo vía marítima en la zona de la laguna de Chacmuchuc, sin embargo, las autoridades federales no investigaron más el asunto. Únicamente la Policía Federal se limitó a dar a conocer los hechos y se procedió al “carpetazo tradicional”.

La ruta del tráfico es sencilla debido a que las autoridades federales, principalmente la Capitanía de Puerto, bajaron la guardia en los operativos de revisión en las costas de los dos Estados. Y lo más grave la vigilancia del sector naval militar es ineficaz.

La logística se da de la siguiente manera: En su mayoría los cargamentos de pepino de mar salen desde Progreso o principalmente en Dzilam Bravo en Yucatán. El primer punto de enlace es el puerto de San Felipe localizado a 11 kilómetros al oeste de Río Lagartos.

En este recorrido dentro de las costas de Yucatán, el pepino se traslada en contenedores pequeños desde Progreso a San Felipe. Ya en San Felipe se envuelven y se empaquetan para su traslado marítimo.

Cabe señalar que hay ocasiones donde los cargamentos salen directamente de San Felipe, debido a que es un punto estratégico entre los puertos de la costa de Yucatán.

El traslado se hace en convoy de lanchas las cuales se introducen en la biosfera de “Río Lagartos” vía el puerto de “El Cuyo” e ingresan a Quintana Roo por las costas de Holbox dentro del punto de Punta Caracol. De ahí llegan hasta el sistema lagunar “Manatí” en la zona continental de Cancún e Isla Mujeres.

En ese punto, el objetivo es llegar a la laguna de Chacmuchuc, donde durante los meses de mayo, abril y junio, los lancheros de Yucatán pagaron su derecho de atraque a cooperativas pesqueras de la zona.

Dentro del circuito, la parte neurálgica del recorrido se da en esta zona ya en Quintana Roo, debido a que el objetivo de llegar a la Laguna Chacmuchuc, es poder descargar el pepino de mar traído desde Yucatán.

La ubicación de la laguna es perfecta para cometer delitos. El camino de acceso inicia desde el arco vial y es el que conectaba al antiguo relleno sanitario de Cancún, justo a espaldas de lo que hoy es la Universidad del Caribe.

El camino es de terracería aún y está rodeado de manglar. No existe vigilancia alguna de parte de alguna corporación policiaca. El perímetro del camino hacia la laguna, está rodeado de terrenos donde incluso ya se construyeron algunos ranchos y casonas de concreto.

Para descargar el pepino de mar proveniente de Yucatán, basta con atracar en el área de la cooperativa y también en los alrededores.
A partir de ahí el negocio está casi cerrado para el grupo dedicado a este delito. Lo que prosigue es cargar los camiones que llegan a la orilla y trasladarlos a casas de seguridad, donde son empaquetados y sellados para la importación del producto.

La importación se hace para enviar el pepino de mar a los países asiáticos, donde se paga en un rango de 500 hasta 2 mil o 3 mil dólares el kilo de la especie al considerarla como producto afrodisíaco.

Una vez empaquetado el producto, se lleva hasta el Aeropuerto Internacional de Cancún donde a través de la corrupción que existe dentro de la Aduana, pueda llegar a su destino final sin “contratiempos”.

Cabe señalar que información obtenida por los diarios POR ESTO!, dan cuenta de cómo parte de los cargamentos de pepino de mar se envían también hacia el muelle fiscal de Puerto Morelos para que la especie llegue a la península de la Florida, donde se paga bien el kilo dentro de Estados Unidos.

Crimen organizado detrás del tráfico de pepino de mar entre Yucatán y Quintana Roo

El 19 de mayo pasado, la Policía Federal reconoció la existencia de una red de delincuencia organizada que abarcaba Quintana Roo y Yucatán para operar el tráfico de pepino de mar desde México hacia el extranjero.

Con este aseguramiento, salió a relucir que Cancún es utilizado como centro de acopio de la especie que es traída desde Yucatán y una vez que se acumula un gran cargamento, es sacado del país, vía aérea, utilizando documentos apócrifos que son robados a pescadores que se encuentran en regla. En los últimos dos años, la Policía Federal ha asegurado 29 toneladas de este producto.

Ese día la Policía Federal confirmó que el decomiso de 17 toneladas de pepino de mar que se hizo en el Aeropuerto Internacional de Cancún, el 19 de mayo, es el mayor en la historia e informó que la carga asegurada estaba dividida hacia dos destinos: seis toneladas a Miami, Estados Unidos y las 11 toneladas restantes serían embarcadas a Hong Kong.

Además, la Policía Federal sostuvo que se detectaron bandas delictivas en torno al contrabando de pepino de mar hacia el extranjero, y confirmó que la delincuencia organizada se encarga también de sacar grandes cantidades de esta especie fuera del país. (Fuente: Texto y fotos Por Esto! de Quintana Roo)

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