De más a menos terminó la gira de Andrés Manuel López Obrador.
En su segundo día, la convocaría de López Obrador disminuyó considerablemente en José María Morelos, Bacalar y Playa del Carmen.
Quizá la compañía de José Luis Pech apagó los ánimos de los aguerridos “morenistas” que ven en el ex priista una muy mala decisión para que abandere a este partido de izquierda para la Gubernatura de Quintana Roo.
En su segundo y última día de gira por el Caribe mexicano y la selva maya quintanarroense, López Obrador trató de salir al paso de algunas críticas por su errático proceder en la entidad, como sus inaplicables consideraciones al Gobernado Roberto Borge y su respaldo, contra viento y marea, al doctor Pech, que entre otras cosas, como rector de la Uqroo, estuvo relacionado en la irregular venta de un terreno costoso de la Universidad en Tulum, tal como se documenta en un amplio reportaje de Proceso.
Pero la defensa de AMLO no fue del todo afortunada. Sobre su nula crítica a Borge porque expuso que prefiere cuestionar a Peña Nieto, pues es “más corrupto”, y en el asunto de la venta de terrenos de la Uqroo, de plano descalificó a Proceso.
Y todo es como el cristal como lo mire AMLO.
