Hay de repente una añoranza a la no crítica.
Como que se pretendería volver a los aún muy, pero muy cercanos tiempos de Roberto Borge en donde no había critica al Gobernador.
Y hay quienes pretenden o invocan que las cosas sean así con Carlos Joaquín. Cero crítica, como en el oscurantismo del ‘borgismo’.
Hay ‘joaquinistas’ al borde de un ataque de nervios porque hay críticas contra el Gobernador y hay ‘almas puras’, aparentemente sin bandera, que ven inaceptable que se cuestione al Mandatario estatal.
Nada más irracional.
Con Borge la crítica estaba proscrita y en cambio, prevalecía la censura, la infamia, la corrupción y la persecución.
Periodistas tuvieron que abandonar el estado y hasta el País, otros tuvieron que socorrerse a mecanismos de protección del gobierno federal, algunos fueron despedidos y los demás optaron por callarse.
También Borge dispuso de dinero público a discreción para comprar y alquilar medios y ‘plumas’. Hubo personajes que amasaron fortunas inexplicables y otros que convirtieron la desvergüenza en una lucrativa forma de vida.
Lo que se vivió con Borge fue una situación anormal. Había un gobernador sin críticas, pero a partir de la ‘virtud’ de corromper y perseguir. Esta situación fue tan anormal que, al final de cuentas, los medios de comunicación al servicio del ahora ex Gobernador fueron claves para la derrota del PRI en el pasado proceso electoral.
Lo normal es la crítica. ¿O Carlos Joaquín debería de ser tan ‘perfecto’ como ‘Beto’ Borge?
En el inicio del sexenio han habido actos para criticar, como la enorme influencia de un grupo de poblanos encabezados por el diputado federal Eukid Castañón y vinculados al gobernador Rafael Moreno Ovalle, la incorporación de ‘felixistas-borgistas’ al gabinete, o la poca claridad para llamar a cuentas a Roberto Borge y su entorno criminal.
La normalidad democrática implica cosas como la división de poderes y la libertad de prensa y, en consecuencia, la crítica.
Quizá lo que faltaría es una plan de contingencia para amortiguar los efectos mediáticos de los errores, pero eso es problema del gobernador Carlos Joaquín y de su ‘primer ministro’ Juan de la Luz Enríquez Kanfachi.
Suponer que no se debe criticar al Gobernador es añorar el pasado reciente de la intolerancia y la corrupción.
Es irracional añorar la no crítica.
Nombraron un director del Inea que es López obradorista, pero cuñao de un diputado del PRD. Incongruencia de doctrinas políticas pero al final Ninguno es fiel al pueblo todo es por dinero!
La misma situación pero diferente reacción y buscando el mismo resultado: Borge perseguía a los críticos y detractores; Carlos Joaquín simple y llanamente los manda muy lejos esperando que los errores se olviden y todo siga igual… No se añora el pasado, para nada, simplemente uno se pregunta ¿los quintanarroenses, originarios o adoptados, estamos condenados a lo mismo?
DE ACUERDO CON ALTAVOZ…
DE ACUERDO CON NOTICARIBE.COM.MX …
POR LA SENCILLA RAZON DE QUE "TIENE RAZON ALTAVOZ Y NOTICARIBE.COM.MX …
DE HECHO, ESTAMOS REGRESANDO AL PASADO RECIENTE… YA LOS PERSONEROS DE CARLOS JOAQUIN ESTÁN COPTANDO A PERIODISTAS A NO CRITICAR AL GOBENADOR Y DE NO CRITICAR A CRISTINA TORRES… NO PUEDE SER… SIMPLEMENTE NO PUEDE SER…
AMÉN…
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