Sea como sea, Raymundo King ya lleva cuatro meses como el líder de la principal fuerza opositora de Quintana Roo.
Lo lógico es que tras la derrota del PRI, del pasado 5 de junio, Raymundo King hubiera presentado su renuncia como suele ocurrir, incluso en el futbol, cuando un director técnico fracasa.
Pero ‘Ray’, además tuvo un doble fracaso pues como diputado local y coordinador de la mayoría priista no puede aglutinar una mayoría de diputados en torno al partido tricolor.
En realidad a ‘Ray’ no lo quieren ni de presidente estatal del PRI ni de coordinador de los diputados de ese partido.
De hecho, cuando es requerido a reuniones de trabajo con otros grupos parlamentarios o hasta de la propia alianza PRI-PVEM, no llega.
Muchos de estos diputados roji-verdes ya no lo soportan y piden el cambio.
Pero ‘Ray’ sigue ahí. Una mano en las tinieblas lo sostiene.