Figura clave del cochinero en la anterior administración municipal capitalina es el ex director de Fiscalización, Héctor Benítez Cuéllar.
Y es que desde la Secretaría del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, con Jorge Aguilar Cheluja, se tejió toda una estructura paralela de recaudación que significaban ingresos millonarios y que daba hasta para compartir.
Curiosamente, la Dirección de Fiscalización dependía de la Secretaría del Ayuntamiento, cuando en la mayoría de los municipios forma parte de la estructura de la Tesorería.
En este entramado, en la parte operativa se encontraba Héctor Benítez Cuéllar, que día a día mandaba a la calle a una brigada de inspectores que tenían como objetivo buscarle y encontrarle a los comercios y se generó todo una industria de la extorsión.
A concluir la anterior administración capitalina, Benítez Cuéllar pasó a engordar las filas de los nuevos ricos chetumaleños. Entre sus nuevos activos se encuentran bares y ‘minisupers’.
Pero forma parte del club de la Moringa, por aquello de que cada día se les encuentra nuevas propiedades.
