Por Leslie Gordillo
CANCÚN, MX.- Son alrededor de 200 familias las que viven en constante incertidumbre en la colonia Maracuyá, por lo que exigen a las autoridades que reconozcan la zona y así dejen de ser “irregulares”, además de que esta situación ha permitido actos fraudulentos y la venta de zonas que deben ser destinadas para escuelas y espacios públicos.
“La autoridad debe evitar un choque entre vecinos, que dejen de tratarnos como invasores, pues no lo somos… Por eso estamos denunciando la apatía del gobierno con las zonas irregulares, lo que queremos es que tome cartas en el asunto para volvernos regulares. Y la segunda, parar a un estafador que se aprovecha de los vacíos legales para seguir lucrando y acudimos a las autoridades y dicen -no podemos hacer nada porque son irregulares- pero si servimos para esto (para otorgar credenciales de elector de la zona donde viven y pedir su voto durante procesos electorales)”, explicó Gerardo Rojas Barrón vocal de Asociación Maracuyá, acompañado por Concepción Oliveros Castillo presidente de la misma.
La realidad, dijo, es que si no hay una solución a los conflictos que se han presentado, en cualquier momento se podría generar una confrontación violenta por la disputa de tres manzanas del complejo, debido a que el señor Jacob Salomón Canché, a quien recientemente expulsaron de la asociación por presuntos actos de fraude, está invadiendo estas manzanas destinadas a la recreación.
Está colonia está ubicada entre las parcelas 406 y 405, áreas que pertenecían anteriormente al Ejido de Isla Mujeres, una donación que hizo el gobierno federal al gobierno municipal en el cual se le compraron anteriormente al rancho Santa Elena 40 mil hectáreas para donación al Ejido. El ordenamiento que hizo Sedatu era que se hicieran parcelas y que entre éstas tendría que haber una distancia de 10 metros.
“Tramposamente los comisariados ejidales no pusieron los diez metros que les estipuló el gobierno federal. Los espacios entre parcelas debían tener un área de 10 por 400 metros, cada 10 parcelas, quedaban 100 metros por 400, entonces ya tenían 4 hectáreas favorables, de esa manera, esos terrenos quedaron, digamos baldíos y ellos aprovechando el conocimiento de esa situación se repartieron esos terrenos para lucrar con ellos”, explicó.
Luego de esto, fue que formaron la asociación, pero entonces el señor Salomón Canché, comenzó a comercializar terrenos, en manzanas que deben preservar para habilitar una escuela, un campo deportivo y preservar un cenote, según el plan inicial. (Noticaribe)