Impresiones de un recién llegado VII | Por Rodrigo De la Serna

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Zona arqueológica “Cañada de la virgen”, San Miguel Allende, Gto.

VII

Zona arqueológica “Cañada de la virgen”, San Miguel Allende, Gto.

Con la decadencia o caída de las Tollan mesoamericanas desde el siglo VIII, hubo migraciones masivas al norte y al noroeste, una tierra inhóspita en comparación con la fertilidad hidráulica de Teotihuacan, el valle de México y el mundo maya.

Ante el desastre y la destrucción, la razón de mayor peso para tales migraciones era volver a los orígenes, hallar un nuevo motivo en las Siete Cuevas de Chicomostoc, génesis de la tradición naoa-nahua en algún lugar al noroeste, costas del Pacífico mexicano. Una vez que hallaron el mítico sitio, tiempo después algunas tribus comenzaron a peregrinar ahora de vuelta a la Mesoamérica que habían dejado. Esas travesías eran por la Gran Chichimeca.

Una tribu se hará conocer como los toltecas y fundará Tula (Hidalgo), hacia 780 de nuestra era. Se convertiría en la urbe más simbólica de los pueblos al sur de Aridoamérica, fue vista como la última casa de Naxcit Topiltzin, ser que se haría famoso como Quetzalcóatl. De ahí lo corrieron los fans de su rival en turno: Tezcatlipoca. Sobre las connotaciones del vocablo tula, en “TULA XICOCOTITLAN: HISTORIA Y ARQUEOLOGÍA”, ensayo de León-Portilla, se lee lo siguiente (el subrayado del último párrafo es mío):

“(…) acerca del vocablo Tollan o, castellanizado, Tula. Es una palabra con varias connotaciones. Derivada de tollin (junco o carrizo), Tollan, con el sufijo locativo abundancial —tlan o, por asimilación, —lan, significa lugar donde proliferan los carrizos, lugar donde hay tulares. De esta connotación se derivó la de lugar “donde abunda el agua”, que es el medio en el que prosperan los carrizos o tules. (…) lugar en el que puede desarrollarse un grupo humano al disponer allí de cuanto hace posible el agua. (…) Hay testimonios que muestran que así se nombró a la ciudad ubicada cerca del monte Xicócoc, o sea Tollan Xicotitlan. Esa población en tiempos prehispánicos existió muy cerca de donde se halla la moderna Tula, en el estado de Hidalgo. También se aplicó una designación paralela a otras ciudades o metrópolis. Tal fue el caso de Tollan Teotihuacan, Tollan Cholollan y Tollan Tenochtitlan. (…) su población llegó a ser considerablemente grande. (…) Tollan Xicocotitlan, dada la creatividad de sus pobladores, conocidos como toltecas, acuñó el vocablo toltecayotl, que significó el conjunto de las creaciones culturales alcanzadas por ellos. (…) la forma como se concibió en Mesoamérica y en otros lugares del mundo, el surgimiento de la vida urbana. En lengua ñahñú u otomí, hablada por gentes establecidas también en el altiplano central de México, Tollan se tradujo como Manenhi, vocablo con el cual se alude a un lugar donde viven muchos.”

Tollan Xicocotitlan cayó dos siglos después. Xólotl, un rey legendario de linaje tolteca-chimalpaneca, será el relevo de los semidioses desaparecidos; entre varios hechos que se le atribuyen, forjó amplios acuerdos y alianzas. Así nacería hace casi mil años, el sello chichimeca de todo caminante (tepanecas, chalcas, xochimilcas entre otros), rumbo a las nuevas colonizaciones del Valle de Anahuac. Los mexicas, la última tribu en salir de su lugar de origen al noroeste, configurarán desde el siglo XIV el poderoso reino de Tenochtitlan.

Sin un estadista como el rey Xólotl, el esplendor de reinos como Texcoco y Tenochtitlan no hubiese sido igual, ambos lo reconocían como uno de los meros meros. Tanto en el Bajío como en el Caribe Maya Mexicano, las grandes migraciones de los ancestros postclásicos dieron nuevo nombre y lengua a la tierra: en itzá, en chontal, en nahua, en otomí-ñahñú y guamáre… la voz de la Gente del Arco y la Flecha.

La “Gran Chichimeca” fue parte relevante de complejos reacomodos y transformaciones entre naciones recolectoras, nómadas o en parte asentadas como núcleos de poder; no era sólo un “lugar de rocas secas” ni era poblada por gente que rechazaba toda señal del mundo mesoamericano. Hallazgos arqueológicos como “Cañada de la Virgen” y “Peralta”, muestran la existencia de centros ceremoniales relevantes sobre todo en Guanajuato y Querétaro; tuvieron una notoria vigencia del siglo XI hasta el XIV. En varios sentidos eran, e iban, paralelos a lo que hacían sus paisanos en Chacchoben, actual Quintana Roo.

Zona arqueológica en Chacchoben, Zona Maya, Quintana Roo.

 

Plaza San Antonio SMA

julio 2017

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