Primer Convenio internacional de Salud y Medio Ambiente para regular el mercurio, hoy se convierte en Ley internacional

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Göteborg, Suecia. El Convenio de Minamata, primer acuerdo multilateral  jurídicamente vinculante para reducir la contaminación por mercurio, se suma el día de hoy miércoles 16 de agosto de 2017 al marco jurídico internacional.

Los especialistas líderes en salud ambiental de la Red Internacional para la Eliminación de los Contaminantes Orgánicos Persistentes (IPEN) y las Organizaciones No Gubernamentales  que la componen en más de 100 países, donde combaten día a día la contaminación con productos tóxicos, celebran este acontecimiento. Dan la bienvenida a este histórico tratado multilateral de salud y medio ambiente y convocan a los gobiernos partes del mismo, a dar los siguientes pasos para garantizar que no se repita la intoxicación masiva de personas con mercurio, ocurrida en Minamata, Japón: “no más Minamatas”.[1]

El Convenio, dicen los líderes especialistas de IPEN, es el comienzo del final del mercurio en la economía global. Pero para actualizar el objetivo del tratado -proteger la salud de las generaciones actuales y futuras, las cadenas alimenticias y el medio ambiente de la contaminación por mercurio- se requiere una acción global coordinada más fuerte. La eliminación del uso de mercurio y las emisiones en sus fuentes primarias, como la minería de extracción de oro a pequeña escala; las centrales eléctricas a base de carbón y hornos de cemento, así como la interrupción del comercio mundial de mercurio, son fundamentales. Identificar y remediar los sitios contaminados también son esenciales para proteger la salud humana de este metal altamente tóxico.

El Convenio de Minamata, reconoce que el mercurio es una amenaza global para la salud humana, los medios de subsistencia de mucha población y el medio ambiente. Actualmente 74 países han ratificado el tratado, superando el límite de 50 países que permite que el tratado entre en vigor.

 

“México ha firmado y ratificado el Convenio de Minamata y debe incluirlo como  prioridad en la agenda ambiental nacional”, declaró Fernando Bejarano, del Centro de Análisis y Acción en Tóxicos y sus Alternativas (CAATA) y punto de enlace regional de IPEN para América Latina que añadió “ México se ha convertido en el segundo exportador mundial de mercurio, y primero en América Latina, llegando a las 266 ton en 2016; extraído principalmente de una minería artesanal realizada  en regiones empobrecidas, exponiendo a trabajadores, niños y comunidades a los efectos dañinos de este metal. El Convenio exige que no se den nuevos permisos para la extracción primaria de mercurio  a partir del día de hoy y que la minería de mercurio existente quede prohibida  15 años despúes de entrada en vigor del Convenio, o sea 2023.”; y destacó “Debe haber un plan nacional que involucre  a las autoridades estatales y municipales con la participación de las organizaciones de pequeños mineros, academia y organismos no gubernamentales para prevenir la exposición de  las comunidades, y reorientar el uso del territorio en un desarrollo local sostenible, y no en actividades que los contaminan y donde las mayores ganancias se las llevan los intermediarios que controlan la exportación”.

“Los sitios contaminados con mercurio se han convertido en un desastre silencioso y lento en muchos países, envenenando poblaciones de peces y enfermando a las comunidades. No basta con prohibir nuevos usos industriales. Para prevenir la catástrofe del mercurio para las nuevas generaciones, necesitamos directrices integrales para que los países puedan identificar y controlar el riesgo de los sitios contaminados y limpiar las comunidades donde la pesada carga de mercurio en el medio ambiente perpetúan el daño a las generaciones actuales y futuras “, dijo el especialista en afectaciones por mercurio y asesor político de IPEN, el Dr. Lee Bell.

El uso de mercurio en la minería de extracción de oro y las centrales eléctricas a base de carbón,  son las principales causas de emisiones de mercurio en el planeta. La minería de oro en pequeña escala es un proceso extremadamente peligroso que enferma a los mineros, sus familias y sus comunidades. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), aproximadamente 15 millones de personas en más de 70 países se dedican a actividades de minería para extracción de oro artesanal a pequeña escala para su subsistencia, práctica en la que utilizan principalmente el mercurio. Aunque disminuye, el mercurio procedente de fuentes ilícitas sigue siendo utilizado en sitios ilegales de extracción de oro a pequeña escala. Las exportaciones de mercurio de México  van  a estos lugares en América Latina como Bolivia, Colombia y Brasil donde se usa para la minería artesanal de oro.

“La tragedia del mercurio causa intensos efectos en la salud y tiene impactos económicos en algunas de las comunidades más empobrecidas de todo el mundo; comunidades que subsisten a partir de la práctica de la minería para extracción de oro a pequeña escala. A menos que tomemos medidas globales para poner fin al comercio internacional de mercurio que contamina las comunidades cercanas a las minas de oro, seguiremos envenenando a las personas más vulnerables y marginadas de nuestro planeta “, dijo el especialista de IPEN Yuyun Ismawati.

Para proteger a los habitantes de los efectos adversos para la salud, los países deben mejorar su monitoreo del mercurio en el ambiente y alimentos. La copresidenta de IPEN y ganadora del Premio Goldman, la Dr. Olga Speranskaya, expresó: “Se debe mejorar el monitoreo de los niveles de mercurio en productos alimenticios. La mayoría de los países en desarrollo y los países con economías en transición, no advierten ni dan recomendaciones a mujeres embarazadas sobre los límites de ingestión diaria de productos alimenticios que contienen mercurio, como son el pescado y el arroz en ciertas zonas del mundo, lo que deriva en graves consecuencias de salud. La mayoría de los países en desarrollo carecen de normatividad que defina los niveles de mercurio en el pescado, por ejemplo.  Aquellos que han establecido límites, a menudo los sitúan por debajo de los límites definidos en los países desarrollados, reduciendo así el nivel de protección de sus habitantes ante los riesgos del mercurio para la salud “. Por su parte, Fernando Bejarano de CAATA e  IPEN. Declaró “En México no contamos con un monitoreo que informe al público de posibles niveles de mercurio en atún, tiburón u otras especies que bioacumulan este metal tóxico; incluso del arroz que proviene de Asia” “.

La exposición al mercurio daña el sistema nervioso, los riñones y el sistema cardiovascular. En el caso de órganos en proceso de desarrollo, como el sistema nervioso de un bebe en formación intrauterina, son los más sensibles a los efectos tóxicos del mercurio, aunque casi todos los órganos son vulnerables.

La principal fuente de ingesta humana de mercurio proviene de pescado contaminado y por contacto directo, exposición a los vapores de mercurio, a través de prácticas de minería para extracción de oro a pequeña escala o de minería primaria artesanal de mercurio . “ En México, hemos participado con IPEN en  la medición de mercurio en altas concentraciones en el pescado y cabello de comunidades en  la cuenca del Río Coatzacoalcos, Ver. donde si no se detiene la exposición, significará pérdidas millonarias por afectar el coeficiente intelectual de la población como se ha calculado en artículos científicos sobre el tema” expresó el director de CAATA.[2]

Diminutas cantidades de mercurio, de 1ppm (parte por millón) se han detectado en cabello humano, cantidad límite que ha sido reconocida por la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés)  de los EE.UU., misma que si es rebasada, es suficiente para que el mercurio cause daño cerebral en los  bebes en desarrollo intrauterino. Nuevos artículos científicos señalan que es posible que el mercurio sea aún más perjudicial de lo que se creía y que fue ya estudiado y comprendido. Nuevos datos muestran impacto  neurológico negativo a niveles superiores a las 0.58 ppm.

Las centrales eléctricas a base de carbón, son la segunda fuente más importante de contaminación por mercurio, así como también son el principal contribuyente de emisiones con efecto sobre el cambio climático. Estas liberan mercurio atmosférico que termina en los océanos del mundo y ahí entra a la cadena alimenticia, acumulándose en fauna marina, mucha de ella peces de alto consumo humano, lo que afecta a la salud de millones de personas. (Fuente: IPEN.org)

+ IPEN es una red de organizaciones no gubernamentales que trabajan en más de 100 países para reducir y eliminar el daño a la salud humana y al medio ambiente causada por productos químicos tóxicos.

Mas materiales informativos sobre mercurio elaborados por IPEN en http://ipen.org/documents/ngo-introduction-mercury-pollution-and-minamata-convention-mercury  

[1]  Por residuos industriales con mercurio vertidos en la bahía de la ciudad de Minamata, Japón, en la década de 1950, se contaminaron los peces y después se intoxicaron miles de personas de  las comunidades locales, creando graves problemas neurológicos permanentes  como parálisis, pérdida sensorial en manos y pies, afectación de la vista y oído, dificultades en el habla e incluso la muerte. El Convenio de Mercurio recibe su nombre por esta tragedia.

[2]  Ver artículo de expertos al respecto en  Trassande, et al., 2016 en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27594689

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