CANCÚN, MX.- Heberto es un venezolano que partió de su tierra hace siete meses por los constantes problemas sociales con los que su pueblo tiene que lidiar. Actualmente se encuentra en un refugio en San Luis y con la ilusión de reencontrarse con su familia, que emprendieron el viaje ayer rumbo a Cancún.
Sin embargo, al aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Cancún, su esposa Norelis y su pequeño hijo Diego de cuatro años, fueron detenidos en la oficina de migración desde ayer miércoles a las ocho de la noche.
“Desde ayer están en la oficina migratoria en el aeropuerto de Cancún. Mi hijo es alérgico y mi esposa sufre males de los riñones, es demostrable”, declaró. “Esto es una violación de derechos fundamentales por el Instituto Nacional de Migración, pese a que las leyes y la constitución mexicana reza protección para cualquier persona que huya de su país”.
Su caso no es único, desde fines del año pasado, han sido muchos los venezolanos que han denunciado la detención arbitraria por parte del INM, que, sin darles argumentos, les prohíben la entrada y los dejan por horas o hasta días encerrados en una oficina, hasta que son enviados de regreso.
Detrás de este proceder, está no sólo un control al dramático incremento de venezolanos que han optado por abandonar su país, sino que una planificada red de corrupción, acusan varios sudamericanos, que señalan que se les ha exigido altas sumas a cambio de dejarlos pasar.
“Quiero denunciar públicamente la corrupción en el aeropuerto de Cancún, donde cobran US$1000 por persona de nacionalidad venezolana. Los llevan a una sala de espera con mucho frío, los interrogan y amedrentan y de paso les quieren pedir dinero”, le escribió David Belem al presidente Enrique Peña Nieto en Twitter.
Se estima que ya hay más de 6 mil ciudadanos de Venezuela viviendo en Cancún.
Heberto Torres, quien lleva más de seis meses tratando de conseguir asilo político, interpuso una queja en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, para poder tener contacto con su esposa. Le respondieron que iban a investigar, lo que podría tardar una semana.
“México le está cerrando las puertas a Venezuela, cuando países como Argentina, Perú y Chile se las están abriendo, la Comisión Nacional de Derechos Humanos no existe y yo ya llevo más de 12 horas sin saber de mi esposa”.
Norelis Lizbeth Molero Prieto y su pequeño hijo, Diego Alejandro Torres Molero, se encuentran con otro grupo más de venezolanos aún en el Aeropuerto Internacional de Cancún. (Noticaribe)