Me parecieron sorprendentes las declaraciones de gobierno del estado al incluir a Tulum en una declaratoria como Zona de Desarrollo de Turismo Sustentable (ZDTS). Fueron sorprendentes porque esta iniciativa sólo puede venir de dos vertientes diferentes: o se desconoce el grave proceso de deterioro ambiental en Tulum, que parece imparable, o se gestiona, cínicamente, una iniciativa de simulación, como tantas otras que ya no engañan a nadie.
En la nota se menciona a “un equipo técnico integrado por representantes de la Secretaría de Turismo, del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, de la Secretaría Estatal de Turismo y del municipio de Tulum.” Y se supone que este grupo “ha realizado reuniones de trabajo con representantes del Ayuntamiento y trabajos de campo para el levantamiento de información que permita la integración de expedientes técnicos necesarios para obtener esta declaratoria”.
De acuerdo a un documento de la SECTUR, “las ZDTS se definen como aquellas fracciones del territorio nacional, claramente ubicadas y delimitadas geográficamente, que, por sus características naturales o culturales, constituyen un atractivo turístico. Tienen como propósito regular la actividad turística del país y lograr la transición hacia una industria limpia y resiliente al cambio climático, aportando beneficios para las comunidades receptoras y mecanismos de conservación y protección para los bienes naturales, culturales y tradicionales que la componen, …“
Esto significa que se trata de áreas con actividades turísticas en las que se buscará transitar hacia los principios del turismo sustentable. Son regiones donde se pretende alcanzar la sustentabilidad, por lo cual la etiqueta de Zonas de Desarrollo Turístico Sustentable es engañosa. Sin embargo, estas zonas deben de contar con ciertas bases que hagan factible la aplicación de prácticas sustentables.
Revisando los lineamientos para la dictaminación de las ZDTS encontramos que, en la conformación del expediente técnico se plantea un “Estudio de viabilidad, que deberá contener un análisis de la información requerida que demuestre que existe una compatibilidad entre el desarrollo de las actividades turísticas, el desarrollo urbano y la conservación de los recursos naturales, así como el equilibrio ecológico y beneficio social para la Zona de Desarrollo Turístico Sustentable;”
¿De verdad esperan encontrar en Tulum las condiciones para esta declaratoria? ¿Es que no se han enterado que sólo contamos con un 20% de cobertura en el saneamiento de las aguas residuales, que todos los días se destruyen y rellenan áreas de manglar, que nuestro relleno sanitario- pésimamente manejado- está a tope y que ya no tenemos dónde confinar la basura? ¿No se enteraron de que el tiradero a cielo abierto estuvo prendido y humeando gases tóxicos durante 4 meses y que sólo se apago con las lluvias ya que no existen ni las capacidades técnicas ni las humanas para sofocar este tipo de incendios?
¿No se ha reparado tampoco en el anárquico y depredador desarrollo urbano, donde nadie cumple con la normativa y donde el Ayuntamiento no vigila este cumplimiento?
Lamentablemente, Tulum sigue la ruta del desastre socioambiental iniciado en Cancún, mejorado en Playa del Carmen y ahora perfeccionado en Tulum, al grado de que hasta logrará un premio por su letalidad disfrazada de desarrollo sustentable.
Tal parece que los funcionarios que integran el grupo técnico se han dejado impresionar por el turismo Ecochic del que presume Tulum, pero que no es sino un maquillaje que se deslava fácilmente con una gotita de realidad. ¿Y cuál es esta realidad? Reto a estos técnicos a que encuentren al menos 4 hoteles de los más de 140 que hay en el municipio, que cumplan al 100%, ya no digamos con los criterios básicos del turismo sostenible, sino con los lineamientos legales. No los van a encontrar.
¿Se les olvida también que hay un buen número de hoteles y restaurantes que han invadido el Parque Nacional Tulum y que su presencia allí nos habla de ilegalidades que no por estar toleradas ameritan el premio de una declaratoria de sustentabilidad? Al contrario, éstas deberían ser elementos para sancionar a los infractores de acuerdo a la ley.
En otro aspecto central de la sustentabilidad ¿Es que el desarrollo turístico de Tulum está generando beneficios para las comunidades mayas?
En la visión desarrollista dominante los mayas sólo son mano de obra barata que integra un ejército de trabajadores del que se sirven los empleadores, aprovechando la gran oferta de ese mercado laboral. ¿Es ésta una práctica sustentable?
Finalmente nos preguntamos ¿La triste realidad de deterioro ambiental y desigualdad social de Tulum se va a modificar con una simple declaratoria?