FOTOS | Lloran niños y mujeres migrantes; Policía Federal frena la entrada de la caravana a Chiapas

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CHIAPAS, MX.- La Policía Federal replegó a más de dos mil migrantes hondureños que pretendían ingresar al país sin documentación migratoria, publicó La Jornada.

Alrededor de las 13:00 horas, los centroamericanos lograron romper el cerco policíaco colocado del lado guatemalteco y avanzaron hacia México. Luego retiraron una valla colocada por la policía mexicana y enseguida rompieron una reja metálica por lo que los uniformados lanzaron gases lacrimógenos a lo que los migrantes respondieron lanzando piedras y se replegaron.

La Policía Federal retomó el control y cerró nuevamente la reja, al tiempo que un funcionario con un altavoz pedía a los migrantes que se tranquilizaran, que serían atendidos por el Instituto Nacional de Migración (INM) para ser llevados a un albergue instalado por el gobierno de Chiapas, publicó La Jornada.

“Por favor no agredan al personal uniformado ni expongan a niños ni mujeres”, los exhortó el funcionario no identificado desde el altavoz.

Abriéndose paso antes algunas pedradas lanzadas por los hondureños, pidió a los migrantes que formaran una comisión para que fuera atendida por funcionarios del INM. Han sido momentos de mucha tensión, en el que policías del lado mexicano han lanzado gases lacrimógenos y los migrantes ha respondido con piedras, por lo cual ya han resultado verias personas heridas, sin que pueda aún determinarse el número.

Primero pasaron sobre el portón los niños y las mujeres subiéndose a jeeps militares. Luego un grupo de hombres jóvenes comenzaron a tirar violentamente de la barrera y finalmente lograron derribarla, lo que permitió el paso de una marejada de personas que iban cantando “Sí se pudo”.

Los habitantes de casas vecinas intentaron sofocar el calor arrojando agua a los migrantes, en su mayoría hondureños. Algunas personas se desmayaron.

Del lado mexicano un helicóptero militar sobrevolaba el lugar ante la pasividad de los agentes de policía que no pudieron controlar el paso de los migrantes. “¡Somos hondureños, no somos traficantes, somos inmigrantes!”, gritaban varios mientras avanzaban hacia el cruce fronterizo.

Docenas de oficiales de la policía federal mexicana estaban en el puente respaldados por cientos de oficiales desplegados detrás de él.

Mientras tanto, las balsas que normalmente transportan a multitudes de personas a través del río fronterizo Suchiate trasladaban principalmente mercancías. Los operadores de las balsas dijeron que las autoridades mexicanas les habían advertido que no transportaran personas.

Los migrantes intentan entrar a México para avanzar hacia Estados Unidos, lo que ha enojado al presidente Donald Trump, quien ha llamado a los países centroamericanos y a las autoridades mexicanas a que hagan todo lo necesario para detenerlos.

José Porfirio Orellana, un agricultor de 47 años de la provincia hondureña de Yoro, dijo que espera llegar a Estados Unidos debido a las pésimas condiciones económicas de su país.

El gobierno mexicano ha dicho que los migrantes serán atendidos conforme a la ley y con respeto a sus derechos humanos: quienes tengan pasaporte o visa podrán entrar y los que presenten solicitudes de refugio serán atendidos. Los que infrinjan la ley serán deportados.

La cancillería mexicana anunció el jueves en un comunicado que ya inició una atención ordenada de quienes habían cruzado la frontera.

Horas antes su titular, Luis Videgaray, pidió ayuda a la ONU para que el Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR) colabore con México tanto para procesar las solicitudes como para encontrar una solución permanente para los migrantes hondureños.

Videgaray dijo que aquellos con pasaportes y visas válidas serían admitidos de inmediato, aunque reconoció que “anticipamos que esos son la minoría”.

Trump le ha dejado claro a México que está monitoreando su respuesta. El jueves amenazó con cerrar la frontera de Estados Unidos si México permitía a los migrantes avanzar. Más tarde, reprodujo un video de la policía federal mexicana que llegó a la frontera con Guatemala y escribió: “Gracias México, esperamos trabajar con usted”.

En abril, los funcionarios de inmigración mexicanos tuvieron cierto éxito en dispersar una caravana de menor tamaño.
Finalmente, las autoridades mexicanas empezaron a permitir el ingreso ordenado a su territorio de decenas de mujeres y niños de la caravana de migrantes hondureños apostados en la frontera con Guatemala, informaron fuentes oficiales.

Personal del Instituto Nacional de Migración dijo a un periodista de Dpa en el puente internacional en Ciudad Hidalgo que unas 50 personas fueron subidas a un autobús para ser llevadas a instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM) para iniciar sus trámites migratorios.

La televisión mostró el momento en que policías federales apostados junto a una reja blanca empezaban a dar paso, de manera limitada, a los migrantes, que formaban una larga fila en el puente fronterizo Rodolfo Robles, sobre el río Suchiate.

Los migrantes salieron el sábado desde la ciudad guatemalteca de San Pedro Sula, en una caravana que fue aumentando en número en su trayecto de cientos de kilómetros por Guatemala hasta México, con la intención de continuar hacia Estados Unidos.

México ha señalado que los migrantes podrán pedir refugio en su territorio, pero que no se permitirá el ingreso sin documentos migratorios. Sin embargo, el proceso de solicitud de refugio podría ser muy lento, ya que cada uno debe presentar su caso de manera individual. Los migrantes que solicitan refugio quedan detenidos hasta por tres meses en instalaciones migratorias. (Fuente: La Jornada)

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