La fundación Kodomo cuenta con una escuela para niños autistas que no tienen posibilidad de estudiar

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Damaris Menes Ramos, presidenta de la asociación Komodo.

PLAYA DEL CARMEN, MX.- Con la intención de lograr una mayor inclusión, el Centro Terapéutico para el Desarrollo Infantil Kodomo ha desarrollado el proyecto de una escuela de educación especial, para quienes no tienen la posibilidad de estudiar por estar en el espectro autista.

“Llegan nuestros niños de 9 de la mañana a 1 de la tarde. Se les enseñan cosa de la vida diaria, derecho ocupacional. Les enseñamos a vestirse, desvestirse, a control de esfínteres, para que ellos puedan ser independientes en su día a día”, comentó Damaris Menes Ramos, presidenta de la asociación Komodo.

Muchos niños no pueden ir a una escuela regular, pero incluso aquellos que sí a menudo se ven impedidos debido a que su familia no puede costear una “sombra”, o persona externa que esté pendiente del menor, indicó.

“Hubo un caso muy sonado en las redes sociales donde una mamá para poder irse a trabajar tenía que amarrar al niño; entonces denunciaron a la mamá, obviamente entró el DIF; pero si nosotros nos ponemos en lugar de la mamá, es que no tiene otra opción; nadie quiere amarrar a su hijo, con autismo o con otra discapacidad”, afirmó.

Y señala además que cuando no se tiene otra opción, las familias recurren a estas medidas, que duelen mucho, “pues es tu hijo y no quisieras actuar así”.

Educación especial, inclusión e integración 

La escuela funciona entonces como una alternativa para que los papás que tengan pequeños con autismo severo o alguna otra discapacidad puedan dejar a sus hijos seguros y bien atendidos mientras ellos trabajan.

Al momento, Kodomo trabaja con 58 niños, incluyendo quienes asisten a la escuela o reciben terapia. Muchos cuentan con “padrinos” que cubren las cuotas de recuperación, mientras otros están becados al 100% por la institución, que obtiene recursos a través de rifas o ferias.

La escuela atienda hasta niños de 16 años, pues después de esta edad sus necesidades cambian.

Lamenta Menes Ramos que no haya estadísticas en el municipio o la entidad sobre el padecimiento, sin embargo ¡destaca que, en cifras nacionales, uno de cada 115 niños tiene algún grado de autismo.

Reafirma que hay que tener clara la diferencia entre integración e inclusión respecto a la decisión de la Suprema Corte sobre las escuelas de educación especial.

“El tema es que las escuelas no están capacitadas. Los maestros no tienen la preparación. Aquí lo que se tiene que hacer es preparar a los maestros, para recibir a los diferentes niños con discapacidad; una cosa es inclusión y otra integración. Aquí se habla de integrar a una persona con autismo; cuando se habla de inclusión es porque la escuela se va a hacer cargo 100%, porque los maestros están capacitados. En Kodomo estamos integrando a los niños”. (Noticaribe)

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